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Nuevo gobierno alemán: ¿superministerio para salvar el mundo (desde la economía)? MUNDO

Nuevo gobierno alemán: ¿superministerio para salvar el mundo (desde la economía)?

La alianza entre socialdemócratas, Partido Verde y Partido Liberal eligió a Olaf Scholz como nuevo canciller alemán. En la formación del Gobierno se destaca el nuevo Ministerio de Economía y Protección del Clima, que estará dirigido por el nuevo vicecanciller y líder de los Verdes, Robert Habeck. ¿Será maquillaje verde o un histórico cambio de tendencia en la política gubernamental alemana?


Durante más de dos meses, los partidos de Alemania han negociado tenazmente un programa de gobierno y han cortejado los puestos más importantes de la primera «coalición semáforo» a nivel nacional (por los colores de los partidos: rojo, el Socialdemócrata SPD; amarillo, el Liberal FDP; y los Verdes). Los Verdes ocuparán un puesto clave: liderarán el nuevo «superministerio», inmediatamente así apodado por los medios de comunicación. Se trata del nuevo Ministerio de Economía y Protección del Clima. 

De hecho, es una extensión del Ministerio de Economía, incluso el edificio a pocos metros de la estación principal de trenes de Berlín seguirá siendo el mismo. Con Merkel, este fue Ministerio de Economía y Energía, y antes, con el último gobierno socialdemócrata, había sido también el Ministerio de Economía y Trabajo. Ahora, la adición de «Protección del Clima» entonces no solo es un título contemporáneo para las políticas de los años 30 en el siglo XXI, sino también un fuerte posicionamiento del Partido Verde, que ocupará 116 de los 736 puestos en el Parlamento alemán. 

Robert Habeck ya formó equipo

Este ministerio, probablemente el más importante, será uno de los cinco ministerios (de los dieciséis) bajo la dirección directa de los Verdes. Mientras que la excandidata a canciller Annalena Baerbock se hará cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores, la otra mitad de la doble dirección de los Verdes presidirá este superministerio: Robert Habeck, hombre de 52 años del norte de Alemania, quien es muy apreciado por encima de su propio partido. Muchos lo consideraban en retrospectiva el mejor candidato a canciller de su partido. El grado de ecologismo de la política económica alemana en el futuro dependerá de su fuerza política. 

Sin haber tomado posesión del cargo, ya ha dado ejemplo con el nombramiento de algunos secretarios de Estado, quienes le aportan competencia a su lado. Se trata, por ejemplo, del antiguo director del laboratorio de ideas «Agora Energiewende» («Ágora del cambio energético»), Patrick Graichen, o del cofundador de la red crítica con la globalización Attac en Alemania, Sven Giegold. Además, hay otros pesos pesados de los Verdes con experiencias sobre todo en la política europea, es decir, funcionarios con redes internacionales.

Habeck y su equipo tendrán que cambiarle el rumbo al ministerio, históricamente cercano a las empresas y la industria. El objetivo de los Verdes es obtener el 80% de su energía de fuentes renovables para 2030 y para esta fecha también eliminar por completo la energía del carbón. Para lograrlo, está prevista una ley de protección climática de gran alcance, para la que Habeck necesitará una buena conexión con el Ministerio de Transportes (liderado por los liberales) y el Ministerio de Construcción (socialdemócrata). Lo que no se logró desde un principio: el derecho de veto previsto por los Verdes desde la perspectiva de protección climática para nuevas leyes.

Ministerio de Medio Ambiente se mantiene también

Según información de ARD, hasta 80 funcionarios del Ministerio de Medio Ambiente, que también se mantendrá, se unirán a los aproximadamente 2300 empleados en el superministerio. Algunos analistas critican esa reestructuración de personal y temática porque ven que es sobre todo el Ministerio de Medio Ambiente original el que pierde. Michael Schroeren, en Der Tagesspiegel, teme una «deconstrucción organizativa y una devaluación política». Además, algunos presupuestos de cientos de millones pasarían al nuevo Ministerio de Economía y protección del clima.

Pero, por otro lado, por primera vez, los Verdes tienen la oportunidad de presentar su preocupación política central en la mesa de los grandes. El Ministerio de Medio Ambiente históricamente con una influencia política comparativamente menor sigue ocupándose de la conservación inmediata de la naturaleza. Sin embargo, para frenar el cambio climático global hay que estar, por un lado, cerca del liderazgo gubernamental, cosa que los Verdes han conseguido con la vicecancillería de Robert Habeck, y, por otro, cerca de la industria, que es la principal responsable del calentamiento global. Al fin y al cabo, la principal tarea es convencer a las empresas alemanas de que el cambio climático también puede ser lucrativo. Se trata de crear incentivos, no frenos. 

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