Las actividades se realizarán entre el 13 y 15 de febrero
«Se trata de ver el arte como un discurso diaspórico», comenta Giorgio Varas, director de ArteMedios, la productora y generadora de contenidos creativos que trajo Womad al país, en un intento por comunicar que la llegada a Chile de la iniciativa multicultural supera la simple intención de reproducir en Sudamérica un evento musical de envergadura y de éxito global, pues más bien se trata de entender que la cultura se extiende sobre los límites de lo local y las denominaciones de origen, para dejar de ser un festival y convertirse en una experiencia multifocal, panóptica e inmersiva.
Músicas del mundo. Sabores sin fronteras. Entornos patrimoniales. Inter y multiculturalidad. Antirracismo. Sustentabilidad.
A lo largo de los 32 años que lleva realizándose en diversas partes del mundo el Festival Womad, son muchos los adjetivos que se asocian a esta iniciativa creada en 1980 por Peter Gabriel y que fundió por primera vez las músicas identitarias del mundo con el respeto por la tolerancia multicultural, en la Inglaterra de Margaret Thatcher, en 1982. La huella que dejó en aquel minuto el festival en el Reino Unido, fue adquiriendo a gran velocidad un sentido propio, una marca indeleble de la cultura global. Se montó en Canadá, en España, en Sudáfrica, en Nueva Zelanda. Y ahora, por primera vez en Sudamérica, llega a Chile.
«Se trata de ver el arte como un discurso diaspórico», comenta Giorgio Varas, director de ArteMedios, la productora y generadora de contenidos creativos que trajo Womad al país, en un intento por comunicar que la llegada a Chile de la iniciativa multicultural supera la simple intención de reproducir en Sudamérica un evento musical de envergadura y de éxito global, pues más bien se trata de entender que la cultura se extiende sobre los límites de lo local y las denominaciones de origen, para dejar de ser un festival y convertirse en una experiencia multifocal, panóptica e inmersiva.
Varas cuenta que el proyecto Womad era un desafío pendiente, que se venía persiguiendo hace varios años. «Hubo muchas gestiones, que incluyeron viajes de ida y vuelta a Londres. En nuestra postulación competimos con diversos ciudades y entornos, no solo de Sudamérica, sino también de otros continentes. Y al final nuestra propuesta logró imponerse con Recoleta como locación» en un proyecto –explica Varas– en que se presenta a la comuna como capital multicultural.
Antes de comenzar el diálogo con Womad Internacional, ArteMedios estudió diversas opciones, incluidas zonas extremas en el desierto de Atacama y la Patagonia. Se manejaron variables logísticas, de financiamiento, de traspaso cultural, pero no fue sino hasta que se contó con la «decisiva voluntad del alcalde de Recoleta Daniel Jadue», que se decidió presentar la postulación. «Creo que esta comuna fue clave para ganar y para que la organización internacional se decidiera finalmente por Chile», confiesa Varas.
«Fue por su historia, por emplazarse en el antiguo barrio de La Chimba, por su composición étnico-geográfica, que Recoleta terminó por cautivar a los ingleses», detalla. Cuento aparte fue el aporte en la contextualización del recinto que jugaron la Vega Central y el Barrio Patronato, porque «quizás aún sin saberlo ambos barrios fueron huella y temporalidad integrada a este proyecto».
El emplazamiento en Recoleta tiene varias sorpresas. El escenario principal de la «Experiencia Womad Chile» estará ubicado frente a la entrada del Cementerio General, en el hemiciclo de la columnata, donde se encuentran los arcos enladrillados. Este sector, conocido como las «Caballerizas de O’Higgins”, correspondían a establos que fueron ocupados en el Regimiento 7° de Línea, el famoso “Esmeralda” de 1879 en el Combate Naval de Iquique en la Guerra del Pacífico.
En este sector también –destaca Varas– se encuentra el Cerro Blanco, que es donde se fundó la capital durante la conquista y solo después Pedro de Valdivia cruza el Río Mapocho y funda Santiago. «Pero también se trata de poner en valor al Cerro Blanco, insertando en ese lugar el escenario Primeras Naciones, como una oportunidad para rescatar el pasado prehispánico de la cuenca del Mapocho y reconocer el aporte de las culturas originarias en el nacimiento de la nación», señala.
Pero aparte de la música, que es uno de los principales atractivos de la Experiencia Womad, este evento se transformará en una alternativa única durante el mes de febrero en Santiago, ya que habrá workshops didácticos para niños y adultos que abordan diversos temas, desde migraciones, interculturalidad hasta sustentabilidad, sumados a experiencias gastronómicas «sabores del mundo «, en asociación con los productos de la Vega Central, circuitos turísticos culturales nocturnos por el Cementerio General, espacios de terapias complementarias y relajación. «Todo en un ambiente familiar y de celebración para hacer de esto una verdadera experiencia en 360 grados», añade Varas.
«A las personas que han estado en algún Womad –me incluyo– nos cuesta reducir su descripción al imperio del evento. Siempre hablaremos de ‘experiencia sublime’. Todos somos capaces de montar dos o tres escenarios y subir extraordinarios músicos a tocar , pero eso no es un Womad. El Festival Womad es una experiencia panóptica, poliédrica. Es un festival con una arquitectura orgánica que promueve la cultura de los pueblos y la diversidad como un valor agregado».
Aunque dentro de las próximas semanas se conocerá el line up con los músicas nacionales e internacionales que participarán de la experiencia, se sabe que dentro de las expresiones artísticas que se extenderán en Recoleta habrá música de Korea, Haití, China, Sudáfrica, y República Centroafricana, sólo por nombrar algunas.
