Publicidad
“Conmemoración”: 50 años de soledad CULTURA|OPINIÓN

“Conmemoración”: 50 años de soledad

Si cada uno de nosotros escudriña en cajas, maletas y baúles de la familia, podremos ensamblar nuestra vivencia con el ejercicio histórico académico. En “Conmemoración”, Pancho consigue esa cronología emocional de estas cinco décadas con cada chaqueta vieja, lámpara, cuadro, o libro desvencijado.


Hace cinco veces diez, la leche de la sociedad chilena se cortó para siempre, decía el poeta Armando Uribe, en relación al golpe de Estado del 73. La compañía Tryo Teatro Banda en su obra “Conmemoración” realiza un ejercicio artístico para que esos recuerdos, análisis y reflexiones lleguen al presente gracias a la retina emocional de un niño-adulto.

Pancho fue un chico en los años ochenta, cuando la dictadura de Pinochet cumplía una década, etapa donde nadie deseaba hablar por terror. Los mayores cargaban el trauma del ciclo 1958-73, que culminó con nuestro Guernica en La Moneda, una Francia-Fonasa ocupada por nazis y un país lleno de colaboracionistas.

Sobre el tablado, los tesoros abandonados en la bodega de una parcela familiar, permiten al adulto de hoy armar las piezas de este puzle interminable.

Tryo Teatro Banda es una compañía muy especial, se ha hecho un lugar por sus sofisticados montajes y producciones, escenografías móviles, actores-músicos y una creativa energía para recorrer momentos de la historia, muchas veces, lejanos al siglo XX. En ellos siempre hay investigación histórica, literatura y composiciones originales. Esta vez no son los Incas, es sobre la historia de un país donde la unidad popular no fue suficiente para salvar a la Unidad Popular.

La obra escrita por Francisco Sánchez y Luis Barrales logra, gracias a la dirección de Sebastián Vila, no sólo explorar los eventos nacionales en torno a la tragedia, sino también desplegar todo el mapa de la guerra fría, sin la cual es imposible entender el periodo en nuestro país. Logran una sana lección de historia.

En esta oportunidad la compañía propone un actor y un músico en una escenografía minimalista, pues la grandilocuencia la facilitan la majestuosa imaginación del niño, hoy adulto. En ese carrusel, el padre es un académico sensible a las revoluciones del periodo, la madre una migrante yugoeslava buscando en Chile descansar de las guerras mundiales, hay también un esteta terrateniente, dueño del fundo, donde el infante Pancho juega y recoge los pedazos del antiguo Chile refundado.

Esta es la obra perfecta para los denominados “Hijos de Pinochet”, quienes nacieron en el 73. Una reminiscencia nacional, en plena era de la boludez selfie, de perros con ropa, gatos en Spas y un planeta intoxicado de tierraplanismo, negacionismo y noticias falsas.

¿Qué buscaba ese niño campesino, hijo de un peón del cual nunca más se supo? ¿Qué era la guerra fría? ¿Qué sentía Pancho cuando el aristócrata tocaba el piano para contrarrestar la mediocridad del Festival de Viña? ¿Por qué esa bodega estaba llena de objetos-cápsulas del tiempo?

Si cada uno de nosotros escudriña en cajas, maletas y baúles de la familia, podremos ensamblar nuestra vivencia con el ejercicio histórico académico. En “Conmemoración”, Pancho consigue esa cronología emocional de estas cinco décadas con cada chaqueta vieja, lámpara, cuadro, o libro desvencijado. Un acto poético involuntario de un chico intruso, para ponerle rostro, esperanza y lágrimas a la reforma agraria, en su violencia, desorden y posterior masacre.

Muy honesta la “Conmemoración” de Tryo Teatro Banda. Este siglo XXI es para recapitular el siglo XX y no festejarlo. Ojo, uno pestañea y pasan cincuenta años. Cuidado: en Chile, quien pestañea, pierde.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias