Opinión
El compromiso escolar evalúa tempranamente el involucramiento de los y las estudiantes en su proceso formativo, siendo una variable altamente influenciada por factores contextuales. De acuerdo con la literatura científica, son tres Factores Contextuales los que adquieren mayor relevancia en el proceso socioeducativo y en el desarrollo de las trayectorias escolares: apoyo de la familia, apoyo de los pares y apoyo del profesorado.
El Ministerio de Educación ha dado a conocer cifras dramáticas. Desde el año 2021, más de 50 mil estudiantes se han desvinculado del sistema escolar, mientras que 39% de la población escolar presenta ausentismo escolar grave.
El ausentismo escolar es la antesala del abandono y, por tanto, requiere intervenirse de manera urgente y oportuna para revincular a quienes ya no están presentes en el aula. Pero, también, para vincular con mayor fuerza a ese 61% de estudiantes que asisten a la escuela y son testigos de cómo algunos de sus compañeros han dejado de hacerlo.
El complejo panorama que atraviesa el sistema escolar nacional, marcado por una elevada deserción y un nivel muy grave de ausentismo escolar, en medio de un clima de violencia, debiera convocarnos a buscar planes concretos de solución de manera urgente.
Reconociendo que las causas del ausentismo y, posteriormente, del abandono escolar son multifactoriales, las investigaciones educativas internacionales son coincidentes en señalar al Compromiso Escolar –o lo que algunos han denominado “enganche”– como un factor preponderante dentro de las estrategias de retención escolar de todos y todas las estudiantes.
Bajo la perspectiva que busca ahondar en aquellos factores vinculados a la experiencia del/la estudiante, el compromiso escolar es considerado un concepto primordial tanto para comprender el abandono escolar como para promover trayectorias educativas exitosas. La literatura científica también coincide en valorarlo como una de las soluciones claves para favorecer los aprendizajes y las experiencias escolares positivas.
Adicionalmente, la decisión de abandonar la escuela es la etapa final de un proceso de pérdida paulatina y acumulativa del interés por los estudios, vinculado además a una serie de factores de riesgo de exclusión educativa (inasistencia escolar, rezago escolar, sobreedad y/o expulsión). De este modo, el compromiso escolar emerge como un indicador temprano para analizar el fenómeno de la desescolarización, así como sus factores condicionantes.
El compromiso escolar se vincula a la activa participación estudiantil en las actividades académicas, curriculares o extracurriculares, impulsando al aprendizaje. Estudiantes comprometidos(as) perciben que el aprendizaje es significativo y están motivados(as) en su formación y futuro.
Existe consenso en conceptualizar el compromiso escolar como un constructo multidimensional, observable en tres dimensiones interrelacionadas: compromiso cognitivo, afectivo y conductual.
El compromiso cognitivo se define como la disposición del/la estudiante hacia el aprendizaje y su autorregulación para construir aprendizajes y habilidades complejas. Involucra el esfuerzo hacia el logro de metas para integrar nuevos conocimientos. El compromiso afectivo comprende los elementos socioemocionales en la experiencia escolar y puede reflejarse en el grado de involucramiento y pertenencia a la comunidad educativa. El compromiso conductual se refiere a la participación estudiantil en lo académico (como la asistencia diaria) y actividades sociales o extracurriculares (por ejemplo, centro de alumnos).
El compromiso escolar evalúa tempranamente el involucramiento de los y las estudiantes en su proceso formativo, siendo una variable altamente influenciada por factores contextuales. De acuerdo con la literatura científica, son tres Factores Contextuales los que adquieren mayor relevancia en el proceso socioeducativo y en el desarrollo de las trayectorias escolares: apoyo de la familia, apoyo de los pares y apoyo del profesorado. Respecto al apoyo de la familia, los y las estudiantes perciben ser apoyados desde sus hogares en el proceso de aprendizaje y frente a dificultades que puedan presentarse. La percepción estudiantil sobre las relaciones interpersonales entre compañeros(as) y el grado de confianza y apoyo que reciben, se relaciona con el apoyo de pares. Sobre el vínculo con el profesorado, los y las estudiantes sienten apoyo, respeto y motivación para el aprendizaje de parte de sus docentes, sintiendo que son ayudados(as) frente a alguna problemática.
A partir del desarrollo incremental de cuatro proyectos científicos tecnológicos apoyados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, investigadoras de las universidades de la Frontera, de Valparaíso y la Autónoma de Chile han diseñado y validado un Sistema Integrado de Evaluación, Seguimiento y Estrategias de Promoción de Compromiso Estudiantil y Factores Contextuales (SIESE) –ver–.
Como resultado, se ha producido un sistema integral de base web (pudiendo ser implementado tanto en modalidad de educación presencial como virtual), que involucra la evaluación y el monitoreo del compromiso escolar y sus factores de contextos de estudiantes, así como la planificación y la aplicación de estrategias de intervención temprana asociadas a reportes de resultados, fichas de registro y material complementario. De este modo, el SIESE constituye una herramienta útil y complementaria para la gestión escolar sobre la base de trabajo asociativo y coordinado, e información oportuna para la toma de decisiones entre profesorado-estudiantes-familias/comunidad. Desde esta perspectiva ecosistémica, permite una mayor alineación e integración de las políticas y programas educativos.
El diagnóstico del ausentismo y la deserción está claro. El panorama es complejo. La invitación es a poner a disposición del país la experticia de universidades, de la sociedad civil y de los propios establecimientos escolares para resolver un problema que requiere soluciones concretas e inmediatas.
