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Cultura y desarrollo humano: el gran ausente en el proyecto de presupuesto del 2022 CULTURA|OPINIÓN

Cultura y desarrollo humano: el gran ausente en el proyecto de presupuesto del 2022

José Albuccó
Por : José Albuccó Académico de la Universidad Católica Silva Henríquez
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La invisibilización y menosprecio por la cultura que se manifiesta en el proyecto de presupuesto del 2022, es claramente contradictoria con los propósitos que el Ejecutivo dice públicamente perseguir con esta iniciativa legal. Si realmente queremos avanzar hacia un país “inclusivo y sostenible”, es imprescindible situar la salvaguardia y promoción de la cultura como un eje de la acción política y programática del Estado chileno. Como señala la UNESCO, el desarrollo de la cultura es un fin en sí mismo, pero también un medio para “lograr ciudades seguras y sostenibles, fomentar el crecimiento económico y el trabajo decente, reducir la desigualdad, detener la degradación del medio ambiente, lograr la igualdad de género y promover sociedades pacíficas e inclusivas”.


Desde una óptica meramente técnica, la Ley de Presupuesto del sector público consiste en una estimación financiera de los gastos del Estado en un año determinado. Sin embargo, los alcances de esta iniciativa legislativa son mucho mayores, manifestándose a través de ella una visión en torno al tipo de sociedad que se quiere construir por medio de las políticas públicas que se financian con los recursos fiscales.

Valiéndose de una cadena nacional, el Presidente Sebastián Piñera presentó a la opinión pública -el 23 de septiembre recién pasado- el proyecto de Ley de Presupuesto para el próximo año. De acuerdo al Ejecutivo, su propuesta busca “un desarrollo del país inclusivo y sostenible”, que, según expresó el Primer Mandatario, “prioriza las principales necesidades de la ciudadanía”.

Siguiendo esta manifestación de intenciones, estaríamos en presencia de un proyecto que buscaría hacerse cargo de las grandes demandas y deseos colectivos del Chile del siglo XXI, que apuntan a la construcción de un modelo de sociedad más justo, igualitario y sustentable. No obstante, al revisar con más detalle la propuesta gubernamental, esos propósitos iniciales se desvanecen, debido a la baja preponderancia que se le otorga a un factor esencial para el logro de un desarrollo humano sostenible y equilibrado: la cultura.

El proyecto del Ejecutivo está compuesto por 10 ejes prioritarios, dentro de los cuales no existe ninguna mención explícita al ámbito cultural. La iniciativa gubernamental considera aspectos de gran relevancia social -como la salud, la crisis climática, el empoderamiento de las regiones y la mejora de las condiciones de vida de los adultos mayores y la niñez-, pero en ella no se aprecia un planteamiento contundente e integral en torno a la importancia del desarrollo de la cultura, las artes y el patrimonio, siendo omitidos estos elementos incluso cuando se aborda el área de la educación y la ciencia.

La baja relevancia de la cultura también se observa en las cifras del proyecto. El presupuesto total de esta partida para el 2022 experimenta una contracción del 4,2% con respecto al año pasado, siendo el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio uno de los que sufre una mayor reducción y teniendo un presupuesto mucho menor que otras carteras sectoriales, como los ministerios de Obras Públicas, Deportes, Transportes o Agricultura.

La invisibilización y menosprecio por la cultura que se manifiesta en el proyecto de presupuesto del 2022, es claramente contradictoria con los propósitos que el Ejecutivo dice públicamente perseguir con esta iniciativa legal. Si realmente queremos avanzar hacia un país “inclusivo y sostenible”, es imprescindible situar la salvaguardia y promoción de la cultura como un eje de la acción política y programática del Estado chileno. Como señala la UNESCO, el desarrollo de la cultura es un fin en sí mismo, pero también un medio para “lograr ciudades seguras y sostenibles, fomentar el crecimiento económico y el trabajo decente, reducir la desigualdad, detener la degradación del medio ambiente, lograr la igualdad de género y promover sociedades pacíficas e inclusivas”.

En este sentido, el proyecto de Ley de Presupuesto para el año 2022 está claramente al debe. Aún es tiempo de corregirlo y enriquecerlo durante su tramitación legislativa.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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