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Fabiola Campillay debuta en obra de teatro CULTURA

Fabiola Campillay debuta en obra de teatro

«Preludio», de la compañía Teatro Niño Proletario, reflexiona sobre el privilegio de la visión a partir de los testimonios de tres personas que han perdido o están perdiendo el sentido de la vista. Además de Campillay, estas son el actor Jorge Becker, que estuvo ciego varios meses a causa de una grave enfermedad y ahora su campo visual es muy limitado; y el de la actriz Luz Jiménez, quien debido a la edad (86) ve disminuida progresivamente su visión. La obra se estrena este lunes en la sala grande del Parque Cultural de Valparaíso.


Fabiola Campillay, una de las personas que perdió la visión de sus dos ojos durante el estallido social, será parte de una obra de teatro que se estrena este lunes.

Se trata de «Preludio», de la compañía Teatro Niño Proletario, que reflexiona sobre el privilegio de la visión a partir de los testimonios de tres personas que han perdido o están perdiendo el sentido de la vista.

«La experiencia ha sido fantástica. Nunca pensamos que pudiéramos actuar los tres. El elenco ha sido muy cariñoso», comenta Campillay.

Además de ella, los participantes son el actor Jorge Becker, que estuvo ciego varios meses a causa de una grave enfermedad y ahora su campo visual es muy limitado; y el de la actriz Luz Jiménez, quien debido a la edad (86) ve disminuida progresivamente su visión.

La obra debuta a las 17:00 horas en la sala grande del Parque Cultural de Valparaíso, que actúa como coproductor del trabajo, con otra función el martes 19, ambas con inscripción previa. Concebida como una propuesta híbrida, esta se presenta como obra audiovisual y también como una instalación inmersiva bajo la dirección de Francisco Medina Donoso.

Transdisciplinario

Medina cuenta que inicialmente sólo pretendía una entrevista con Campillay, «pero una vez que nos conocimos se dio la posibilidad de invitarla a participar, y ella como es una mujer tremendamente generosa se sumó al desafío de hacer este experimento audiovisual».

Consultado sobre lo que significó trabajar con ella, Medina señala que «el desafío es de uno, de quienes rodeamos a Fabiola o cualquier otra víctima de trauma ocular, de cómo seguimos adelante después de esto. Fabiola y su familia son de una generosidad, de una luz, de una potencia tan grande que estar cerca de ellos es un regalo para nosotros».

«Ha sido un regalo su generosidad, su entrega, su potencia. Creo que es una mujer tremendamente impactante en su entereza, en su claridad. Conocerla ha sido para todo el equipo un tremendo regalo. Estamos profundamente agradecidos con ella y su familia por atreverse a hacer este experimento escénico con nosotros».

El director además destacó que se recibirán aportes voluntarios, que serán donados a la Red de Colaboradores a Víctimas de Trauma Ocular.

El actor Jorge Becker y Graciela Reyes, otra participante de la obra.

Transdisciplinario

La obra cruza sus testimonios con el texto original “Miedo a olvidar la luz”, del poeta Maximiliano Andrade, que reflexiona sobre los modos de ver, y se concreta como una producción audiovisual, una instalación inmersiva -con fotos de Paz Errázuriz- y un libro objeto.

Medina comenta que “la inquietud por el tema en la compañía parte en 2017, a lo que se suma que yo tengo familiares ancianos que han ido quedando ciegos, y otros que son ciegos de nacimiento. Investigamos sobre los modos de ver hoy en día. Por una itinerancia debimos suspender el proyecto en marzo 2019, luego nos encontramos con el estallido social y los traumas oculares, el proyecto tomó otra dirección. Investigamos los modos de ver y ser visto, donde las frases de no lo vimos venir, yo nunca había visto tanta miseria, o yo no sabía que existía tanto hacinamiento, evidencian maneras de ver. Nos preguntamos qué estamos invisibilizando como sociedad, qué no queremos ver”.

