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La tarea (urgente) de refundar Carabineros EDITORIAL

La tarea (urgente) de refundar Carabineros

Dada la frecuencia con que la policía de Carabineros se involucra en hechos que terminan con daños y lesiones graves para ciudadanos, operaciones financieras dolosas o uso desproporcionado de la fuerza en materia de orden público, resultaba imposible que el Gobierno siguiera omitiéndose de exigir la responsabilidad del mando a su cabeza institucional. Es de consenso público que la rehabilitación de Carabineros, como una policía profesional y eficiente, no termina con el reemplazo del general director, pero era un paso necesario y en el sentido correcto. Hay que tener presente que, cuando parte importante de los problemas más complejos de la agenda política nacional tienen su origen o se relacionan con su policía, el país experimenta un problema de Seguridad Nacional.


Lo señaló hace poco en un programa de televisión la ministra de Desarrollo Social y Familia, Karla Rubilar. El valor de sus palabras está dado no solo por el hecho de ser una ministra de Estado, sino también por el conocimiento cercano que tiene del tema, por haber sido intendenta de la Región Metropolitana y ejercido, durante un tiempo, la presidencia de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara.

El incidente de dos menores baleados por Carabineros al interior de un hogar del Sename, actualmente en plena investigación por la justicia criminal, agotó la capacidad del Gobierno de amparar los yerros profesionales de la institución y terminó en la remoción del –hasta ayer incombustible– general director, Mario Rozas.

Dada la frecuencia con que la Policía de Carabineros se involucra en hechos que terminan con daños y lesiones graves para ciudadanos, operaciones financieras dolosas o uso desproporcionado de la fuerza en materia de orden público, resultaba casi imposible que el Gobierno siguiera omitiéndose de exigir la responsabilidad del mando a su cabeza institucional.

[cita tipo=»destaque»]Por cierto, esta tarea no puede retrasarse más, es urgente. Aunque queda el país a la espera de los resultados de la investigación en curso por el baleo de los dos menores. Es menester que se aclaren los hechos y se determinen y sancionen las responsabilidades personales e institucionales, tanto de Carabineros como del Sename (y del Ministerio de Justicia, del cual depende dicho organismo).[/cita]

Es de consenso público que la rehabilitación de Carabineros, como una policía profesional y eficiente, no termina con el reemplazo del general director –tal como lo ha señalado este diario en incontables ocasiones–, pero era un paso necesario y en el sentido correcto. El fuero corporativista heredado por dicha institución policial de la época de la dictadura militar, la ha llevado a posturas de insubordinación frente al poder civil en más de una ocasión, cuestión que afortunadamente no se vio en esta oportunidad.

Cuando parte importante de los problemas más complejos de la agenda política nacional tienen su origen o se relacionan con su policía, el país experimenta un problema de Seguridad Nacional. Y ello, apunta al vértice de los organismos superiores del Estado, excede los asuntos internos policiales, y toca la capacidad y voluntad civil de ejercer el mando y control de las fuerzas de orden y seguridad.

Hoy existen las condiciones para –y es un imperativo– refundar Carabineros, como dijo la ministra Rubilar, y hay que empezar a hacerlo desde muy abajo y sistemáticamente. Para borrar sus actitudes discrecionales, prepotentes, abusadoras, corregir los métodos brutales que lesionan los derechos civiles de las personas y reestructurar globalmente la institución, para devolverle al país una policía confiable y profesional en la ejecución del orden y la ley (en sus funciones de control del orden público y prevención del delito).

Por cierto, esta tarea no puede retrasarse más, es urgente. Aunque queda el país a la espera de los resultados de la investigación en curso por el baleo de los dos menores. Es menester que se aclaren los hechos y se determinen y sancionen las responsabilidades personales e institucionales, tanto de Carabineros como del Sename (y del Ministerio de Justicia, del cual depende dicho organismo).

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