Publicidad
Película ‘The Vast of Night’: lo familiar se vuelve otra vez nuevo CULTURA|OPINIÓN

Película ‘The Vast of Night’: lo familiar se vuelve otra vez nuevo

Publicidad

El filme destila el género a sus componentes fundamentales: hay un pueblo norteamericano aislado en los años cincuenta; una transmisión misteriosa de origen desconocido compuesta de una serie de golpeteos metálicos; un joven periodista curioso y una joven que trabaja operando la central telefónica local.


The Vast of Night, un filme independiente norteamericano dirigido por Andrew Patterson que apareció el año recién pasado en el servicio de Amazon Prime, calza con el tiempo que le tocó como un guante hecho a medida.

En el encierro, pasados unos meses, lo familiar se torna a abstruso, indescifrable. Todo se cubre con una capa de vaselina. Se vive como un caballo con anteojeras. La gracia está en aprender a encontrar esos golpes de realidad que pueden devolverle a la rutina su cualidad concreta, maravillosa y extraña.

[cita tipo=»destaque»]Más que una película de ovnis, se siente como una película de investigación periodística, como si los dos protagonistas estuvieran develando el escándalo de Watergate y fueran Dustin Hoffman y Robert Redford y no dos actores desconocidos en una película debut que 18 festivales norteamericanos rechazaron antes de que uno solo la aceptara.[/cita]

Lo mismo puede decirse del género cinematográfico. Las películas de ovnis deberían ser capaces de iluminar lo más radicalmente extraño, la llegada de seres que ven la realidad desde un lugar diferente. Pero la mayoría de las veces el platillo volador se acerca, bajan los hombrecitos verdes o su equivalente contemporáneo − seguramente con armas de alto calibre, como en las películas de Marvel, y explicando en inglés sus planes de dominación mundial. 

El género de la invasión extraterrestre ha sido tan minuciosamente recorrido que en los ochenta y noventa se convirtió en el telón de fondo para grandes películas de acción, desde Depredador hasta El día de la independencia. 

Para The Vast of Night, esas películas están repletas de alboroto innecesario. El filme destila el género a sus componentes fundamentales: hay un pueblo norteamericano aislado en los años cincuenta; una transmisión misteriosa de origen desconocido compuesta de una serie de golpeteos metálicos; un joven periodista curioso y una joven que trabaja operando la central telefónica local.

Eso es todo. Y debería aburrirnos. Lo hemos visto más de cincuenta, cien veces. Incluso hay varias series que hoy intentan evocar los mismos referentes: desde Stranger Things a Dark a los recientes remakes de los clásicos televisivos del género: The Twilight Zone y The X-Files.

Pero Patterson pivota, tal como lo hace un jugador de básquetbol del pueblo, que participa durante la tarde de un sonado partido que ha concentrado toda la atención de los vecinos, y decide enfocarse en los elementos que definen el atractivo del género. El misterio. La voz conspirativa que pretende explicarnos lo que está pasando: algo más allá de nuestra comprensión.

A los dos protagonistas no les interesan mayormente los deportes y esa noche se enfocan en sus trabajos, como siempre. La mayoría del filme ocurre dentro de la sala de la estación radial, con saltos a la central telefónica y llamadas que van y vienen, mientras por el pueblo vacío se desliza rápidamente una cámara enloquecida, que sugiere sin mostrarnos nada concreto que algo raro está pasando o pasará. 

Más que una película de ovnis, se siente como una película de investigación periodística, como si los dos protagonistas estuvieran develando el escándalo de Watergate y fueran Dustin Hoffman y Robert Redford y no dos actores desconocidos en una película debut que 18 festivales norteamericanos rechazaron antes de que uno solo la aceptara.

El resultado es un escándalo, la prueba fehaciente de que no se necesita nada especial – menos que todo grandes cantidades de dinero − para renovar un género trillado; y una bocanada de aire fresco para renovar el ambiente cotidiano, que en su repetición por momentos parece irredimible. Recuerda a Primer, el debut de Shane Carruth, en su originalidad y su cuidada y sencilla ejecución.

“The Vast of Night”

Director: Andrew Patterson

Guionistas: James Montague (seudónimo de Patterson) y and Craig W. Sanger

Cinematografía: M. I. Littin-Menz

¿Dónde la veo?: Ya disponible en Amazon Prime

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias