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Antropólogo recupera en un libro la historia de los antiguos habitantes de Temuco CULTURA

Antropólogo recupera en un libro la historia de los antiguos habitantes de Temuco

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Gracias a numerosas entrevistas y una exhaustiva investigación documental, Danko Mariman reconstruye la historia de la resistencia a la colonización chilena, detalla los conflictos y releva la existencia de sitios sagrados en el lugar. «Las autoridades tienen el desafío de lograr darle un relato e identidad a su comuna, lo mapuche debe ser visto como un desafío y una oportunidad, pero no se puede seguir destruyendo el patrimonio ni la memoria ni transgrediendo los espacios. La época de la colonización ya terminó, hoy hay que lograr un nuevo estadio o bien asumir los futuros conflictos asociados», advierte. El texto además detalla la recuperación de elementos pre hispánicos presentes actualmente en la zona, como los «menoko» (sitio sagrado).


El antropólogo Danko Mariman ha recuperado la historia de los antiguos habitantes de Temuco en un libro titulado «Lofmapu Botxolwe».

Se trata de un territorio donde el Estado de Chile se instaló en el marco de la guerra con los mapuche, con mil años de historia en el territorio. La propia ciudad de Temuco fue fundada por los chilenos recién en 1881.

«Este libro nace de la necesidad de dar a conocer el territorio de Botrolhue o el lofmapu Fütronwe de la comuna de Temuco, el cual hoy está siendo intervenido drásticamente por el avance urbano comunal, los loteos irregulares y la presión inmobiliaria», explica su autor.

Para su escritura, Mariman realizó una exhaustiva investigación documental, así como numerosas entrevistas a los habitantes originarios de la región. Además contó con el apoyo del Fondo del Libro del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

«Hay que dar a conocer el territorio y sus problemáticas para defenderlo. Por lo mismo, agradecer a todas las comunidades que formaron parte de este relato y a todas las personas que compartieron su conocimiento y memoria, además del equipo del que trabajó en el libro», señala.

Demanda de tierras

El investigador cuenta que el proceso de levantamiento de información y de la investigación fue realizado en distintas etapas.

«En lo personal, como dirigente y persona mapuche del territorio, recopile muchos relatos e información de la demanda de tierras de las comunidades del lofmapu entre los años 2014 y 2020. Esos relatos sirvieron de mucho para armar un relato común sobre las situaciones que viven las comunidades de la comuna y del territorio especifico», comenta.

Luego, una vez adjudicado el proyecto (2021-22), inició un proceso de recopilar toda la información que había y empezó a organizar para dar cuenta de los elementos que faltaban.

«Lamentablemente, no se pudo hacer grupo focales ni visitar mucho a las personas porque entró el Covid en el tiempo de desarrollo mismo del proyecto, sin embargo se logró conversar con actores claves y se desarrollaron entrevistas utilizando herramientas tecnológicas como Whatsapp», resalta.

Hallazgos

Mariman además apunta a importantes hallazgos en el marco de la investigación, que había que juntar en un solo relato. Por ejemplo, el hecho de que las familias de los lofche (comunidades) pelearon contra la llegada del Estado y la formación de los pueblos.

«Botrolhue tuvo una organización muy fuerte hasta el 1900, periodo desde el cual comenzó una etapa muy dura para sus habitantes y familias que fueron perseguidas y sufrieron consecutivos ataques y amedrentamientos por parte de los funderos, los carabineros y las propias acciones que tomó el Estado», relata.

«Es clave ver que esta presión por la tierra no ha cesado, sino que se ha perpetuado en nuevos conflictos por los espacios hasta el día de hoy. Es decir, existe una memoria territorial de más de 100 años de conflictos con el Estado chileno y sus políticas de colonización en la zona».

Cambios por colonización

En cuanto a los cambios en la zona con la colonización, Mariman da como ejemplo la situación del lofmapu Botrolhue, que tenía una superficie original de aproximadamente 5.000 hectáreas antes de la llegada del Estado chileno y de los primeros colonos a los que se les entregó tierras en el territorio durante el 1900.

