Si lo que queremos es avanzar hacia un Chile más empático, justo e integrado, que entregue a todos los niños, niñas y adolescentes las oportunidades para desarrollar al máximo su potencial, y donde las diferencias con las que llegamos a la escuela no sean un impedimento para recibir una educación de calidad, desde Educación 2020 hemos señalado que un futuro gobierno necesita avanzar y no retroceder con la Nueva Educación Pública, y requiere revisar el sistema de evaluación, no ampliar el peso de la evaluación externa. Por una educación que nos permita participar libremente de nuestra comunidad y nos prepare para la vida democrática. Por una educación donde la diversidad y la diferencia sea respetada y valorada, donde personas de distintos contextos se encuentran y comprometen con la construcción de lo común. Por una educación que nos permita a todos y todas una vida digna y en libertad, plena y con bienestar, es fundamental que examinemos críticamente esta radiografía a los programas de educación de cada uno de los candidatos.
Las elecciones del domingo recién pasado nos dejaron con más preguntas que respuestas respecto del rumbo que tomará nuestro país los próximos cuatro años. Más allá de las lecturas a las que invita este escenario, queremos reflexionar sobre lo que este resultado electoral significa para el sistema educativo, para el lugar que queremos ocupe la educación en el país, y ¿por qué no?, para reflexionar sobre el país que queremos construir.
Desde Educación 2020 hemos entregado públicamente una hoja de ruta presidencial con los cinco principios y diez desafíos que deberá enfrentar el nuevo gobierno en materia educacional. Días antes de las elecciones del domingo 21 de noviembre, y sabiendo que los programas de los ganadores sufrirían modificaciones, hicimos un análisis comparado de cada programa en esta materia y nos sorprendimos al revisar que existían ausencias importantes en todos los programas e, incluso, en algunos de ellos no se mencionaba ninguno de los puntos que para gran parte de los movimientos ciudadanos y organizaciones que trabajamos en educación son fundamentales.
El documento Cinco prioridades en educación para el nuevo gobierno, identifica áreas prioritarias en educación para los próximos cuatro años: 1) modificaciones al Sistema de Aseguramiento de la Calidad, al currículum y al financiamiento para abrir más espacio a la innovación, profesionalización y colaboración a la hora de enfrentar los desafíos que deja la pandemia; 2) mejorar la cobertura con flexibilidad y calidad de la educación inicial; 3) compromiso con la Nueva Educación Pública como política de Estado; 4) una nueva institucionalidad y mayor equidad de género en la educación técnico profesional, y 5) legislar una carrera directiva para fortalecer el liderazgo escolar, son las cinco prioridades que creemos deberá abordar el sistema educativo los próximos años, que se plasman en 10 desafíos que vemos como urgentes.
Al analizar los programas de los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta a la luz de estas cinco prioridades, vemos énfasis distintos en ellos. El programa del candidato Boric contempla medidas para mejorar la implementación de la Nueva Educación Pública, la revisión del currículum para que sea más flexible a las realidades de cada territorio, el desarrollo de una carrera directiva, la revisión del sistema de evaluación nacional, la profundización de la participación de las comunidades educativas, programas para hacer frente a la pandemia que consideran la dimensión socioemocional, entre otras.
En el programa del candidato Kast, los énfasis están en profundizar la libertad de abrir colegios, en entregar más información a las familias para que éstas puedan elegir mejor, en ampliar la evaluación a otros actores educativos, en mejorar la educación inicial, la recuperación de aprendizajes, y en revertir el proceso de desmunicipalización e instalación del nuevo Sistema de Educación Pública, argumentando que es una política que solo pretende agrandar el Estado, centralizando la educación de los niños más vulnerables y sin mejorar la calidad de nuestras escuelas y liceos (pág 78 y 79).
Bajo la lupa de E2020, el programa del candidato Boric da mayor continuidad a una de las reformas más importantes que se implementa en nuestro sistema educativo desde el 2018, la Nueva Educación Pública, con una serie de medidas que van en línea de fortalecer y mejorar esta política, recogiendo las recomendaciones del Consejo de Evaluación que monitorea este proceso. Para que reformas de esta magnitud tengan éxito, requieren el tratamiento que le da el candidato Boric, abordándola como una política de Estado y comprometiendo su apoyo en pos de la calidad de la educación de nuestro país.
Una revisión al sistema de evaluación nacional -programa de Boric- por sobre su ampliación a otros actores educativos -programa de Kast- también parece ir en línea con lo que proponen expertos y académicos a nivel nacional e internacional para alcanzar una educación de calidad integral, dado que el exceso de énfasis en la evaluación externa implica consecuencias no deseadas en las prácticas pedagógicas y en el bienestar de las comunidades educativas, reduciendo las experiencias formativas sólo a aquellas áreas evaluadas por las pruebas estandarizadas (en un fenómeno conocido y descrito como “estrechamiento curricular” en la investigación en el área).
Si lo que queremos es avanzar hacia un Chile más empático, justo e integrado, que entregue a todos los niños, niñas y adolescentes las oportunidades para desarrollar al máximo su potencial, y donde las diferencias con las que llegamos a la escuela no sean un impedimento para recibir una educación de calidad, desde Educación 2020 hemos señalado que un futuro gobierno necesita avanzar y no retroceder con la Nueva Educación Pública, y requiere revisar el sistema de evaluación, no ampliar el peso de la evaluación externa.
Por una educación que nos permita participar libremente de nuestra comunidad y nos prepare para la vida democrática. Por una educación donde la diversidad y la diferencia sea respetada y valorada, donde personas de distintos contextos se encuentran y comprometen con la construcción de lo común. Por una educación que nos permita a todos y todas una vida digna y en libertad, plena y con bienestar, es fundamental que examinemos críticamente esta radiografía a los programas de educación de cada uno de los candidatos.