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Diputado Jaime Araya: «Hay personas en el Gobierno que tienen una aproximación poco realista al fenómeno migratorio» PAÍS

Diputado Jaime Araya: «Hay personas en el Gobierno que tienen una aproximación poco realista al fenómeno migratorio»

Roberto Bruna
Por : Roberto Bruna Periodista de El Mostrador
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El parlamentario independiente con cupo PPD, quien integra una bancada transversal de parlamentarios nortinos, augura meses muy complejos con la intensificación del flujo migratorio irregular a través de pasos no habilitados. Asimismo, aseguró que esperan conocer esta semana la agenda del Gobierno en la materia. “No hay comuna ni región que resista lo que nos tocó vivir el año pasado. Aquí en el norte las cosas se están agravando mucho porque está prendiendo un clima de xenofobia tremendo», señaló, al tiempo que fue crítico de personeros de Gobierno cuya aproximación a la temática es «academicista» y desconectada de la realidad. «Ellos lo único que están logrando es allanarle el camino al populismo de derecha”, señaló. La diputada socialista Danisa Astudillo coincidió en que «el Estado debe seguir tomando acciones para avanzar en el control de estos flujos, y debe tomar esas decisiones ya porque la crisis se encuentra fuera de control. Y esto es particularmente urgente, porque este fenómeno que está íntimamente ligado a la crisis de seguridad pública que estamos sufriendo».


Preocupación, malestar e irritación son los sentimientos que embargarían a las comunidades que residen en los centros urbanos del norte debido la falta de una agenda concreta tendiente a limitar el flujo migratorio irregular, uno que se proyecta mayor en los meses estivales y que amenaza con empeorar tanto la convivencia como la percepción de deterioro en las condiciones de vida que se observa en las comunas de las regiones de Arica y Parinacota, Iquique y Tarapacá y Antofagasta.

Así al menos lo afirma Jaime Araya, diputado por el tercer distrito de Antofagasta (independiente con cupo PPD), quien espera que esta semana corta el Gobierno dé a conocer la agenda de seguridad en materia migratoria frente al anunciado desborde del flujo que ingresa a través de pasos no habilitados. Si bien las proyecciones indican que la migración regional se está volcando nuevamente a Estados Unidos, una parte continúa migrando a Chile con la expectativa de mejorar sus condiciones de vida, al tiempo que son cientos de miles las personas (especialmente venezolanas) que esperan reunificarse con sus familiares ya residentes en el país. A la fecha, alrededor de 38 mil personas han ingresado de manera clandestina a Chile, acercándose rápidamente a los 56 mil ingresos irregulares que se registraron en 2021.

“No hay comuna ni región que resista lo que nos tocó vivir el año pasado. Aquí en el norte las cosas se están agravando mucho porque está prendiendo un clima de xenofobia tremendo, y hay personas en el Gobierno, y me temo que también en el parlamento, que tienen una aproximación muy poco realista al fenómeno y sus consecuencias. Ellos lo único que están logrando es allanarle el camino al populismo de derecha”, sostiene el legislador, quien integra una bancada transversal de diputados nortinos enfocados en esta materia.

El diputado asegura que “la etapa de las mesas de trabajo y los diagnósticos ya pasó. Me parece que la ministra Carolina Tohá ha tenido tiempo para instalarse. Valoro lo que hizo el subsecretario (Manuel) Monsalve de impulsar la contratación de tres fiscales de alta complejidad para Antofagasta para perseguir la acción criminal. Estamos pendiente de la estrategia contra el crimen organizado con foco en el robo de cobre. Debemos evaluar la instalación de barreras físicas y propiciar un apoyo mayor de las Fuerzas Armadas para una mayor vigilancia de frontera, en las rutas y en las mismas ciudades, y hacer del ingreso irregular nuevamente un delito. Hay mucho por hacer para enfrentar el lavado de activos a través de tiendas comerciales y casinos, cosa de la que también se habla poco”, sostiene Araya.

Asimismo, Araya solicita una acción más decidida en cuanto a la reconducción y expulsión de indocumentados. “Si llega una familia, bueno, habrá que recibirla, darle atención humanitaria, y acto seguido debe ser devuelta por donde mismo llegó. Esa es la señal que hay que empezar a dar”, indica.

