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El lienzo de José García Chibbaro: recorrido a un artista conectado con la realidad CULTURA Crédito: Felipe Marín Araya

El lienzo de José García Chibbaro: recorrido a un artista conectado con la realidad

Bruno Musa
Por : Bruno Musa Periodista.
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El artista multifacético disfruta de su conexión con exponentes jóvenes y contemporáneos, mientras que en paralelo menciona que le tocó vivir en una generación en la cual “por primera vez en la historia, la juventud se tomó el poder de la moda, de las comunicaciones y de los sueños de la humanidad”.


En un recoveco de la comuna de San Esteban, Región de Valparaíso, me recibe el artista José García Chibbaro, amante de la naturaleza.

Entre adobe, sonidos de gallinas y ladridos de perros – los cuales intentarán colarse por intervalos en cada una de sus palabras – nos sumerge en un recorrido a través del tiempo y el espacio, descubriendo cada una de sus obras e hitos, en una conversación que va entre misticismo, con toques de realidad y actualidad.

– Hay tres elementos que son cruciales para comprender el origen de tus inspiraciones: el auto, el perfil masculino y el caballo.  ¿Cómo se mezcla tu presente artístico con estas figuras?

– El caballo es el primer vehículo, de alguna manera el primer avión, ya que al galopar el caballo se mantiene por algunos segundos en el aire, por lo tanto, cuando se salta a caballo, en las competencias se está más en el aire que en el suelo.

El automóvil, por ejemplo, es una prolongación de nosotros mismos: las luces serían sus ojos, el sistema nervioso la cablería eléctrica, las ruedas los pies, la bocina la voz, etc.

Lo mismo sucede con el internet, que no es más que una prolongación de nuestra mente planetaria.

El perfil humano premunido de estos dos elementos, se transforma en el protagonista de mi imaginería artística.

Aniversario de la fundación de Santiago.

– ¿Cómo fue ese camino de interesarte en el mundo del arte, desde tu infancia, hasta tu adolescencia y de qué manera sientes que fuiste conectando con otros artistas?

– Nunca pensé, cuando estaba en el colegio, que iba a ser artista. Lo único que hacía era dibujar en todos los ramos y me perseguían los profesores por eso.

Al salir de la educación media, estudié 3 años publicidad, profesión que nunca llegó a gustarme de verdad y a los 22 años me dediqué por completo a la pintura.

Desde ahí empecé a conectar con otros artistas. Vivía en Santiago y pintaba en un taller en Bellavista, un barrio que no era lo que es ahora. Había muy poco… No había locales, ni existían los lugares comerciales, era un lugar de artesanos y artistas.

Era la época del movimiento hippie, había ahí una onda muy especial y como vecinos del Parque Forestal, participábamos en las exposiciones que se hacían en el parque, en épocas de primavera.

Siento que me tocó vivir una generación en la cual, por primera vez en la historia, la juventud se tomó el poder de la moda, de las comunicaciones y de los sueños de la humanidad.

– Hablemos de música ¿Qué significa para ti tu grupo musical Narayana? Háblanos del inicio y de cómo sientes que Latinoamérica refresca de cierta forma a una Europa que venía un poco “capa caída” en la década de los 70’s.

– En mi familia había muchos músicos y cuando éramos pequeños íbamos a las fiestas familiares, entonces en ese momento en el que los niños tienen que irse acostar, nos decían “el que canta encima de la mesa se va a dormir”, entonces como teníamos tantas ganas de cantar, lo hacíamos y después teníamos que irnos a acostar.

Luego aprendí a tocar guitarra porque mi hermana tomó clases, ella no tocó más y terminé tocando yo. Tenía alrededor de ocho o nueve años cuando partí.

Y así fui después relacionándome con amigos que eran músicos, sin tener aun la idea de formar un grupo. Esta surgió solamente por necesidad cuando nos fuimos de viaje, teníamos entonces alrededor de 23 años e íbamos por 3 meses a conocer Machu Pichu, Cusco y otros lugares del Perú.

Ahí nació el grupo Narayana, que nos permitió seguir recorriendo América y el mundo y lo que en un comienzo era un viaje de 3 meses, se transformó en un periplo de 11 años.

Nuestra primera experiencia fue cantar en la plaza de Arequipa, donde tuvimos un éxito enorme, que nos permitió subir a Machu Pichu y participar en algunos programas de televisión en Arequipa y Cusco.

Esta fue una experiencia extraordinaria, fuimos avanzando por Sudamérica, el caribe y Norteamérica, haciendo una recopilación del folclore latinoamericano.

Al llegar a Europa, nuestro folclore estaba de última moda, eran tiempos del boom de los escritores latinoamericanos y el realismo mágico aportaba a Europa una nueva savia cultural, con García Márquez, Vargas Llosa y todos los escritores y artistas, que eran recibidos con gran interés por ese público.

Sueño de Inés de Suárez.

– Háblanos sobre tu cercanía con la literatura y de cómo se vincula tu familia en aquello.

– En mi familia se leía mucho, recuerdo a mi padre que almorzaba con el diccionario y cualquier palabra que surgía la buscábamos, fue un gran aporte. Después como pintor surrealista me sentí, inevitablemente, relacionado con la literatura, ya que el arte visual surrealista nace de esta.

La pictopoesis es ya algo literario y se pueden hacer alusiones históricas, místicas, subconscientes, mágicas y fantásticas, como es el caso de los movimientos derivados del surrealismo, como el realismo mágico y realismo fantástico.

