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“Powerful Women”, un notable documental sobre las mujeres en Kenia CULTURA|OPINIÓN

“Powerful Women”, un notable documental sobre las mujeres en Kenia

José Miguel Ruiz
Por : José Miguel Ruiz Escritor, poeta y profesor de Castellano (UC). Ha publicado, entre otros libros, “El balde en el pozo” (poesía, 1994), “Cuentos de Paula y Carolina” (narrativa, 2011) y “Gramática de nuestra lengua” (2010). Mención Honrosa en los Juegos Literarios Gabriela Mistral de la I. Municipalidad de Santiago, 1975. Primer Premio en el Concurso de Poesía de la P. Universidad Católica de Chile, 1979. Premio Municipal de Arte, Mención Literatura, de la I. Municipalidad de San Antonio (1998).
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Son mujeres que presentan lo que bien conocen, comprometidas con develar lo que ocurre con estas, con su educación, sabiendo que la educación les dará herramientas para tomar conciencia de sus derechos; mujeres de “corazón grande”, en el meollo de la vulnerabilidad.


Tuve la oportunidad de asistir a la avant premiere de este documental, dirigido por Belén Soto Infante y Gonzalo Ruiz, filmado en Kenia y el que ha tenido varios reconocimientos fuera del país, entre ellos el Cannes World Film Festival (que no está relacionado al Festival de Cannes), obteniendo tres de las cuatro nominaciones en que participaba: “Mejor Director”, “Mejor película de mujeres” y “Mejor Directora Mujer” (sic), y otras siete distinciones en festivales europeos.

En Kenia, se muestra el quehacer de mujeres que se han preocupado de la dignidad y derechos de la mujer, especialmente de las niñas en situación de gran vulnerabilidad, a través de organizaciones humanitarias, como Maisha (Vida en swahili) –fundación chileno-keniana sin fines de lucro, nacida en el corazón de Kibera, Kenia, cuya misión es “acompañar y ofrecer oportunidades de crecimiento a embarazadas, madres y jóvenes en contextos vulnerables”–. Las niñas en el suburbio de la ciudad o en la aldea viven en situación de mucha pobreza, no tienen siquiera para toallas higiénicas, las que muchas veces tratan de conseguir entre los desechos de los basurales; se ven impelidas a tener relaciones con hombres mayores para conseguir algo de dinero que les permita comer y tener la posibilidad de comprar lo que necesitan para su menstruación. Mujeres benefactoras les enseñan a crear sus propias toallas higiénicas… Esto es solo un ejemplo de algo más complejo que tiene que ver con la falta de recursos en algunas partes del mundo y donde las mujeres, niñas o adolescentes en este caso, son obligadas a su degradación o simplemente ignoradas, supeditadas al dominio masculino, patriarcal.

Domitila Ayot, una mujer que había sido maestra –y que pudo felizmente venir a esta avant premiere, invitada por la fundación Maisha, recibiendo una gran ovación –, tiene un rol protagónico en el filme: en una casa de acogida para las jóvenes que han sido abandonadas por los padres de los hijos que esperan o han engendrado, muchas víctimas de abuso, de una violación en el contexto de una “cultura” de sujeción y poder sobre las mujeres. En esa casa, se busca acoger y el tomar conciencia de la dignidad de estas.

Solinda, otra de estas mujeres empoderadas de una aldea keniana; ella pudo salir del círculo de pobreza y ha vuelto a su lugar de origen para, mediante la escuela, la educación, enseñar la dignidad y derechos de esas niñas (y niños). Nos enteramos cómo, dentro de esa cultura, desde tiempos inmemoriales, se les extirpaba el clítoris a las niñas, la razón: inhibir o mutilar el derecho a la sexualidad de las mujeres; se puede añadir que alrededor de los 12 años, estaban en condiciones de casarse, sin que importara si querían o no. El amor, iba por otro lado, se trataba de un asunto de negocios. Por una ley bastante posterior, eso ya es penado hoy con cárcel.

Estas mujeres protagonistas nos van dando su visión de lo que acontece en la aldea o en la ciudad. Visión que complementa la cámara, la visión cinematográfica de los documentalistas.

Este es un mediometraje bello –si existe la estética al abordar la pobreza y la vulnerabilidad humana, tal vez…–, filmado en una parte del África profunda, con sus costumbres atávicas; donde la pobreza es extrema, para mostrarla como denuncia y esperanza en lo que realizan “mujeres poderosas”, comprometidas con el bien de los más desposeídos, en actos de justicia y humanidad; allí está el equipo de “Powerful Women” con su cámara, su sensibilidad reivindicatoria de los derechos de la mujer; su llamado a poner la mirada donde es más fácil desviarla; no solamente contando o denunciando, sino “haciendo cine”, esto es, el contenido y la forma de fusionan en una obra que se introduce en la vulnerabilidad humana de Kibera, en los suburbios de Nairobi, entra en sus calles, en una cultura de la que hay mucho que conocer, y lo hace con respeto, seriedad, enarbolando las banderas del derecho de las mujeres con el peso de siglos de sometimiento, abusos, relegadas al ámbito del servicio al hombre, condenadas a la ignorancia, a las descalificaciones, al patriarcado.

Mujeres que presentan lo que bien conocen, comprometidas con develar lo que ocurre con estas, con su educación, sabiendo que la educación les dará herramientas para tomar conciencia de sus derechos; mujeres de “corazón grande”, en el meollo de la vulnerabilidad, y un equipo de documentalistas dispuesto a entregar un potente mensaje a través del cine: la dignidad de la mujer y lo que realizan, casi siempre anónimas, decididas, empoderadas y heroicas mujeres para que esa dignidad sea posible, allí, en Kenia, y donde sea necesario.

Todo esto convertido en un impactante documental de realizadores chilenos en un rincón del inagotable y apasionante, siempre viejo y siempre nuevo, continente africano.

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