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Ahorro, inversión: mis activos… ¿Activos? MERCADOS

Ahorro, inversión: mis activos… ¿Activos?

La mayor accesibilidad para ahorrar/invertir, la tienen, sin duda los activos financieros, porque son más “líquidos”; mientras los activos reales lo son menos. ¿Qué significa que sean menos líquidos? Que tardan más tiempo en venderse y/o que su venta apurada puede suponer tenerlo que hacer a un menor precio o con un descuento. La liquidez de los activos depende de la demanda por ellos y la rapidez con que puedan venderse.


Se habla en economía, contabilidad, y en varios ámbitos de la ley de los activos de las personas, una palabra que es muy utilizada pero que no está de más recordar o aclarar, de qué estamos hablando. Específicamente en esta ocasión, en lo relacionado a nuestros ahorros/inversiones.

Un activo es todo producto, sea de existencia física o no, que tiene un valor económico, es decir se puede canjear por dinero en efectivo. Los activos pueden ser reales, financieros o intangibles. Existen tres grandes tipos de activos. Primero los activos intangibles, que son las marcas, las patentes (derechos por haber creado o inventado algo) y otros. Aunque no son algo físico, tienen un valor económico, lo que hace que eventualmente puedan transarse. Luego están los activos financieros, que son instrumentos tales como cuentas de ahorro, depósitos a plazo, bonos, acciones, fondos mutuos, etc. Y finalmente están los activos reales, que su valor está dado por sus propiedades físicas o materiales.

Todos los activos son fuente de valor, que, dependiendo de muchos factores, puede variar en el tiempo. Ahondando en los activos reales, el valor de ellos depende de sus características físicas y su utilidad. En éstos suele distinguirse en principio entre dos subgrupos: los bienes raíces o inmobiliarios y los activos de infraestructura.

El sector inmobiliario está constituido por el mercado de compras y ventas de casas, oficinas, parcelas, terrenos, locales comerciales, bodegas, etc. El sector infraestructura es similar en cuanto a que son construcciones, pero a gran escala: carreteras, aeropuertos, puertos marítimos y fluviales (ríos y lagos), entre otros.

Sin embargo, también son activos reales las materias primas: metales preciosos (oro, plata), metales industriales (cobre, hierro), energía (petróleo, gas), etc. Y lo es también el arte, pues tiene un valor; cuadros, esculturas, colecciones, entre otros.

La mayor accesibilidad para ahorrar/invertir, la tienen, sin duda los activos financieros, porque son más “líquidos”; mientras los activos reales lo son menos. ¿Qué significa que sean menos líquidos? Que tardan más tiempo en venderse y/o que su venta apurada puede suponer tenerlo que hacer a un menor precio o con un descuento. La liquidez de los activos depende de la demanda por ellos y la rapidez con que puedan venderse.

No por ello se debe descartar el ahorro/inversión en activos reales. Ellos pueden tener un potencial de apreciación muy atractivo en el tiempo. La menor liquidez de los activos reales hace que regularmente se recomiende que la inversión en ellos sea a largo plazo, para lograr rendimientos más estables en el tiempo y alcanzar nuestros objetivos. Por ello, es importante la diversificación y mantener nuestros ahorros en diferentes clases de activos de tal forma que éstos estén invertidos en las clases de activos apropiadas para lo que los tenemos destinados.

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