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«La virgen de la Patagonia» de Jorge Baradit: una nueva debacle literaria CULTURA|OPINIÓN

«La virgen de la Patagonia» de Jorge Baradit: una nueva debacle literaria

Gonzalo Schwenke
Por : Gonzalo Schwenke Profesor y crítico literario
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No debería causar sorpresa la degradación ideológica que compone este volumen, porque construye una visión femenina redundante y con una mirada obscena que raya en lo chabacano. Además, utiliza un tono que intenta representar dinámicas del interior del país, pero rápidamente se transforman en un increíble desprecio hacia los habitantes de las provincias y pueblos originarios. Todo procedimiento es válido para el autor que recurre a discursos racistas y a los “hits” trasnochados para instalar la distopía y múltiples formas de violencias con la intención de buscar el sentido dorado de la Patagonia.


La novela «La virgen de la Patagonia» (2022) de Jorge Baradit (Valparaíso, 1969) se sitúa en el villorrio de Río Rojo, un conjunto de casas ubicadas en la Patagonia chilena, controlado por autoridades designadas; el cura, el alcalde y los militares, que están a la espera de la guerra con Argentina en 1978.

En aquel poblado, los residentes quedan impactados por la aparición de una enigmática joven que es capaz de comunicarse con parientes fallecidos; por tal motivo, los feligreses la denominan “la virgen”. Precipitadamente, los carabineros la toman presa afirmando que se trata de una terrorista, una enemiga interna enviada por los comunistas y una espía con procedencia argentina. Dichos eventos provocan alto nivel de consternación en los habitantes, pero también en la deriva de la sublevación.

La mencionada “virgen” es solamente un elemento secundario ya que la verdadera protagonista es Marta Yagán. Estudiante universitaria de origen yámana que viaja desde Santiago al extremo sur del país para visitar a la abuela. La joven yamana representa la dicotomía cultural e identitaria en la búsqueda de los ancestros europeos e indígenas. En realidad, con la excusa de la visita familiar y dada la situación la encausarán en la búsqueda de los padres arrestados por los militares.

Otro aspecto significativo, son las recurrentes apreciaciones inverosímiles y sexualizadas entre personajes de un pueblo modesto. Tal como el encuentro de la abuela y la hija que no se ven durante mucho, cuyo primer comentario es sobre “lo crecidita” que está, aludiendo a su desarrollo corporal.

Como contraparte social está la matriaca Julia Kuzmanic, dueña de la villa, quien organiza a los subalternos para encontrar a su hija desaparecida, Mirka. Si bien el personaje de Julia está descrito tanto en lo ideológico mediante minuciosas perversiones, el narrador también tiene la misma perspectiva con juicios: “la tuvieron que sacar de encima del cadáver mientras se frotaba contra él y lo besaba de formas poco apropiadas” (52). Es decir, lo hacen desde una única mirada donde no hay oposición. En este sentido, cabe agregar que a estos personajes los diferencia la clase social, sin embargo, tienen el mismo perfil de la Quintrala.

En el mapa discursivo de Baradit, la exacerbación del universo esotérico que ha desarrollado bibliográficamente, abarca desde conspiraciones, cyborgs, distopías, planos astrales, la exhibición de lo gore, ovnilogía, indigenismo gótico y las particulares resonancias místicas vinculadas a la obra de Miguel Serrano. El caso de Raimundo es uno de ellos.

Personaje ligado a la “Policía del Karma” y con mayor rango que militar de provincia, ensaya con cuerpos para decodificar impulsos eléctricos por sujetos de otra dimensión. Así, el racconto de aquel capítulo completo en referencia a un personaje que se mantiene a oscuras hasta muy avanzada la lectura, pero que comienza con un irrefrenable deseo de hablar de orígenes herméticos chilenos, reforzando la idea de justificar la perorata histórica.

A diferencia de otros personajes, esta decisión queda desnivelada. Más aún, reafirma la posición donde da cuenta de sujetos vinculados con el esoterismo de ultraderecha en la que no critica la sociedad, sino que explora la posibilidad de un mundo elíseo y expectante. Un escenario ubicado en el intermedio de la tierra con una entrada ubicada en Chile, pero disponible solamente para los elegidos. La supuesta experimentación con los cuerpos, la materia y la carne que se narra con seducción y placer por la muerte, no es más que la alegoría al capitalismo salvaje. Es decir, el aprovechamiento de cada centímetro de personas dentro de la maquinaria para el beneplácito de otras con mayor poder.

La novela «La virgen de la Patagonia» es constituyente de una nueva debacle literaria en que se encuentra Baradit. No debería causar sorpresa la degradación ideológica que compone este volumen, porque construye una visión femenina redundante y con una mirada obscena que raya en lo chabacano. Además, utiliza un tono que intenta representar dinámicas del interior del país, pero rápidamente se transforman en un increíble desprecio hacia los habitantes de las provincias y pueblos originarios. Todo procedimiento es válido para el autor que recurre a discursos racistas y a los “hits” trasnochados para instalar la distopía y múltiples formas de violencias con la intención de buscar el sentido dorado de la Patagonia.

Ficha técnica

La Virgen de la Patagonia
Autor: Jorge Baradit
Editorial: Suma De Letras
N° de páginas: 332.

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