Con la llegada del Estado y la radicación, de esas 5.000 hectáreas, hoy no quedan más de 2.000 en manos de las comunidades, «las cuales siguen sufriendo de desmedros a sus Títulos de Merced por las desafectaciones contemporáneas que contemplan vulneraciones a la ley Indígena 19.253, y donde las instituciones encargadas de fiscalizar –como la Conadi- han hecho vista gorda de la situación, en la que hay abogados y notarios involucrados».

A la vez, Mariman cuenta que la municipalidad de Temuco no ha cerrado el proceso de creación del su plan regulador comunal, situación que genera una ambigüedad favorable para el desarrollo inmobiliario, lo que tiene a más de 27 títulos de merced afectados en Temuco.

Según un estudio reciente de la empresa Atisba, con datos de Conadi y el INE (2022), dice que en Temuco hay más de 88.000 personas no mapuche viviendo sobre Títulos de Merced entre Temuko y Labranza, espacios donde está ubicado el lofmapu Botrolhue.

«Hoy, hay comunidades como la Antonio Huala y la Hueche Huenulao con un 90% de afectación a sus tierras derivadas de la instalación de empresas de extracción de áridos, empresas inmobiliarias como Pocuro, loteos irregulares, parceleros, la carretera Temuko-Labranza y micro vertederos ilegales».

Estero Botrolhue

Para el autor, un ejemplo claro es que -hoy- ninguna comunidad del territorio colinda con el estero Botrolhue, espacio clave en la conformación de la vida e identidad de las comunidades locales. Pero sí la planta de Aguas Araucanía colinda con el estero, y tiene puntos de descarga sobre el mismo y hacía el río Cautín, afectando las aguas, las napas y los pozos profundos de las comunidades, generando contaminación, plagas de moscas y una afectación cultural al uso de los espacios por parte de las comunidades.

«Lo que se vive en Botrolhue es el más cruel proceso de invasión y asimilación forzosa a la chilenidad, es un despojo sistemático y total que intenta sobre ponerse a una historia rica de más de 1000 años», acusa.

El libro presenta una mirada critica a la situación de dominación política chilena sobre los mapuche en Botrolhue y plantea importantes miradas sobre el paradigma del desarrollo y crecimiento urbano.

«Las comunidades mapuche también necesitan crecer y preservar sus espacios de uso familiar y colectivo, la prueba más fehaciente de ello es la demanda de tierras que han iniciado las comunidades del lofmapu y que vienen a plantearle importantes desafíos a la planificación territorial de la comuna de Temuco, la que no puede seguir negado ni ocultando la presencia mapuche. Las autoridades tienen el desafío de lograr darle un relato e identidad a su comuna, lo mapuche debe ser visto como un desafío y una oportunidad, pero no se puede seguir destruyendo el patrimonio ni la memoria ni transgrediendo los espacios, la época de la colonización ya terminó, hoy hay que lograr un nuevo estadio o bien asumir los futuros conflictos asociados», advierte.

Espacios sagrados

El libro además destaca los elementos pre hispánicos presentes actualmente en la zona.

«Tras la recuperación de un menoko (sitio sagrado) que estaba en manos de una empresa inmobiliaria en el año 2019, por parte de comunidades del Botrolhue, se generó un proceso de reconstrucción de la historia y la memoria del uso mapuche de estos espacios sagrados que representan los humedales», explica Mariman.

«Allí los kimche o sabios del territorio hablaron sobre las aguas del menoko, las que tienen un genmapu o deidad espiritual. Tal es el caso de Gürüfilu que aparece en forma de shumpal en el sueño. La presencia de deidades propias de la cultura mapuche y nuestro feyentun o espiritualidad, nos hace remontar inmediatamente a un periodo pre hispánico y pre cristiano, lo que sumado a hallazgos arqueológicos en la zona, nos hace hablar de una habitabilidad de más de 1.000 años en la zona de parte de las familias herederas de la antigua historia», reflexiona el autor.

«Esta habitabilidad ancestral ha sido comprobada a través de estudios arqueológicos en la zona y contrastada con la memoria local, haciendo ver que la gente del Botrolhue es descendiente de los primeros y antiguos habitantes de los valles y cuencas que hoy forman parte de la comuna de Temuco», concluye.

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