Recomendaciones para prevenir el estrés y evitar enfermedades en tu gato

Sabemos que la mejor alimentación para que nuestro gato se mantenga sano y contento es aquella donde mezclamos hidratación con nutrición, pero ¿cómo logramos esto?

Los gatos son mascotas maravillosas de gustos muy definidos, de hecho, no beben agua fácilmente por sus hábitos y por esencia propia, porque la prefieren fresca, en piletas de aguas danzantes, de la llave, incluso no se la puedes dar en cualquier pocillo, prefieren un bebedero amplio (para que sus bigotes no toquen los bordes del plato),  por tal razón entregarles una dieta húmeda, donde mezcles el alimento seco con el húmedo, es el complemento ideal.

La alimentación es fundamental en el bienestar de tu gato, sin embargo, hay otros factores ambientales que pueden afectar su ánimo y por ende sus ganas de comer y beber.

Hay situaciones de carácter muy  normal en una familia pero que pueden alterar el comportamiento de tu mascota considerablemente,  como la llegada de un bebé o  de una nueva mascota como un cachorro, quien se sentirá más que atraído por perseguir a tu gato todo el día,  incluso que tu casa o departamento no cuente con muebles en altura.

“Los gatos necesitan mirar desde arriba, analizan las situaciones,  a ellos les gusta controlar el ambiente desde un lugar seguro, los felinos son depredadores o presas, la altura, los convierte en lo primero; es tan sencillo como dejar un espacio para él en alguna repisa, sacando algunos libros”, comenta Claudia Espina, veterana de la UBA.

“Si lo ves aislado, más agresivo, sin ganas de comer, nos indica que algo tiene”, agrega.

La depresión se puede desarrollar  por causas ambientales que puede derivar en enfermedades difíciles de diagnosticar.

“El talón de Aquiles de los felinos son las vías urinarias, la cistitis idiopática felina, por ejemplo, es una patología que genera inflamación en la vejiga y anomalías en el sistema nervioso central, muy dolorosa, es “idiopática” porque muchos especialista coincidimos en  que se puede desencadenar por factores psicológicos y por estrés”, afirma la especialista.

“El reflujo gástrico por ejemplo, se puede evitar al mejorar la postura del gato cuando come, si el plato esta a la altura del suelo, tendrá que flexionar demasiado la columna vertebral y las patas, son posturas que curvan el tracto digestivo y el estómago queda expuesto a más presión de la habitual. Todo esto se puede evitar simplemente elevando su plato”, destaca Espina. 

Hemos aprendido que una buena alimentación es fundamental, pero así lo es también, el ambiente, la atención y el cariño que le entregas a tu mascota.

Evitar malos hábitos, posturas y costumbres hoy, se verán reflejadas en la calidad de vida de tu gato  y después  en una buena  vejez.

“Mucho se habla de tener cuidado con los alimentos altos en sodio, la sal, en su justa medida, no es mala, por el contrario, estimula el consumo de líquidos y es lo que buscamos en la dieta. Por otro lado, incluir alimentos húmedos siempre será positivo”, finaliza.

En ese sentido, la recomendación es estar atento a cambios que pueden presentar los gatos y siempre acudir a un experto cuando sea necesario.