CULTURA|CIENCIA
Una especie nueva para la ciencia fue encontrada en el desierto en la costa de Antofagasta. Se trata de una flor de la familia de las margaritas, cuyo arbusto crece en las grietas de la roca en la Quebrada Botija.
Científicas y científicos de Chile descubrieron una nueva especie de planta. Se trata de un arbusto con hojas suculentas y flores de la familia de las margaritas, llamado Diplostephium paposanum. Fue descubierta en la Quebrada del Botija en la zona de Paposo en la región de Antofagasta, informó El Desconcierto.
La flor pertenece al género de plantas Diplostephium, que significa «doble corona», y se refiere a sus frutos que tienen dos hileras de pelos en la parte superior, y que parecen dos coronas concéntricas. Las flores son blancas y amarillas y crecen entre las grietas de las rocas de la quebrada.
De acuerdo a lo indicado por expertos botánicos del Instituto de Investigación Agropecuaria (INIA) que descubrieron la especie, las especies de Diplostephium eran conocidas exclusivamente en los Andes tropicales, y nunca habían sido encontradas a alturas menores de 2.500 metros sobre el nivel del mar, por lo que la planta descubierta correspondería a la especie más austral del género y la única que crece cerca del mar.
“Esta especie se encontró en una localidad donde convive con una pequeña explotación minera, por lo cual correspondería tomar medidas para su conservación. Hasta el momento, se han colectado semillas para su conservación a largo plazo en el Banco Base de Semillas del INIA. De igual manera, se está investigando su propagación, en caso de ser necesaria la reintroducción en su hábitat en el futuro”, precisó el ingeniero agrónomo e investigador del INIA, Sergio Ibáñez.
La planta fue encontrada por un equipo de investigadores botánicos en el marco del estudio “Diagnóstico y conservación de la flora costera de la Región de Antofagasta”, que busca llenar los vacíos de conocimiento de la flora en el desierto de Atacama, que es un lugar difícil de estudiar por su geografía, y altamente amenazado por actividades humanas.
Se trata además de una zona de alto valor para la biodiversidad, por sus condiciones topográficas que captan la humedad desde el océano, permitiendo un gran desarrollo de formaciones vegetacionales en medio del desierto más árido del mundo, lo que las deja en un fuerte aislamiento y permite que exista flora que no se observa en ninguna otra parte del mundo.
El estudio está en su etapa final y tiene tres objetivos: generar y poner a disposición una base de datos sobre la flora; establecer la conservación ex-situ de las especies de flora, además de acordar una cartera de proyectos de educación ambiental y turismo sustentable; y finalmente difundir el valor del patrimonio florístico de la Región. Estos, para hacer frente al desafío de proteger ecosistemas vulnerables como el del Desierto Costero de Tocopilla y Taltal.
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