Publicidad
Chile y la importancia de participar en un pacto mundial sin precedentes Opinión

Chile y la importancia de participar en un pacto mundial sin precedentes

Felipe González Morales
Por : Felipe González Morales elator Especial sobre Derechos Humanos de los Migrantes de Naciones Unidas Profesor de Derecho Internacional Público, Universidad Diego Portales
Ver Más

¿Qué diferencia hace la adopción del Pacto Mundial para estados que, como Chile, ya se encuentran vinculados por las obligaciones establecidas en la Convención sobre Trabajadores Migratorios? Por de pronto, la diferencia no consiste en el nivel de protección de los Derechos Humanos de los migrantes, ya garantizados por dicha Convención, sino en la oportunidad de participar activamente en una iniciativa multilateral sin precedentes y de crucial actualidad a nivel mundial.


La comunidad internacional ha dado un histórico paso adelante con la adopción del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular. Por primera vez un instrumento a nivel global aborda los diferentes aspectos de la migración. Esto en momentos en los que, de manera simultánea en los cinco continentes, se producen amplios movimientos de personas, incluyendo migrantes, refugiados, desplazados y otros grupos.

Si bien, como lo reconoce el propio Pacto, los estados pueden legítimamente establecer sus políticas migratorias, la idea detrás del Pacto es que la complejidad de los procesos migratorios hace indispensable que ello sea complementado por iniciativas de carácter multilateral internacional. Un ejemplo de esto a nivel regional es lo que ha sucedido en relación con los migrantes venezolanos: sin perjuicio de que cada Estado de la región ha adoptado sus propias políticas migratorias respecto de ellos, desde septiembre pasado se viene llevando a cabo una serie de iniciativas multilaterales en el marco del denominado Proceso de Quito, en el que participa una serie de estados de América Latina, incluyendo Chile.

Hace casi 30 años fue adoptada la Convención Internacional para la Protección de los Derechos Humanos de los Trabajadores Migratorios y sus Familias. Chile es parte de dicho tratado, que consagra los principales derechos de este colectivo. Lamentablemente son muy pocos los estados, principalmente de destino de migrantes, que lo han ratificado.

De allí la importancia de adoptar un nuevo instrumento en el que se involucren los estados de origen, de tránsito y de destino de migrantes. A diferencia de la Convención, que solo ha sido ratificada por un poco más de 50 estados, más de 180 estados suscribirán el Pacto Mundial. Este nuevo instrumento no es propiamente un documento sobre Derechos Humanos y no implica el reconocimiento de Derechos Humanos adicionales a los ya consagrados en la Convención. El Pacto Mundial aborda la cuestión migratoria en sus diversas dimensiones y formula numerosas opciones de medidas de política pública basadas en buenas prácticas de los estados.

¿Qué diferencia hace entonces la adopción del Pacto Mundial para estados que, como Chile, ya se encuentran vinculados por las obligaciones establecidas en la Convención sobre Trabajadores Migratorios? Por de pronto, la diferencia no consiste en el nivel de protección de los Derechos Humanos de los migrantes, ya garantizados por dicha Convención. Yo diría que dos son los aspectos centrales que hacen una diferencia para estados como Chile.

El primero es la oportunidad de participar activamente en una iniciativa multilateral sin precedentes en una materia de crucial actualidad a nivel mundial, iniciativa cuya influencia de seguro perdurará durante mucho tiempo. Ello, desde luego, sería coherente con la larga tradición chilena –con gobiernos de distinto signo político– de adoptar un papel relevante en los debates de la comunidad internacional, mucho mayor que el peso relativo del país, considerando el tamaño de su economía y su ubicación geográfica. Por señalar solo un ejemplo entre otros muchos posibles, precisamente en estos días en que se conmemora el 70º aniversario de la Declaración Universal sobre Derechos Humanos, conviene recordar que Chile desempeñó un rol protagónico en su elaboración.

El segundo aspecto en que el Pacto Mundial hace una diferencia respecto de la Convención se refiere al amplio elenco de medidas específicas de políticas públicas en materia de migración que ofrece –más de 120, en una lista no exhaustiva, de entre las cuales los estados pueden escoger–.

Lo interesante es que esto dará visibilidad a las políticas estatales y permitirá el intercambio de experiencias y buenas prácticas entre los estados, en un tema que por su naturaleza internacional resulta imposible de ser abordado adecuadamente por cada estado de manera aislada.

De allí la importancia de sumarse a la adopción del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular. Una importancia que no importó.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias