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Pandora Papers: la derrota política de Piñera y electoral de Sichel Opinión

Pandora Papers: la derrota política de Piñera y electoral de Sichel

Marco Moreno Pérez
Por : Marco Moreno Pérez Decano Facultad de Ciencia Política y Administración Pública, Universidad Central de Chile.
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Una posible acusación constitucional no cambiará el juicio histórico y político sobre Sebastián Piñera. Los Pandora Papers son la confirmación definitiva de su derrota política y su paso a la historia. Después que deje La Moneda, tendrá probablemente que enfrentar un periplo en tribunales por este y otros temas vinculados a derechos humanos. Pero sobre todo deberá enfrentar el destierro político al que lo relegará la elite del poder. El Presidente Piñera no estará en la papeleta del 21 de noviembre, pero la gente verá en Sebastián Sichel a su representante y, por lo tanto, contra él se dirigirá la rabia de la opinión pública encuestada en las próximas mediciones de clima político y, muy probablemente, el castigo a Sichel en las urnas.


El efecto que dejarán los Pandora Papers tendrá insospechadas consecuencias políticas y electorales que probablemente superen con largueza a las judiciales. Los principales afectados por las esquirlas políticas y electorales son el actual Presidente Sebastián Piñera y el candidato de La Moneda y el oficialismo, Sebastián Sichel.

En relación con el Presidente Piñera, las revelaciones de los Pandora Papers vuelven a colocar el foco sobre un problema estructural en el Mandatario, cual es su pulsión por acumular y por los negocios que lo llevan a cruzar la delgada línea entre intereses privados y públicos. Acá parece radicar el origen de la animadversión que genera el Presidente y que da lugar a una creciente polarización afectiva respecto de la figura presidencial y su entorno. No se trata de diferencias ideológicas sino de la respuesta emocional hacia la autoridad presidencial. Responde, en definitiva, a cuestiones identitarias que no necesariamente tienen una base ideológica. El incremento de la polarización es un síntoma que debemos analizar para intentar explicar el estado de la opinión pública chilena sobre el Presidente Sebastián Piñera.

Si bien se está evaluando la conformación de una comisión investigadora en la Cámara de Diputadas y Diputados para determinar el eventual conflicto de intereses del Mandatario, el escenario se torna más propicio que nunca para una acusación constitucional. Pero también sabemos que a 158 días de que concluya el actual mandato presidencial, los tiempos legislativos de una parte y el ciclo electoral de otra, pueden afectar el escenario destituyente instalado sobre el Presidente.

Lo cierto es que una posible acusación constitucional no cambiará el juicio histórico y político sobre Sebastián Piñera. Los Pandora Papers son la confirmación definitiva de su derrota política y su paso a la historia. Después que deje La Moneda, tendrá probablemente que enfrentar un periplo en tribunales por este y otros temas vinculados a derechos humanos. Pero sobre todo deberá enfrentar el destierro político al que lo relegará la elite del poder que ya lo dejó caer, el país y la historia. Este final de su vida política es una de las cuestiones más caras para el Presidente y lejos lo que más resiente su fuero interno y entorno. Este es el hecho político relevante en relación con Piñera que generan los Pandora Papers.

El candidato del oficialismo, Sebastián Sichel, tampoco saldrá indemne de las externalidades que genera la investigación periodística. Jose Antonio Kast buscará capitalizar su liderazgo y el clima de opinión pública de castigo sobre Sebastián Piñera, su Gobierno y el oficialismo por el caso Pandora Papers. Kast no ha ocupado posiciones en el Gobierno. Al contrario, ha sido especialmente crítico con Piñera y su administración. Ha sido un outsider y un dolor de cabeza para La Moneda y los partidos oficialistas. Esta condición le permitirá sortear de mejor forma el malestar, endosando el costo de la polarización afectiva en la ciudadanía, que genere el Presidente Piñera, al candidato Sichel.

Así las cosas, la tendencia al alza en los sondeos de José Antonio Kast en desmedro de Sebastián Sichel la buscará capitalizar el líder de Republicanos especialmente a partir de la erosión del electorado de indecisos y volátiles que los Pandora Papers provocarán. Sichel recibirá el costo del castigo que la ciudadanía instale sobre Sebastián Piñera y su Gobierno a propósito de los Pandora Papers. Este tema se mantendrá por varios días en la agenda y en la conversación política. incrementándose el cuestionamiento ético y moral sobre el Primer Mandatario. La emoción de la indignación con Piñera se traspasará a Sichel y también a los candidatos al Parlamento del oficialismo.

El Presidente Piñera no estará en la papeleta del 21 de noviembre, pero la gente verá en Sebastián Sichel a su representante y, por lo tanto, contra él se dirigirá la rabia de la opinión pública encuestada en las próximas mediciones de clima político y, muy probablemente, el castigo a Sichel en las urnas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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