Publicidad
“El filme mata a Neruda”: así fue el estreno en Valparaíso de cinta sobre episodio de violación CULTURA

“El filme mata a Neruda”: así fue el estreno en Valparaíso de cinta sobre episodio de violación

Eda Cleary
Por : Eda Cleary Socióloga, doctorada en ciencias políticas y económicas en la Universidad de Aachen de Alemania Federal.
Ver Más

La experiencia de proyectar “Alborada”, del cineasta cingalés Asoka Handagama, en Chile mostró una vez más que el cine como arte es capaz de convocar a personas de tan diferentes países para que conversen, se enfrenten a distintos puntos de vista y dialoguen libremente en tiempos tan difíciles como los de antaño. El público chileno que vio “Alborada” quedó fascinado con Asoka Handagama como un extraordinario director de cine. Esta película quedará en la retina y en el corazón de los que la vieron.


El pasado miércoles, el director de la Escuela de Cine de la Universidad de Valparaíso, el profesor de cine Rodrigo Cepeda, invitó a todos sus académicos, alumnos e interesados a ver la película “Alborada” del director cingalés Asoka Handagama. Es la primera vez que se estrena en Chile.

Después de la muestra también se organizó un “foro de cine” con la participación de la directora de la Editorial de la Universidad de Valparaíso Jovana Skármeta, Karin Berlien, directora de la División de Igualdad y Diversidad, y Eda Cleary, socióloga y autora de varios ensayos sobre Neruda en Oriente. También contamos con la presencia del decano de la Facultad de Arquitectura Alejando Witt y el Director de la Escuela de Teatro de la Universidad Claudio Marín.

La película se mostró con subtítulos en español , preparados por la profesora de cine Luciana Pinilla. Su proyección fue impecable en cuanto a color, imagen y sonido.

“Alborada” impactó profundamente a la audiencia chilena por ser una película estéticamente hermosa en cuanto a sus paisajes, su música y su excepcional recreación histórica. La actuación del casting fue considerada excelente, destacándose Malcolm Machado en su rol de Rathnaigh, y José Luis Romero en el rol de Neruda.

La puesta en escena de dos triángulos de personajes: uno masculino y otro femenino, es decir: Neruda-Wendt-Rathnaigh, y Josie-Patsy-la chica sakkili para ir desarrollando la historia ocurrida en 1929 resultó ser genial y permitió al público comprender el asunto dentro de una lógica moderna.

Asoka Handagama desentraña de las páginas de “Confieso que he vivido”, publicada en 1974, una interpretación nunca antes vista en el cine de lo que Neruda llamó “encuentro entre un hombre y una estatua” con una mujer de los estratos más bajos de la casta de los intocables, los sakkili. Cabe agregar que ya el movimiento neo-feminista se había expresado críticamente sobre el mismo hecho y lo había calificado de “violación”.

Asoka Handagama.

Audacia artística

En el foro de cine sobre “Alborada” los chilenos y chilenas se sorprendieron de la audacia artística de Asoka como cineasta hombre para abordar un tema tan delicado como la sexualidad de Neruda cuando era un joven de 24 años en Ceilán.

Pocos se atreven a filmar una historia cruda sobre el que se transformara más tarde en un poeta de talla mundial y fuera acreedor del Premio Nobel de Literatura en 1971. Sobre todo, porque el Neruda joven era otro que el coloso poético que surgiría con el correr de los años. En Ceilán de 1929 Neruda era un joven experimental, entró en contacto con el consumo de opio y era fundamentalmente apolítico. Es justamente en este contexto que “Alborada” resulta altamente interesante.

Estando en “Alborada” la cuestión de la sexualidad de Neruda en el centro de la acción, naturalmente el público tiene la oportunidad de reflexionar sobre su accionar patriarcal y narcisista. Asoka dirige con mano firme la crudeza en la escena de la violación a la chica sakkili, actuada muy bien por la actriz Rithika Kodithuwakku.

Sin embargo, el actor de teatro Andrés García señaló que si el público no supiera que la historia de “Alborada” se trata de Pablo Neruda, ésta podría aplicar a cualquier historia de abuso patriarcal en el mundo. De allí se desprende que “Alborada” logra una validez universal.

¿Censura feminista?

La otra pregunta que rondó el foro de cine es si la obra poética de Neruda puede ser censurada como lo plantean las neo-feministas y muchas chilenas en la universidad debido a una violación ocurrida en el siglo pasado. Karin Berlien, calificó la película de “muy violenta”, y la vio como una plataforma de “denuncia” y ”revisión” de la obra de Neruda.