En el proceso de creación, además de entrevistarse con los protagonistas el equipo se asesoró con Jorge Díaz, biólogo y autor del libro “Ojos que no ven”; y con el historiador Hugo Rueda, chileno radicado en Canadá, autor de la investigación “La Nación en Exhibición. Museos, Galerías y Exhibiciones en Chile durante el siglo XIX”.

La actriz Luz Jiménez.

 

Alto riesgo

Daniela López Luco es la cineasta responsable de la puesta en pantalla. La obra no se podía hacer de manera convencional porque el elenco es de alto riesgo, como explica Medina: “Para grabar hubo que hacer una burbuja sanitaria extrema, lo que logramos en agosto pasado. Originalmente era una obra de teatro y ahora es una obra audiovisual, filmada en tiempo presente, sin segundas versiones”.

En el último tramo se sumó Paz Errázuriz – reconocida fotógrafa que ya había trabajado con la compañía- para realizar un registro visual del elenco en las ruinas del Cine Arte Alameda, un espacio hecho para la mirada, y que ahora, es sólo cenizas de ello. El resultado son siete enormes fotografías que forman parte de la instalación inmersiva.

Sobre los monólogos, Medina precisa que logró reunir el material en tres textos que se van entrelazando. “Hablan de la imagen y el virus, en el caso de Jorge Becker; la imagen y el tiempo, el caso de la Luz Jiménez; y la imagen y el poder, en el caso de Fabiola Campillai. Esas son las tres grandes líneas de trabajo. El sonidista, Carlos Barros, hizo un trabajo de edición muy delicado, al permitir registrar las voces de los intérpretes”.

En las imágenes grabadas de los protagonistas hay dúos y solos, y si bien existen secuencias de movimiento, lo más presente son las improvisaciones en el espacio escénico. “Se trata de un ejercicio fragmentado, como es la realidad de la memoria y la visualidad de los intérpretes. Trabajamos con esa dificultad. Fragmentos de esos brillos de luz.”, dice el director.

Valorizar la vista

A los movimientos se suma la música de Daniel Marabolí y la sonoridad de los elementos, del plástico, del agua, grabados en vivo con alta fidelidad.

Medina cree que “Preludio” es una invitación a valorizar el sentido de la vista, y también todo lo que estamos perdiendo día a día en el mundo en que vivimos. “La obra es la valorización del ojo en la contemplación y eso también genera la idea de la memoria, qué recordamos, qué estamos dejando de recordar, qué estamos mirando, dónde estamos poniendo el foco”, puntualiza.

La idea es montar la instalación en algunos lugares de Santiago y ya hay conversaciones para llevarla a regiones, siempre de acuerdo con la línea editorial de Teatro Niño Proletario de resignificar espacios no convencionales y apostar por la descentralización cultural.

 

Ficha artística

Dirección: Francisco Medina Donoso

Asistente de Dirección: Daniela Contreras López

Dramaturgismo: Teatro Niño Proletario a partir del texto “Miedo a Olvidar la luz” de Maximiliano Andrade.

Elenco: Luz Jiménez, Jorge Becker, Rodrigo Velásquez, Graciela Reyes y Fabiola Campillai

Participación Especial: Marco Espinoza y Benjamín Espinoza

Equipo Actoral de Investigación: Luz Jiménez, Jorge Becker, Rodrigo Velásquez, Graciela Reyes, Ema Pinto, Ivo Luz, Beatriz Souza

Espacio Escénico: Francisco Medina y Catalina Devia

Iluminación y vestuario: Catalina Devia

Música: Daniel Marabolí

Exposición Fotográfica: Paz Errázuriz

Registro Fotográfico: Jorge Villa

Realización Audiovisual: Daniela López Lugo

Sonido: Macarena Veas.

Registro y edición de voces: Carlos Barros.

Diseño Gráfico: Ornamenta Studio

Producción General: Erna Molina

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