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Política de testeo en pandemia… al menos para los funcionarios de la salud Opinión

Política de testeo en pandemia… al menos para los funcionarios de la salud

Pablo Cox Vial
Por : Pablo Cox Vial Prof. Asociado Universidad de Valparaíso Neurorradiólogo Hospital Carlos Van Buren
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Con todas las incertidumbres existentes, en las próximas semanas no nos podemos dar el lujo que salga un turno completo de médicos, enfermeras, kinesiólogos y personal paramédico como medida de precaución, ante un posible caso sospechoso o contacto. Hay que asegurar la continuidad en la atención de salud y, para eso, los funcionarios tenemos que estar en nuestros puestos trabajando, sin contagiar a los pacientes ni a nuestros compañeros de trabajo.


El 7 de enero del año 2020, científicos chinos aislaron pacientes que presentaron una neumonía atípica, un nuevo coronavirus denominado COVID-19, y el primer caso confirmado en Chile fue el 3 de marzo. Desde entonces, el objetivo fue “aplanar la curva de contagio”. La estrategia habría sido el aislamiento social de distinto tipo, intensidad o territorial, combinado con la vigilancia epidemiológica a casos sospechosos, contactos cercanos o estrechos.

Habiendo transcurrido ya más de dos meses del primer caso, a la fecha no ha existido un plan organizado para estudiar el comportamiento local del brote, usando el testeo para el diagnóstico de COVID-19 por parte del Ministerio de Salud (Minsal). Ya sea a través de la detección de material genético viral –test de reacción en cadena de polimerasa con transcriptasa reversa RT-PCR– o de respuesta inmunológica del huésped frente al material del virus, por medio de la detección de inmunoglobulinas, como IgG e IgM.

[cita tipo=»destaque»]¿Cuál sería la razón de que en Los Lagos se hayan hecho 13,4 pruebas por cada mil habitantes con un porcentaje de positividad de 5,01% y un total de 592 casos positivos acumulados, en comparación con las 4,96 pruebas por cada mil habitantes de Valparaíso, con un porcentaje de positividad de 9,98% y un total de 970 casos? Es decir, en Valparaiso se testeó menos de la mitad que en Los Lagos, con poco menos del doble de casos positivos acumulados y casi el doble de porcentaje de positividad de los test realizados.[/cita]

Con datos del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (MCTCI) respecto a la realización de test a lo largo del país, las tasas de testeo por cada 1.000 habitantes van desde 2,15 en Coquimbo, 4,96 en Valparaíso, 7,65 en Bío Bío, 13,24 en Los Lagos, llegando a 18,86 en la Región Metropolitana (RM). Siendo los casos positivos totales acumulados 140, 970, 932, 592 y 21.317, respectivamente al 11 de mayo.

Si vemos el porcentaje de test positivos acumulados, tenemos en Coquimbo 7,79%, Valparaíso 9,98%, Bío Bío 7,32%, Los Lagos 5,01% y la RM 13,9%. Existe una asociación directa, en estas cifras de conjunto, entre exámenes realizados y tasa de positividad. Pero también hay datos anómalos.

¿Cuál sería la razón de que en Los Lagos se hayan hecho 13,4 pruebas por cada mil habitantes con un porcentaje de positividad de 5,01% y un total de 592 casos positivos acumulados, en comparación con las 4,96 pruebas por cada mil habitantes de Valparaíso, con un porcentaje de positividad de 9,98% y un total de 970 casos? Es decir, en Valparaiso se testeó menos de la mitad que en Los Lagos, con poco menos del doble de casos positivos acumulados y casi el doble de porcentaje de positividad de los test realizados.

¿Es el resultado de una ausencia de política central? ¿Cuál es la racionalidad detrás de esto? ¿Se debe a que cada cual se las arregla como puede y dependiendo de la accesibilidad a estos recursos podrá realizarse el examen? Estas son interrogantes que quedarán para después, para que los expertos las respondan y, así, prepararnos adecuadamente para la próxima pandemia o epidemia. Ahora, lo que necesitamos es una política central, con respaldo jurídico que priorice y asegure el testeo y monitoreo de los funcionarios de la salud, ya que los test de RT-PCR escasean y los de inmunoglobulinas son diversos, dependiendo de las empresas que los elaboran.

Es cierto que estas pruebas tienen distinta sensibilidad y especificidad y que dependen de cómo y dónde se toma la muestra. Es un virus del que no sabemos la respuesta inmunológica que genera en los huéspedes, aunque conocemos su familia y ya tenemos datos actuales.

Pero con todas las incertidumbres existentes, en las próximas semanas no nos podemos dar el lujo de que salga un turno completo de médicos, enfermeras, kinesiólogos y personal paramédico como medida de precaución, ante un posible caso sospechoso o contacto. Hay que asegurar la continuidad en la atención de salud y, para eso, los funcionarios tenemos que estar en nuestros puestos trabajando, sin contagiar a los pacientes ni a nuestros compañeros de trabajo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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