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Artista visual Jojo Fuentes: «la posdictadura transformó la vivienda social en un negocio de la industria inmobiliaria» CULTURA Crédito: Christian Aedo

Artista visual Jojo Fuentes: «la posdictadura transformó la vivienda social en un negocio de la industria inmobiliaria»

Christian Aedo Jorquera
Por : Christian Aedo Jorquera Escritor, fotógrafo y columnista. Ha publicado Pornostar (Ediciones Contrabajo, 2004), Recolector de Pixeles (Ripio Ediciones, 2010), No más de un segundo (Mansalva, 2010, Argentina), y ha participado en diversas antologías de poesía en Latinoamérica. Forma parte del equipo editorial de Cormorán Ediciones.
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En la primera semana de enero, la creadora inaugura la exposición «Villa Portales. Registro de un emblema», en la Biblioteca de Santiago. La obra se enmarca dentro del trabajo del artista que busca registrar como el espacio arquitectónico condiciona la relación sujeto, territorio y comunidad, desde la representación simbólica en la pintura y el soporte fotográfico, enfocada en esta obra a los alcances y la historia de la vivienda social en Chile. En ella se podrá apreciar el testimonio, la historia y la memoria de los habitantes de la Villa, representados en las obras de Jojo Fuentes y registrados en el documental que Cristian Vidal realizó para la exposición. La muestra ya tuvo una exhibición previa en la sede de la junta vecinal de la Villa Portales, que fue destinada solo a la comunidad y tuvo una gran acogida. «Yo creo que hay un pésimo manejo, y una desvinculación de parte del Estado con respecto a la vivienda hoy día en Chile, que se traduce como una agresión, como decía antes, del espacio que condiciona las emociones de los habitantes del territorio. Son espacios pequeños, donde no existe la intimidad, y están proyectados para que la gente no se reúna y no existan instancias de comunicación. Esa es una manera que tienen de dominarnos. Un negocio que surge después del golpe de Estado, a partir de la influencia de los súper ricos y los amigos de la dictadura. Mi idea es develar la vivienda social, como era pensada, con amor y con dignidad, en comparación a cómo nos tienen viviendo ahora. El hecho de que exista un aumento en los índices de violencia en la calle o doméstica, independiente de lo que ha pasado con la pandemia, es porque nos tienen viviendo en una situación de constante agresión. Y eso condiciona todo, desde el dormir hasta el ánimo con el que vas a comprar el pan».


«Villa Portales. Registro de un emblema» es el título de la próxima exposición de la artista visual Jojo Fuentes, que se inaugura en la Biblioteca de Santiago la primera semana de enero de 2022, y que permanecerá abierta al público durante todo el verano.

Esta obra se enmarca dentro del trabajo del artista que busca registrar como el espacio arquitectónico condiciona la relación sujeto, territorio y comunidad, desde la representación simbólica en la pintura y el soporte fotográfico, enfocada en esta obra a los alcances y la historia de la vivienda social en Chile.

En ella se podrá apreciar el testimonio, la historia y la memoria de los habitantes de la Villa, representados en las obras de Jojo Fuentes y registrados en el documental que Cristian Vidal realizó para la exposición. La obra ya tuvo una exhibición previa en la sede de la junta vecinal de la Villa Portales, en una muestra que fue destinada solo a la comunidad y que tuvo una gran acogida.

En entrevista para El Mostrador, la artista Jojo Fuentes cuenta más sobre ésta obra, su trabajo artístico y docente, y sus futuros proyectos.

Ruptura con movimiento establecido

– ¿Cuál es la relación que ves entre arte y territorio?

– La relación que veo es fundamentalmente a partir de la arquitectura y del trabajo urbanístico que ordena la ciudad. Creo que una parte importante, es esa, la que de alguna manera nos obliga o nos predispone a un movimiento particular. Por eso me son interesantes ciertos lugares arquitectónicos, donde hay una ruptura con respecto al movimiento establecido, por parte de la gente, y que logra quizás transformarse en una forma -movimiento- más amena para el diario vivir.

Por otro lado menos técnico, esta relación tiene que ver con la vinculación de los seres humanos al lugar donde habitan, y de cómo ese espacio deja de ser meramente arquitectónico para adquirir la capacidad de construir lazos, reflexión. En el caso de las Villas, es la posibilidad de compartir el territorio con el otro. Entonces el hecho de entendernos en el flujo humano de una manera, hace que también tomemos conciencia de que compartimos éste trozo de territorio. Así se vuelve a la construcción del clan. Esto es lo que siento que pasa con los territorios de las características que a mí me interesa investigar, y creo que son importantes de rescatar y de resaltar como una experiencia transversal.

Me interesan los espacios vinculados a la arquitectura de los años 50, 60, donde en el fondo lo que predomina estéticamente es el posmodernismo, y se vuelve importante la relación del habitante con el territorio de una forma más íntima. Son lugares donde el espacio está pensado para que los niños puedan jugar, en el caso que haya lluvia, por ejemplo. Se pensó en pasillos grandes, lugares con ramplas para la tercera edad, dentro de la planificación de esos años de la vivienda social.

Esto es algo que se contrapone a la realidad de la vivienda social hoy en día, que más bien parece una obstaculización, es una vivienda que te violenta. Lo que finalmente condiciona las emociones y las formas de proceder en el diario a todos los seres humanos. Lo que busco es resaltar los estudios de la generación de Le Corbusier con respecto a estos territorios, que corresponden a las viviendas sociales de los años 50 y 60 como Villa Portales, Villa Olímpica, Villa Frei o las Torres de San Borja.

Arquitectura de maravilla

– ¿Por qué decidiste trabajar con la Villa Portales?

– Lo primero que me pasó con la Villa Portales, viene desde la anécdota, como todas las cosas que son importantes en la vida, que vienen desde el cariño y la amistad. Esto pasó después de asistir a una actividad en la radio la USACH. Después de eso, fuimos a darnos una vuelta a la Villa Portales, con un compañero que nació, vivió y se crió en la Villa, Roberto «Tom» García, periodista y escritor, que además tiene un gran texto sobre la Villa Portales.

Fuimos a pasar la tarde después de esta entrevista. Yo tenía antecedentes de la Villa Portales desde lo político, pero no de la vivencia de estar en el lugar, de recorrer los pasillos, las plazas o encontrar ramplas en el espacio. La verdad es que quedé maravillada con la arquitectura, de ver cómo está pensada. Ver la contraposición de los planos que viene de la arquitectura posmoderna, cómo se arman sombras, la utilización de las cajas de escalera, etc. Después fui a sacar fotos y ahí partió el proyecto.

– ¿Cómo ves la relación institucionalidad, territorio y vivienda social?

– La encuentro nefasta. El otro día estaba pensando después de una charla que nos dieron en un colegio donde estaba trabajando, sobre Un Techo para Chile, por ejemplo. En éste caso la vivienda social pasa de ser una problemática, que la posdictadura transformó en un negocio de la industria inmobiliaria y de la construcción, a transformarse en un negocio de seudosolidaridad.

Yo creo que hay un pésimo manejo, y una desvinculación de parte del Estado con respecto a la vivienda hoy día en Chile, que se traduce como una agresión, como decía antes, del espacio que condiciona las emociones de los habitantes del territorio. Son espacios pequeños, donde no existe la intimidad, y están proyectados para que la gente no se reúna y no existan instancias de comunicación. Esa es una manera que tienen de dominarnos. Un negocio que surge después del golpe de Estado, a partir de la influencia de los súper ricos y los amigos de la dictadura.

Mi idea es develar la vivienda social, como era pensada, con amor y con dignidad, en comparación a cómo nos tienen viviendo ahora. El hecho de que exista un aumento en los índices de violencia en la calle o doméstica, independiente de lo que ha pasado con la pandemia, es porque nos tienen viviendo en una situación de constante agresión. Y eso condiciona todo, desde el dormir hasta el ánimo con el que vas a comprar el pan.

Muestra de la obra «Villa Portales. Registro de un emblema» en sede de junta vecinal de Villa Portales. Crédito: Christian Aedo J.

– Una de tus últimas obras es «Prisiones, la Ruina del cuerpo social». ¿Cómo llegaste a construir esta obra? ¿Cuál es el vínculo que esta tiene con el territorio?

– Esta obra surge a partir de que yo cumplía 15 años trabajando como docente en diferentes cárceles del país, y había tomado la decisión de migrar a otro espacio de educación. Para hacer el cierre de ese periodo de mí vida, se me ocurrió plantear ésta exposición, que en el fondo iba a visibilizar un territorio, que está oculto y que al igual como dije antes, condiciona a sus internos en este caso. Este proyecto se realizó en la cárcel de Valparaíso, porque arquitectónicamente está pensada, por lo que me dijeron sus arquitectos, para romper con la violencia que se genera en la arquitectura de pabellón de las otras cárceles.

La cárcel de Valparaíso tiene una construcción a partir de una quebrada, lo que permite que la división de pabellón típica sea reemplazada por una construcción de módulos, y que entre cada uno de ellos exista aire, espacio, sin pasillos, lo que busca reducir el estrés y aporta al bienestar de los internos en la cárcel. Por que como decía antes, la arquitectura determina la emocionalidad de los seres humanos, entonces se vuelve a dar la relación con el territorio en otra dimensión de la arquitectura.

También está la necesidad de visibilizar éste espacio invisibilizado, que representa una ruina del cuerpo social, y que da cuenta de lo que no queremos ver como sociedad. Entonces se vuelve importante entender cómo se construye el espacio de reclusión, qué decisiones se toman para la construcción de una cárcel. La pregunta es, ¿qué es lo queremos hacer de una cárcel? ¿Un centro de tortura, o un espacio para la rehabilitación y la reintegración?

– ¿Cuál es la relación en tu obra con los conceptos ruina y emblema? Forman parte de los títulos de estas dos obras de las que hablamos.

– Todo lo que vemos, todo lo que tocamos, todo lo que está en la ciudad, y que es lo que nos arma el día a día, tiene una historia, y por ende tiene un emblema, una representación. En el caso particular de la obra «Prisiones» sobre la cárcel de Valparaíso, el espacio de reclusión representa una ruina en la sociedad. Llegar a tener la necesidad de construir espacios de reclusión, con ciertas características, que muchas veces se aproximan más a un centro de tortura propiamente tal, nos habla de un espacio que está quebrado, una sociedad fracturada frente a lo que todos buscamos como un ideal, que es un espacio digno.

En el caso de Villa Portales, éste es un emblema por todo lo que representa políticamente. Nosotros tocamos Villa Portales y sentimos dolor, sabemos que sucedieron cosas horrorosas ahí, es una villa que duele, pero que se levanta. Representa un emblema que se construyó para enaltecer todo lo que significa la vivienda social. No hay que olvidarse de que está llena de murales de artistas, donde una vez más se logra vincular las artes visuales con un proyecto arquitectónico, se vuelve entonces un emblema histórico, cultural y político.

Se podría decir que los proyecto de vivienda social en actualidad, pasando por los guetos verticales, representan la ruina del emblema que está presente en la Villa Portales. Lo que representa la Villa entonces, es un proyecto financiado por el Estado, y que sí se puede, demuestra que si una vivienda es bien pensada, si no se hace abaratando materiales, y es pensada con cariño, con amor y con respeto a la comunidad, se puede. La Villa es la muestra vivida de que se puede. La Villa misma viene a contar, que si se puede, por eso es tan emblemática.

– Estos dos últimos años de revuelta popular nos han dejado en claro que la memoria es parte esencial del imaginario popular. ¿Cómo ésta aparece dentro de tu obra?

– Mi obra siempre está vinculada con la historia. Yo metodológicamente, cuando se me ocurre un tema, comienzo a trabajar de forma investigativa respecto a varias líneas. Busco en la filosofía, conceptos, autores relacionados a los temas que encierra el lugar o investigaciones. En función de eso voy construyendo, busco vincularme con gente que tenga relación directa con estos espacios, que hayan hecho su historia de vida ahí o la vengan comenzando, y así ir construyendo la memoria del lugar.

Como decía antes, toda arquitectura en sí misma alberga la historia, en el lugar donde te metas tiene una historia, y entendiendo que existe una historia vamos a entender que existen miles de memorias. Ahí es donde se vuelve importante visibilizar esas memorias, y ese es el trabajo que técnicamente hago con la pintura, con el gesto, dar cuenta de esa memoria. Yo trabajo lo gráfico y lo pictórico, desde la fotografía como registro de esta memoria, el registro mimético de ésta memoria, y con la pintura rescato toda esa emocionalidad que tiene esa experiencia memorial, para que dé cuenta de sí misma.

– ¿Cómo fue la recepción de la gente de la Villa sobre tu trabajo?

La recepción fue muy impactante, ellos están muy agradecidos. Estamos haciendo un documental paralelamente para esta obra, así que hemos tenido la oportunidad de entrevistar a muchos villanos y villanas, y de alguna manera me han invitado a ser parte de la comunidad, así lo siento yo. El día de la exposición en la Villa aprovechamos de entregarles regalos a los niños por la navidad, tuvimos la posibilidad de que el alcalde, y como mezclamos las dos actividades, nos enviara cositas ricas. Hemos estado siempre muy en buena onda con las dirigencias y la comunidad. Ellos entienden la importancia de este trabajo, como visualización de lo que significa la Villa Portales.

– ¿Qué memorias encontraste en este proceso?

– En la recopilación de testimonios para el documental y la investigación hemos encontrado mucha memoria política, de la gente mayor. También nos hemos encontrado con la gente más joven, más allá de la memoria, que para ellos es muy importante, ellos se vinculan al territorio con la idea de reconstruir o construir aquello que nunca se pudo terminar, están súper comprometidos, por ejemplo, con construir un huerto comunitarios, con la idea de generar nuevamente esa comunidad.

Me he encontrado con gente con mucho dolor, y también con gente muy esperanzada por estas nuevas generaciones. Eso es lo que ha primado. Y lo transversal es que son gente que está muy orgullosa de su lugar, y con mucha conciencia de lo importante que es Villa Portales. Es una memoria que se resiste a morir, y que nos dice que si se puede, que ahí está la Villa construida para decirlo.

– Tu trabajo docente se ha desarrollado en distintos ámbitos más allá del artístico, como el académico, la educación escolar y desde ahí la acción territorial mediante talleres y proyectos educacionales autónomos. ¿Cuál es la relevancia de las artes visuales en el plano de la educación desde lo institucional y frente a otro tipo de proyectos?

– Yo creo que se ha ganado un terreno, son un poco más importantes que antes, pero hay realidades diferentes para un establecimiento educacional perteneciente a una comunidad, y para el establecimiento educacional de otras comunidades, la brecha es grande. En ese sentido en los proyectos municipales donde he trabajado, hacen una buena labor.

Pero una cosa es lo que dice el papel curricular y otra cosa es la realidad. Y la realidad es que no hay recursos, y las artes visuales necesitan recursos, por más que trabajemos con cosas recicladas, no hay recursos, y no hay intención de facilitar esos recursos. Lo que se ha logrado es una lucha propia de los profesores, en artes visuales seguimos siendo el ultimo eslabón de la cadena. Pero hay una falta de voluntad política general frente a la educación en su totalidad. También las artes visuales están consideradas en un espacio pequeño dentro el currículo, son considerados ramos no relevantes como parte de un prejuicio que pareciera no querer que se genere la reflexión. Entonces se vuelve importante hablar de estos temas.

El sistema en sí busca que no pensemos, y las artes visuales como una asignatura escolar es un ramo que te invita reflexionar, de la misma forma que el espacio en el caso de la vivienda social, como en la Villa Portales, podemos entender nuestro entorno. El año 2022 me integro a un proyecto autónomo, que son proyectos que salen a pulso y son muy interesantes, pero la educación es un derecho, y es algo que debe asegurar el Estado.

El documentalista Cristian Vidal junto a los artistas visuales Ismael Frigerio y Jojo Fuentes. Crédito: Christian Aedo J.

– Estamos en un proceso de modificación institucional. ¿Cuáles son tus expectativas con la Convención Constituyente?

– Creo que la gente que está trabajando ahí es consiente, claro que hay grandes excepciones, por supuesto. Pero el grueso está trabajando con conciencia, con la capacidad humana de entender que las cosas se pueden hacer bien, se pueden hacer con cariño. Que en el fondo lo que estamos remando es un buen vivir, y vivir bien, no es un privilegio, es un derecho. Y en ese sentido tengo fe. Tengo una gran admiración por Elisa Loncon, creo que lo ha hecho es espectacular. Pienso que la humanidad que representa ella, con todo su bagaje intelectual, y con su conciencia del territorio, desde la cosmovisión mapuche que entiende equilibradamente la relación del ser humano con su entorno, es un gran pilar en este proceso. Esta es de las pocas cosas que me tiene esperanzada.

– El territorio también puede ser un espacio institucionalizado, y privatizado. ¿Qué piensas de la intervención que dejó la revuelta popular en el espacio urbano?

– Las ciudades deben irse refundando, en un entramado donde hay que decidir que se mantiene y que es lo que se deja. Pero todo el trabajo visual que apareció en la calle, me parece espectacular, bello. Creo que algunos tuvimos la posibilidad de estar viviendo muchos meses dentro de una galería de arte. Lo que da cuenta de que el arte rompe lo institucional del espacio. También hubo mucha educación artística. Se conocieron artistas gracias a ésta ocupación del espacio público. Me parece que se hace importante ver que es lo que pasa con la Plaza Dignidad, hay que refundarla con nombre y buscar otro monumento, lo que es propio de un movimiento tan importante y potente, que debe dejar sus emblemas. Hay que entender como el arte se puede tomar los espacios, en el caso del arte callejero, como una visibilización de lo que los medios oficiales no están diciendo. Hay una necesidad de comunicar algo y manifestarlo, para que todo el que pase por ahí lo vea. Me parece que tomarse los espacios para aportar a la reflexión, es maravilloso, y también es un espacio de educación.

– ¿Cuáles son los siguientes proyectos de trabajo?

– Mi trabajo futuro está centrado en que éste proyecto de la Villa Portales, me permita dar cuenta de todos esos espacios importantes donde sí se puede construir una vivienda social con amor y dignidad, para que el buen vivir no sea un privilegio. Se viene un trabajo sobre la Villa Olímpica, después vendrá la Villa Frei, se sumarán las Torres de San Borja, la Villa San Luis, etc. Así que se viene un trabajo largo que espero terminar en un gran libro sobre la historia de la vivienda social de este país.

Jojo Fuentes, artista visual. Crédito: Christian Aedo J.

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