Otros afirmaron que no es posible cancelar la obra de Neruda porque ya pertenece a los lectores. Sus poemas son de validez mundial. Sobre todo aquellas sobre la naturaleza, la historia de América Latina, la grandeza y el sufrimiento de los pueblos oprimidos contenidos en “Canto General” .

Otro asistente al estreno de “Alborada”, admirador de la poesía nerudiana, comentó: “Asoka lo mató a Neruda” en una muestra del estado anímico que causa ver en la pantalla hechos que antes solo se sabían por escrito. En este sentido el cine de Handagama es conmovedor, y al mismo tiempo aleccionador tanto para el público masculino como para el femenino.

Personajes femeninos

En general el destino de los personajes femeninos en el guión de Asoka logran su propio salvataje: Josie, la amante birmana que lo persigue a Ceilán, entiende que tiene que irse por su bien de vuelta a Birmania, Patsy no se detiene en su estilo de vida porque su relación con Neruda es solo carnal y por ello reemplazable, y el drama de la chica sakkili se resolverá simbólicamente de una manera sorprendente. Alborada podría ser considerada en este sentido como una película feminista.

En cuanto a la censura exigida por muchas mujeres en redes sociales de la obra de Neruda, las posiciones de los asistentes se dividían en dos: los que separan su vida personal de la genialidad de Neruda en su obra y aquellos que quieren cancelar tanto a su persona como su poesía. En este punto, hay un asunto de choques valóricos que ha ido cambiando en el tiempo.

En el foro, se comentó asimismo, que era necesario sincerar que la violencia sexual en Chile contra las sirvientas durante el tiempo que Neruda estuvo en Asia, era similar en los grandes fundos ganaderos agrícolas del país, donde los patrones hacían lo que querían con las mujeres humildes. Se sabía de los abusos, pero la sociedad permitía este descalabro debido a la poca valoración de las mujeres y altos noveles de discriminación clasista.

El hecho que Neruda sea conocido en Chile y en toda Hispanoamérica como un poeta consagrado y una gran luchador contra las injusticias sociales , dificulta la recepción de otras etapas de su vida que estuvieron bajo las sombras del machismo. Lo que ha quedado en la memoria de la gente en general es que además fue un político progresista, leal amigo y un compañero de luchas de Salvador Allende hasta el final de sus dos vidas que sucedieron rápidamente después del golpe militar en 1973.

Quizás por ello, la audiencia chilena es ambivalente en la interpretación de los hechos. Algunos hablaron de un creciente “maltrato” de Neruda a raíz de esta historia.

Lo que queda claro es que si Neruda no hubiese escrito sobre este oscuro episodio en sus memorias, nadie sabría lo sucedido. Quizás él buscó redención a través de la confesión tardía. Pero, ante la impunidad que siguió a ese hecho, sólo queda intentar comprender por qué las cosas sucedieron de esa forma y no de otra.

Desesperación existencial

Asoka Handagama logra transmitir al público en las dos escenas finales de “Alborada” la auténtica desesperación existencial de los personajes en un choque masculino entre Neruda y su sirviente Rathnaigh que deja a la audiencia intrigada. Pero lo más inesperado es, sin lugar a dudas, la última escena cuando la chica sakkili emerge desde el pasado al presente de Wellawatta desde la profundidad del océano. El público quedó por segundos estupefacto, para luego reaccionar y dilucidar el verdadero significado que podría tener ese final en el día de hoy.

“Alborada” dará que hablar. El lanzamiento en Valparaíso fue ante una audiencia académica conocedora de la obra de Neruda y de las complejidades de su biografía. Muchos se preguntaban qué efecto podría tener en Chile esta película cuando se comercialice y se muestre al público en general. Allí no habrán filtros analíticos intelectuales, sino que “Alborada” hablará por sí misma y sus personajes se verán como lo que son: hombres y mujeres de carne y hueso sometidos a la fuerza del tiempo histórico y el destino que les tocó vivir.

La experiencia de proyectar “Alborada” en Chile mostró una vez más que el cine como arte es capaz de convocar a personas de tan diferentes países para que conversen, se enfrenten a distintos puntos de vista y dialoguen libremente en tiempos tan difíciles como los de antaño. El público chileno que vio Alborada quedó fascinado con Asoka Handagama como un extraordinario director de cine. Esta película quedará en la retina y en el corazón de los que la vieron.

Publicidad

Tendencias