Una mirada academicista e ingenua

En este sentido, el diputado Araya cree que ya es tiempo de aparcar esta aproximación un tanto “academicista” al fenómeno de movilidad humana internacional. “Esta mirada ha hecho mucho daño, y lo peor es que ha logrado todo lo contrario: como es poco realista, no se hace cargo de los problemas que genera, y con ello consiguen que el discurso antiinmigración haya prendido tanto en el norte del país. Yo lo digo claramente: es cierto que las personas tienen el derecho a migrar en búsqueda de un mejor futuro, pero los países también tienen el derecho a regular el ingreso y decidir quién ingresa y quién no. Insistir en que el derecho a migrar es el que predomina va provocar un choque importante”, declara.

“Hay autoridades que parecen no entender cómo ha afectado esto a las comunidades, cómo se ha deteriorado la vida en el espacio público, cómo ha cambiado para mal la fisonomía de las ciudades, cómo se han disparado delitos que antes no se daban acá. La extorsión de comerciantes hoy se ha vuelto común, y eso pasó porque no supimos atajar su origen, que es el préstamo gota a gota que instalaron extranjeros en Chile hace ya un buen número de años. Ya está bueno que dejen de teorizar en este tema. Es distinto mirar este problema como académico o desde Ñuñoa, Providencia y Las Condes, y no desde comunas como las nuestras donde la rabia es cada día mayor”, añade Araya, en referencia a una mirada que, entre otras cosas, condujo al fracaso de la Convención Constituyente.

“Les pediría que hablen con los dirigentes de campamentos que viven aterrados por los delincuentes y las bandas. Les pediría que hablen con los mismos extranjeros que llegaron respetando las leyes y a través de conductos regulares. Veo una condescendencia mal entendida, una incomprensión total de los riesgos que implica tener delincuentes de extrema peligrosidad y bandas operando desde las mismas cárceles. Aquí en el norte vemos a extranjeros que no tienen respeto por Carabineros, y sí a la PDI porque tiene facultades migratorias, pero no a Carabineros. Yo vivo en un sector céntrico que era relativamente tranquilo, y hoy eso ha cambiado drásticamente. Es cosa de ver cómo los extranjeros recién llegados amarraron sus parrillas con cadenas a los postes y nadie hace nada «, sostiene el parlamentario, quien recuerda que fue uno de los que presentó un proyecto de ley que propone subir las penas a ciudadanos extranjeros que delinquen encontrándose en estado de irregularidad migratoria.

Y agrega: «Aquí hay gente que viene de países donde no hay una cultura de respeto por la ley y las normativas, y eso tiene muy saturada a la gente, que con razón se siente abandonada. Muchos se rieron cuando les dije que aparecerían los motochorros. Sólo cuando el problema llegó a Santiago se empezaron a preocupar de ese tema. Los mismos vecinos colombianos de Antofagasta me advirtieron eso: no hay que dejar que dos personas circulen en una moto, porque así también operan en Colombia los sicarios”.

Si bien tiene matices con respecto a su colega, la diputada socialista por Iquique, Danisa Astudillo, expresa la misma inquietud frente a esta anunciada reactivación del flujo migratorio. «Existe preocupación de que la mejora en las condiciones climáticas de la época estival podría aumentar los flujos de ingreso de inmigrantes irregulares, particularmente preocupante en Tarapacá. Es posible que aquello ocurra», indica.

«En la crisis migratoria que vive la región hay múltiples factores involucrados, no hay que olvidar que el éxodo de venezolano sólo es comparable a nivel internacional con los desplazados forzosos de la guerra civil en Siria. Una crisis migratoria que ya tiene un desarrollo de a lo menos un par de años», agrega.

La diputada Astudillo indica que «más que especular, el Estado debe seguir tomando acciones para avanzar en el control de estos flujos, y debe tomar esas decisiones ya porque la crisis se encuentra fuera de control. Y esto es particularmente urgente, porque este fenómeno que está íntimamente ligado a la crisis de seguridad pública que estamos sufriendo», afirma. «Y no porque los inmigrantes sean delincuentes, sino porque camuflados en estos desplazamientos forzados de personas, se han ido infiltrando las mafias, el crimen organizado, con delitos terribles que antes no teníamos, tales como el sicariato, el secuestro, el tráfico de personas, o la tortura, entre otros».

«Es así como, a lo menos, se debe avanzar en tres grandes líneas: reforzar el control de nuestras fronteras; fortalecer la presencia del Estado en nuestras ciudades para garantizar cumplimiento de la ley; y por último, avanzar en materia diplomática tanto con Bolivia -para permitir el retorno de inmigrantes irregulares- como en la propia Venezuela, propiciando el diálogo democrático que permita superar el conflicto interno que sufre ese país, lo que es la causa del desplazamiento forzoso de sus ciudadanos», concluye.

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