Los “Gunners” fueron incapaces de imponer su estilo frente al fútbol directo de los monegascos, quienes con el 3-1 quedaron a las puertas de clasificar a los cuartos de final de la UEFA Champions League.
Desde el comienzo, nada fue fácil para el equipo de Alexis Sánchez. Con Cazorla y Özil desdibujados sobre el campo, las escasas arremetidas morían siempre en las piernas de los defensores del Mónaco.
El chileno era el único que proponía algo distinto, con toques de distinción que finalmente se diluían a la entrada del área. Sin interlocutores válidos, Sánchez veía con impotencia que todos sus esfuerzos eran vanos.
Tampoco fue, ni mucho menos, una tarde inspirada la del tocopillano, pero al menos era el que empujaba, el que daba la sensación de un cambio, una especie de Inspiración para sus compañeros, lamentablemente sumergidos en un mar de dudas y de malas decisiones.
La actuación del francés Olivier Giroud, quizás la más baja de la temporada, fue un daguerrotipo fiel de lo que trató de hacer y no hizo el conjunto de Wenger. Como si hubiese entrado al Emirates Stadium londinense con los zapatos cambiados, el centrodelantero disparó elevado cada vez que quedó a tiro de gol y cabeceó deficientemente en todas las ocasiones en que saltó más que los defensores rivales.
Alexis trató y buscó con su ahínco acostumbrado, y en varias oportunidades estuvo cerca de hacer daño. En la primera parte, con una derecha que se fue sobre el pórtico (32’); en la segunda, con un derechazo cruzado que tapó a medias Subasic y que Giroud se encargó de dilapidar (57’); con un pase perfecto que desperdició Walcott en área chica (64’); a los 82’, cuando recogió un tiro de esquina y pifió en el segundo palo; y a los 88’, cuando guapeó y luchó en el área y sacó un disparo con poco ángulo que el portero tapó con dificultades. Más que cualquiera de los delanteros del Arsenal.
El Mónaco, bajo la batuta de Joao Moutinho, tuvo constantes espacios para crear, acercarse y destruir. Y cuando no podía avanzar en el césped, contó siempre con la ayuda de Mertesacker y compañía, quienes equivocaron al menos una docena de pases cerca del pórtico de Ospina.
El primer tanto llegó bien entrado el primer tiempo, cuando Kondogbia avanzó por el centro sin oposición y sacó un izquierdazo potente que rebotó levemente en la espalda de Mertesacker y dejó estupefacto al portero colombiano (38’).
Fue un golpe duro, no porque los “Gunners” hubiesen hecho mucho para romper el equilibrio, sino porque no se veían caminos para marcar uno y la misión de anotar dos veces parecía una tarea titánica.
Todo fue más fácil para el equipo del principado en la segunda parte. Wenger no ayudó mucho desde la banca y ofreció pocas variantes y menos una osadía que al menos permitiese un golpe anímico para su equipo, y los espacios ofrecidos en la primera parte se convirtieron en lagunas enormes que cualquier navegante soñaría.
Fueron tres, pero pudieron ser un par más. Alexis ayudó en el segundo, al perder la pelota en el área rival para el escape solitario de dos adversarios. Finiquitó el búlgaro Berbatov con una derecha potente (53’). Y el tercero, en otro contraataque veloz, que definió el belga Ferreira Carrasco con un derechazo cruzado cuando el partido expiraba (90+4).
El descuento, cerca de los 90’, lo inició Alexis con una apertura hacia la izquierda y un centro mal rechazado que tomó Oxlade-Chamberlain para anotar con una derecha junto al poste.
Y cuando se pensaba que ese gol abría la esperanza, todo quedó en nada con el tanto sobre el final, que parece sentenciar, por quinta ocasión consecutiva, la eliminación del Arsenal en los octavos de final de la Champions.
PORMENORES
Estadio: Emirates, de Londres.
Árbitro: Deniz Aytekin (Alemania).
Arsenal (1): Ospina; Bellerin, Mertesacker, Koscielny, Gibbs; Coquelin (68’, Oxlade-Chamberlain), Cazorla (81’ Rosicky), Özil; Welbeck, Giroud (60’ Walcott) y Sánchez. DT: Arséne Wenger.
Mónaco (3): Subasic; Touré, Wallace, Abdennour, Elderson; Fabinho, Kondogbia; Dirar (81’ Kurzawa), Moutinho, Martial (84’ Silva); Berbatov (75’, Ferreira Carrasco). DT: Leonardo Jardim.
Tarjetas amarillas: Bellerin, Coquelin y Özil (A); Moutinho (M).