Luego escribí una novela histórica, que tenía que ver con un asunto familiar que desconocía, esta es más bien una novela de tipo histórico costumbrista, que tiene que ver con la revolución de 1891 y el hundimiento del Príncipe de Asturias, que fue un barco español que, como el Titanic, tuvo un desenlace trágico. Se hundió frente a las costas del Brasil y en él fallecieron algunos parientes míos.

También escribo cuentos, estos no los he publicado nunca, son cuentos de estilo surrealista que difieren mucho de la novela que escribí “El Siglo de Doña Tránsito”.

El gran inquisidor.

– ¿Cuáles son los hitos más grandes que han marcado tu carrera, hasta el momento?

– El primero cuando mi papá me enseñó a los 4 o 5 años a dibujar, eso fue fundamental, después cuando metí la mano en la pintura amarilla y quería pintar los muebles de la casa.

Luego ya de más grande cuando se formó el grupo de música, por ejemplo. La primera vez que entré a un taller y sin saber pintar al óleo, un amigo me enseñó y sentí que se abría un mundo maravilloso.

Otros hitos importantes fueron formar parte de la academia “Ernst Fuchs”, en Reichenau, Austria, donde aprendí la técnica Flamenca, asimismo entrar en la Escuela Internacional de Gráfica Venecia Italia y en la Escuela de Escultura de Greda “El Poggio” de San Vicenzo a Torri, Toscana, Italia.

Me inicié como autodidacta, pero tuve la suerte de poder estudiar en estos tres lugares.

También participar en la Expo Sevilla, en donde ilustré el libro de las cartas de Colón del editor Ismael Espinoza. Esa fue una grata sorpresa.

Otro hito fue después de haber participado en la Feria Mundial de Arte Fantástico en Venecia, donde estaban todos los surrealistas del mundo. Ahí se hizo un nuevo manifiesto surrealista.

Asimismo, haber expuesto en Venecia en la época en que se hizo “Salvemos Venecia”, donde estaban todos los científicos del mundo salvando la primera ciudad de occidente.

Los protectores de Venecia.

– ¿Qué colores son los que representan tu etapa artística, pasando desde tus inicios a lo actual?

– Tuve una época azul cuando partí, ese color me fascinaba, también el amarillo me encanta.

En el último tiempo me he movido más en colores verdosos tipo bronce.

Ahora tengo planes de hacer un cambio en mi forma de pintar, trabajar más el color y hacer una pintura menos elaborada y más casual, ya que la técnica flamenca, con la cual me inicié, demanda demasiado trabajo técnico y me gustaría hacer obras más espontáneas.

– ¿Existen nuevas formas de expresión relacionadas al arte? Háblanos sobre lo que piensas sobre las nuevas generaciones.

– En mi época viajar era difícil, porque salir de Chile era muy caro. Estaba en el lugar más apartado del mundo, ahora por las comunicaciones y las facilidades que existen los artistas viajan mucho más.

Las cosas han cambiado en estos últimos tiempos, se ha vuelto a hacer arte figurativo, lo que en mi juventud era casi un pecado, porque estaba la dictadura del arte abstracto. Te pegaban en la mano los profesores si dibujabas bien, había que dibujar mal, era algo insólito.

Ahora hay un gran eclecticismo, mucha gente se dedica al arte y se respetan todas las manifestaciones, como asimismo se vuelven a interesar los artistas en las antiguas técnicas y el trabajo artesanal del arte.

En lo personal me encanta convivir y compartir con artistas jóvenes, porque es una forma de nutrirse mutuamente. De eso se trata, el arte es comunicación y eso es fundamental.

– ¿Cómo sientes que es el apoyo y la vinculación que tienen los artistas nuevos?

– Aquí apoyo hay muy poco la verdad, no es un mal actual, esto viene arrastrándose hace mucho rato en Chile, se ha hecho cultura con fines políticos, ahí ha habido cierto apoyo, pero el resto de los artistas estamos sujetos al IVA y algunas galerías cobran el 40%. Personalmente no conozco otra actividad donde te cobren esa cantidad de comisiones por tu trabajo.

A muchos artistas nos llama la atención que estos temas culturales no se hayan tratado en los últimos proyectos constitucionales.

En la primera convención de lo único que se habló fue de terminar con los derechos de autor y en la segunda sencillamente no se habló del tema.

Creo que a los políticos les interesa poco lo cultural y a los artistas nos parece fundamental para salvar el país.

– ¿Qué consejo le darías a artistas más jóvenes?

– Trabajar, no hay otra forma. La cultura hoy es dedicación constante, porque es una cosa dinámica, es comunicación, pero ya no solo a nivel de los medios, sino que cuando se trabaja, hay que tener conciencia de que hay mucha gente involucrada.

Es como cuando uno medita u ora. Hay que sumarse a esta energía creadora de la sociedad o de la humanidad y de esa manera, es como a través de esos medios de comunicación – que no solo son las redes sociales – uno toma fuerza y entrega cosas profundas que emanan.

– ¿Alguna reflexión respecto a la inteligencia artificial?

– Creo que la mayoría de las personas tienen una gran incertidumbre respecto al tema, es difícil dimensionar los cambios que puede producir en la sociedad, de hecho, se está tratando de legislar al respecto, ya que hay problemas morales y éticos de por medio.

– ¿Cómo es tu rutina y contacto con la naturaleza?

– Para mí, el contacto con la naturaleza es fundamental. Siempre he tratado de vivir en el campo, incluso cuando viví en Europa, para mí ha sido un tónico importante.

Soy poco urbano la verdad, me encanta la ciudad, pero ir a visitarla.

Esperamos que algún día retornemos a tener una ciudad que permita el desarrollo cultural, como lo fue en algún tiempo.

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