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Un elefante llamado PIAAC pasando por la Alameda Opinión i

Un elefante llamado PIAAC pasando por la Alameda

Mario Waissbluth
Por : Mario Waissbluth Ingeniero civil de la Universidad de Chile, doctorado en ingeniería de la Universidad de Wisconsin, fundador y miembro del Consejo Consultivo del Centro de Sistemas Públicos del Departamento de Ingeniería de la Universidad de Chile y profesor del mismo Departamento.
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La prueba PIAAC, organizada por la OCDE, mide competencias elementales de lectura, aritmética y resolución de problemas en ambientes tecnológicos, en la población de entre 15 y 65 años, en todos los países. Los resultados nacionales son vehementes. “Chile se posiciona como uno de los países con peor rendimiento en términos de niveles de competencias de su población, donde alrededor de un 50% es “analfabeta funcional”. No lograremos nunca ser competitivos internacionalmente, no mejoraremos la decaída productividad, no resolveremos las inequidades salariales, ni tendremos una mejor democracia, a menos que los chilenos y chilenas adquieran a lo menos un nivel de comprensión lectora y aritmética equivalente al promedio de los países OCDE.


Imagine usted un elefante real, con colmillos y todo, pasando por el bandejón de la Alameda, sin que nadie siquiera lo mire. Tiene en ambos lados un letrero que dice “Vergonzoso PIAAC”. La prensa hace caso omiso. Cuando llega a Plaza Italia o Dignidad, como prefiera, el elefante da media vuelta y baja hasta Teatinos. Día y noche, desde 2018 en adelante. Y el público y la prensa… cri cri, es una verdad que es tan inconveniente que nadie quiere ver ni comentar. Los candidatos presidenciales ni siquiera saben que el elefante existe. Una más de las rarezas nacionales.

La prueba PIAAC, organizada por la OCDE, mide competencias elementales de lectura, aritmética y resolución de problemas en ambientes tecnológicos, en la población de entre 15 y 65 años, en todos los países. La Comisión Nacional de Productividad publicó los últimos resultados disponibles en 2018. Aquí están todos.

En síntesis, copio: “Chile se posiciona como uno de los países con peor rendimiento en términos de niveles de competencias de su población, donde alrededor de un 50% es “analfabeta funcional”. La escala, en las tres competencias, va de 0 a 500 puntos. La diferencia en lectura con el promedio OCDE es de 47 puntos, 52 en aritmética, y 27 puntos hacia abajo en resolución de problemas.

Pero esta escala dice poco, así que profundicemos. Copio de nuevo: “en los niveles 4 o 5 de lectura los adultos son capaces de integrar, interpretar y sintetizar información de textos largos o complejos”, como podría ser tal vez un instructivo técnico, o una nota larga en la prensa. Antes de seguir adelante, STOP y trate de adivinar, que porcentaje de los adultos chilenos está en ese nivel. NO sapee más abajo antes de hacer su apuesta.

¿La hizo? Ya.… ¡es 1,6% vs. 10,5% en el promedio OCDE!! ¿Acertó?

Ese es el % de personas, por decir una cifra, que pueden desempeñar una labor de supervisor de trabajadores poco calificados, o de profesionales que entienden lo que leen. En las otras competencias los resultados son similares.

Por contraste, más del 50% de los adultos se encuentran por debajo del nivel 2, definido como analfabetismo funcional, a diferencia de 19% en países OCDE. Repita, 50%, 50%… 50%. Esta es la fracción de nuestros adultos que son analfabetos funcionales.

Por cierto, este dato explica porqué, en las votaciones, mucha gente se deja guiar por el faranduleo de muchos candidatos, porqué les gusta hacer retiros de las AFP sin entender las consecuencias para su pensión futura, y en general, porqué son tan susceptibles a las melodías populistas que se tocan en el Congreso. Su comprensión de las políticas públicas es prácticamente nula, y de cifras relevantes también. Los parlamentarios lo saben y se aprovechan, y en una de esas, hay varios que tampoco saben hacer una regla de 3 simple.

Otro dato para llorar: aquellos chilenos con educación superior terminada, incluidos los postgrados, obtiene un puntaje promedio de comprensión lectora ¡menor al promedio de las personas de los países OCDE que no asistieron a la educación superior! Esto significa una realidad dura, pero previsible: con autoridades y profesores que se hacen una sabrosa remuneración, que se aprovechan de la gratuidad, que engrupen alumnos con campañas espurias de marketing, la mayoría de las  instituciones de educación superior en Chile no son siquiera capaces de egresar profesionales con adecuadas comprensiones de lectura y aritmética. 

Alguien podría decir que eso es culpa de la educación escolar. Ooookeey. Pero no me vengan a decir que, después de cobrarle a las familias, o crecientemente al gobierno, un total de unos $10 a $20 millones por otorgarles un título técnico o profesional, ¿no son siquiera capaces de asegurar sus comprensiones lectoras y aritméticas elementales??? ¿En esto se despilfarran las platas públicas destinadas a la gratuidad?

Por último, aclaremos que el analfabetismo funcional constituye una gran parte de la explicación sobre la inequidad salarial en Chile. En el promedio OCDE, un trabajador en los mejores niveles de lectura gana 1,8 veces más que el trabajador en nivel menor a 1.  En cambio en Chile, ese factor es de 3 veces o más.

Recomendaciones para cualquier programa presidencial.

  1. Establecer una medición nacional de estas competencias con la misma escala del PIAAC, cada dos años, para monitorear nuestro avance (o retroceso).
  2. Hacer esta medición de forma obligatoria para todos los estudiantes secundarios mayores de 15 o terciarios en cualquier año de su carrera, de cualquier área. Informar a las instituciones educativas el detalle de los resultados.
  3. Retirar la acreditación a toda institución de educación superior cuyos resultados no superen al menos el promedio OCDE, para así obligarlos a corregir esta situación con sus jugosos millones de pesos de aranceles. 
  4. Lanzar, por medio del SENCE o instrumento similar, con incentivos tributarios que cubran el 80% del costo, un masivo Programa de Nivelación Funcional (manera elegante de decir alfabetización funcional) cuyos resultados de ingreso y salida se midan con pruebas PIIAC y se publiquen ampliamente, cada dos años, en todos los medios nacionales.

No lograremos nunca ser competitivos internacionalmente, no mejoraremos la decaída productividad, no resolveremos las inequidades salariales, ni tendremos una mejor democracia, a menos que los chilenos y chilenas adquieran a lo menos un nivel de comprensión lectora y aritmética equivalente al promedio de los países OCDE.

¿Cuándo será el día que podamos retirar al elefante PIAAC de la Alameda?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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