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Ovación ante «Escuela de héroes»: el primer cortometraje sobre el bullying realizado por niños y niñas con discapacidad intelectual CULTURA

Ovación ante «Escuela de héroes»: el primer cortometraje sobre el bullying realizado por niños y niñas con discapacidad intelectual

Realizado por estudiantes de la escuela especial Las Dalias de Viña del Mar, es producto de los “Talleres de Cine Arriba” de la ONG Brotar, y es una iniciativa financiada por el Primer Concurso FNDR 2018 del Gobierno Regional de Valparaíso. Carolina Aninat, directora del establecimiento, con emoción dice que está sorprendida con la calidad del cortometraje. «¡Está para pasarlo en el cine!». «Con este tipo de experiencias nos damos cuenta de que la discapacidad intelectual no tiene nada que ver con las habilidades que tienen nuestros estudiantes», celebra.


Entre ovación y aplausos, el cortometraje Escuela de héroes, sobre el bullying, realizado por niños y niñas de la escuela especial Las Dalias de Viña del Mar, fue estrenado esta semana en el establecimiento, ante un público compuesto por estudiantes, personal educativo y apoderados.

La obra es producto de los “Talleres de Cine Arriba” de la ONG Brotar, y es una iniciativa financiada por el Primer Concurso FNDR 2018 del Gobierno Regional de Valparaíso.

Esta es la segunda experiencia cinematográfica de Brotar con niños, niñas y jóvenes en situación de discapacidad. La primera vez fue en el sur de Chile, en la escuela «Tres Sauces» de Cañete, con la película La búsqueda de la abuela. Esa cinta ya ha ganado cuatro premios nacionales e incluso fue exhibida en un festival de cine en México.

 

Stop motion

Escuela de héroes es un cortometraje que realizaron de manera íntegra 17 estudiantes de la escuela.

El Centro Educativo Integral y Capacitación Laboral Las Dalias, perteneciente a la Fundación Educacional Coanil “Educa”, atiende a niños, niñas y jóvenes con discapacidad intelectual, y múltiples déficits asociados, tanto sensoriales como motores y/o conductuales, el desafío de brindarles educación de calidad es permanente y lo hacen a través de experiencias significativas que les permitan mejorar en algunos aspectos su calidad de vida.

Fue en el contexto de brindar experiencias educativas integrales que la escuela decidió este año realizar los talleres de cine. Fueron más de 20 sesiones, que incluyeron stop motion y ficción.

Experiencia propia

El guionista del cortometraje fue José, quien construyó una historia basado en experiencias personales, en su imaginario y cotidiano vivir. Su idea era contar cómo viven el bullying y cómo se contienen como compañeros.

«Fuimos creando la historia entre todos, este mensaje es importante porque no se puede molestar a otros. Me gustó crear escenas con fotos. Sacamos hartas fotos bajo la luz y luego íbamos creando la película”, comenta.

Cheriel Parrao, jefa de UTP de Escuela Especial Las Dalias de Viña del Mar, relata que en los 41 años de historia del plantel educativo, es primera vez que se realiza un taller de cine.

“Hemos visto a nuestros estudiantes contentos, muy motivados. Este taller nos permitió conocer sus puntos de vista, saber cómo se sienten, cómo se paran frente al mundo. Hemos conocido sus talentos ‘ocultos’. A través del cine hemos visto que ellos deciden lo que desean expresar”.

José vive con su cuidadora, ya que la condición psiquiátrica de su padre le ha impedido llevar una vida familiar junto a él. La protagonista del corto es Francisca, que vino al estreno sin su madre. La mujer trabaja en un puesto de la feria y debe laborar de lunes a lunes. Más tarde verán la película en internet en el teléfono.

«¡Hay que darla en el cine!»

Carolina Aninat, directora de Escuela Las Dalias, dice emocionada que está sorprendida con la calidad del cortometraje. «¡Está para pasarlo en el cine!», exclama.

«Con este tipo de experiencias nos damos cuenta de que la discapacidad intelectual no tiene nada que ver con las habilidades que tienen nuestros estudiantes», explica.

«Actuaron increíble, grabaron con cámaras, movieron luces, editaron en computadores, trabajaron en equipo de manera muy colaborativa. Incluso esto les permitió hacer nuevas amistades porque se conocieron en otro contexto en la escuela. El bullying es una realidad. Ellos sienten mayor discriminación por tener discapacidad. El bullying que vemos en la película no se da en la escuela, pero es lo que ellos viven en el resto de la sociedad”.

Escuela de héroes from Brotar on Vimeo.

«Quiere hacer más películas»

Paz, la mamá de Juan Pablo, coprotagonista del cortometraje, señala que “para el otro año mi hijo ya me pidió una cámara, porque quiere hacer más películas.

«Algunas sesiones de taller fueron los días sábado y mi hijo a las ocho de la mañana ya estaba en pie pidiéndome que lo trajera a la escuela para hacer cine”.

A Francisca le gustó ver la película y asegura que no le costó actuar, «fue fácil».

«Lo que más me gustó fue cuando grabábamos. Me gustó que grabamos todos juntos sin pelear”, explica.

Para el papá de José, la cinta  “fue algo muy lindo y maravilloso. Me siento orgulloso de mi hijo, con ganas de llorar por tanta alegría”.

Su hijo se siente muy contento. “Estoy feliz, nos resultó todo bien. Estoy feliz por haber participado en hacer la película”.

De Chile al mundo

Susana, la profesora de José y Francisca, confiesa que “fue súper emocionante ver sus caritas cuando se proyectó la película en pantalla grande».

«Así como los vimos en la película, es tal cual como son ellos, actuaron muy naturales. Fue hermoso verlos tan motivados por opinar y por querer contar sus historias. El cine debería estar en todas las escuelas”, expresa.

Fabiola Oyarzún Jerez, de ONG Brotar, cuenta que la idea con Escuela de héroes es mostrarla en otros festivales de cine para que más niños y niñas conozcan esta historia.

Esta entidad está centrada «en abrir nuevos caminos de desarrollo humano y colectivo por medio de la creatividad, la reflexión e integración de diferentes miradas y enfoques del mundo».

“Quiero ver la película una y otra vez, para imaginar ideas para hacer más historias”. Lo dice José, uno de los más de diecinueve mil niños, niñas y jóvenes de enseñanza preescolar y básica que son parte de la matrícula de educación especial de la Región de Valparaíso.

“Es bueno que todos y todas seamos diferentes, eso nos hace más especiales”, afirma.

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