Al respecto, Sara Larraín, directora de Chile Sustentable, una de las organizaciones chilenas pertenecientes a la campaña #ChaoCarbón y que ha visibilizado esta problemática es enfática al señalar que con esta operación non-stop, “se vulneran los derechos a la salud y a la vida, siendo los casos más graves las intoxicaciones masivas de la población en Quintero-Puchuncaví. Por su parte, en Tocopilla, el riesgo de morir es 22% superior a la tasa nacional, y en Huasco, el riesgo de morir es 71% superior a la tasa nacional, y 69% mayor a la región de Atacama” [ACTUALIZADA]
A raíz de la COP25, que se iba a realizar primero en Chile y debido al estallido social se tuvo que trasladar a Madrid, España, se lanzó la campaña #ChaoCarbón, la que ha visibilizado la problemática que sufren las comunidades denominadas como «zonas de sacrificio» debido a su cercanía con plantas generadoras de energía contaminantes.
En concreto, estos problemas a la salud afectan a Mejillones, Tocopilla, Huasco, Quintero-Puchuncaví y Coronel. En estas zonas, los índices de muertes por cáncer son los más altos de Chile.
Al respecto, Sara Larraín, directora de Chile Sustentable, una de las organizaciones chilenas pertenecientes a la campaña #ChaoCarbón y que ha visibilizado esta problemática es enfática al señalar que con esta operación non-stop, “se vulneran los derechos a la salud y a la vida, siendo los casos más graves las intoxicaciones masivas de la población en Quintero-Puchuncaví. Por su parte, en Tocopilla, el riesgo de morir es 22% superior a la tasa nacional, y en Huasco, el riesgo de morir es 71% superior a la tasa nacional, y 69% mayor a la región de Atacama”.
“En estas ciudades se superan constantemente las normas de calidad del aire, lo que afecta gravemente la salud y la calidad de vida de la población”, explica Sara Larraín.
Por eso, con la campaña Chao Carbón (www.chaocarbon.cl), con más de un año de vida y 100 mil firmas reunidas, buscan que el cierre de las termoeléctricas en Chile se concrete al 2030 o antes, y no al 2040, como ha planteado el Gobierno.
Con todo este contexto, la grave problemática de vivir en Zonas de Sacrificio en Chile se tomó la agenda de la COP25 en Madrid, pese a que en sus primeros días el coordinador de la Presidencia de COP25 Andrés Landerretche –al ser consultado sobre la importancia del cierre de estas industrias- declaró que “la pregunta escapa un poco a la agenda de la COP”.
“Quizás esta invisibilización que se pretendía respecto a este tema responde a que empresas están financiando la COP, siendo parte de sus más grandes auspiciadores, mientras que hace sólo un par de días esta misma empresa frenó su programa de descarbonización escudándose en la crisis social”, plantean desde #ChaoCarbon.
Ayer el Gobierno anunció el cierre de 4 termoeléctricas para el año 2024, “pero lamentablemente esto no es suficiente. La problemática que vivimos a causa de la contaminación por carbón es de vida o muerte, por lo que el llamado que hace el Gobierno a ser un país carbono neutral para el año 2050 es ineficaz e inaceptable”, expresan desde el Movimiento Chao Pescao, parte de la coalición #ChaoCarbon. “Los ciudadanos exigimos fuertemente limpiar nuestra matriz energética de carbón, como medida urgente y coherente a los derechos humanos de miles de chilenas y chilenos, y de la conservación de nuestros ecosistemas”, agregan.
En esta misma lógica, Ezio Costa de la ONG FIMA plantea que “la descarbonización de nuestro país es una demanda presente en la discusión de la crisis social que se vive actualmente, que también es una crisis ecológica. Por lo mismo, debe estar presente también en la discusión política y constituyente que se está produciendo”.