Tatuajes SCL será lanzado este martes 17 de diciembre, a las 20 horas, en la Galería de Arte Mil M2
Antes tatuarse era mal visto. Lo hacían los presos, pero no las personas decentes. Algunas culturas indígenas, como la rapa nui, cultivaron el arte del tatuaje. Paulatinamente en Chile se fueron derribando los prejuicios sobre estos diseños a flor de piel. Si en los 80 muy pocas personas se tatuaban y exhibían sus tatuajes, hoy son muchas los que lo hacen y los exhiben con total naturalidad.
¿Por qué nos tatuamos?, ¿cuáles son nuestras principales motivaciones para tatuarnos?, ¿qué diseños son los que llevan los chilenos actualmente?, fueron las preguntas que motivaron a un equipo de siete profesionales, entre ellos periodistas, diseñadores y fotógrafos, dirigido por la diseñadora Fernanda Gálmez, para llevar adelante un proyecto sobre el tatuaje en Chile que hoy ve la luz, y que se traduce en un libro que da a conocer este “arte” a través de un registro fotográfico de cien personas tatuadas, acompañado de las historias personales que hay detrás de cada tatuaje.
La idea le surgió a Fernanda, quien afirma que siempre ha sido fanática de los tatuajes, incluso su proyecto de título de Diseño fue sobre los tatuajes de Rapa Nui. Para ella el tatuaje es un arte, cuyo soporte, a diferencia de la pintura, no es un lienzo, sino la piel.
Bajo esa concepción empezó a estudiar más el tema y se hizo fanática de todos los programas de TV sobre tatuajes, del tipo Miami Ink. Fue entonces que se preguntó “¿por qué no tener un Chilean Ink?”. Esa pregunta fue el motor de partida y comenzó a investigar. Fue a librerías y buscó material hasta que se topó con la sorpresa de que no existía ningún libro de tatuajes chilenos, así que decidió hacer el primero sobre la materia, titulado Tatuajes SCL.
Comenzó a mover la idea por medio de las redes sociales de internet y esta se viralizó muy rápido, cuenta la diseñadora. Distintas personas comenzaron a mandar sus fotos con sus historias y, dependiendo de si estaban bajo el concepto del libro, las reclutaban. “Hicimos como cuatro sesiones de fotos a lo largo del año a las que asistieron cada día 80 personas”, cuenta Fernanda.
Finalmente de las quinientas personas reclutadas, solo cien tatuajes quedaron incluidos en el libro. Junto a estos cien tatuajes, hay cien historias personales que narran el por qué y cómo de esos tatuajes en la piel.
Hablar de tatuajes y de las historias detrás de estos nos lleva irremontablemente a ese magnífico libro de ciencia ficción, El hombre ilustrado, de Ray Bradbury. Entre los cuentos que componen la obra aparece la figura que enmarca el libro, un vagabundo cuyo cuerpo está totalmente tatuado. Sus tatuajes, hechos por una mujer del futuro, son animados y cada uno cuenta una historia diferente.
“En el libro, uno se puede encontrar con la foto a cuerpo entero de la persona más la historia de esta y en páginas posteriores hay un close-up a los tatuajes. Esto a su vez está separado por siete estilos de tatuajes, que son: oriental, newschool, old school, full color, estilo libre, black and grey y un último que no recuerdo. ”, dice espontáneamente Fernanda.
Todos los tatuajes que aparecen en el libro corresponden a personas que trabajan en Chile, es decir, fueron hechos por tatuadores chilenos. Según Fernanda, además, cada tatuaje tiene su historia. Entre ellas dos fueron las que más le llamaron la atención: una triste o trágica, y otra feliz y esperanzadora.
La primera es de una joven que todos sus tatuajes están ligados a la muerte: se hizo uno cuando se le murió el papá, y se hizo un segundo para su pololo, pero cuando se lo iba a mostrar se encontró con que este se había suicidado. La segunda historia es también de una chica, que tiene tatuado en todo su lado derecho un pavo real, que va de la altura de la rodilla hasta la axila. Es un pavo real que demuestra su renacer ante la vida, y se lo hizo para volver a recuperar su autoestima, cuenta la diseñadora.
Lo que más le llamó la atención en el desarrollo de este proyecto a Fernanda es el destape que han experimentado los chilenos. Según ella antes se salía a la calle y no se veía a personas con tatuajes o había muy pocos, o había también la tendencia a esconderlos. Hoy la gente se está tatuando y los exhibe.
“Antes en la década de los 80 tener un tatuaje era algo súper mal visto, que implicaba muchos prejuicios y ahora se ve a cuanta gente tatuada” afirma Fernanda, recalcando la apertura que la sociedad chilena ha ido experimentado en las últimas décadas conforme a los prejuicios que se han ido derribando de ese tiempo a esta parte, dando cuenta a su vez de una evolución cultural sobre el tema.
“Hay grandes empresarios tatuados, hay grandes filósofos, químicos o estudiosos tatuados, lo que quiere decir que ya no se ve como algo malo. Esto demuestra que se ha sacado el prejuicio del tatuaje y ha entrado la idea de que el tatuaje es más una demostración de arte. Como conclusión, la gente se está tatuando no por moda sino porque quieren marcar algo de su vida”, señala la diseñadora.
Otra arista de la historia de los tatuajes es cómo ha evolucionado el oficio del tatuaje. Fernanda cuenta que en los 80 los tatuadores usaban “un motor de personal stereo y una aguja y tinta china. Ahora los tatuadores tiene máquinas traídas de distintas partes del mundo con tintas específicas y tienen sus estudios”.
Advierte que a pesar de la profesionalización del oficio de tatuador, aún en Chile estamos en pañales en comparación a Europa o Estados Unidos. “Hay tatuadores muy profesionales que son muy famosos, pero son poquitos. Faltan unos pasitos para llegar al nivel europeo o estadounidense”, advierte.
El lanzamiento de Tatuajes SCL será este martes 17 de diciembre, a las 20 horas, en la Galería de Arte Mil M2, ubicada en Avenida Francisco Bilbao 511, Providencia.
