Ambas empresas pidieron peritajes que estimaron el impacto del menor valor de sus inversiones en acciones y bonos de la multitienda tras estallido del caso en 2011. Vendrían demandas contra ejecutivos y PwC.
Mientras AFP Capital demandó a La Polar, la auditora PwC y los ex ejecutivos de la multitienda por el daño patrimonial y moral del escándalo de las repactaciones unilaterales y el maquillaje en las provisiones informadas a la autoridad y al mercado, otros agentes institucionales entraron al área chica del perjuicio.
En la demanda que presentó hace pocos días Capital, del grupo colombiano Sura, no hizo estimaciones del perjuicio, pese a presentar el libelo. La acción legal provocó una dura respuesta de la empresa, que la acusó de “lavarse las manos” respecto de su rol como ex accionista de la multitienda.
Un camino distinto están siguiendo otros accionistas e inversionistas de la compañía, los que, si bien no han demandado, ya saben cuánto perdieron.
AFP Cuprum, del grupo asegurador estadounidense Principal, y el gestor de fondos Moneda Asset Management, encargaron informes a peritos para establecer el impacto económico del caso, producto de la caída de la acción de La Polar y por el menor valor de los bonos, entre otros factores. Entre ambos, las pérdidas estimadas se acercan a los US$ 210 millones.
Cuprum pidió a Carlos Correa Cruzat, perito judicial civil, que analice el efecto en el precio de las acciones que tenía en La Polar y el impacto en los bonos donde también invirtió.
En su informe, Correa señala que el impacto del hecho esencial de La Polar del 9 de junio de 2011, cuando reconoce malas prácticas crediticias y el consiguiente efecto en veracidad de las cifras de sus estados financieros, se acerca a los US$ 700 millones para el mercado.
Pero, en particular para Cuprum, el resultado del trabajo indica que recibió un perjuicio de US$ 147 millones (en ese momento con un dólar a $ 471) para la AFP en sus cinco fondos.
Según sus cálculos, el perjuicio por la inversión de Cuprum en acciones de La Polar llega a $ 36.894 millones. Esto lo estima considerando la inversión que tenía Cuprum en 15,63 millones de acciones. La fórmula para llegar a la pérdida considera la valorización de dichas acciones al 31 de mayo ($ 39.570 millones), cuando la acción se cotizaba a $ 2.501, menos el valor que tenían al 13 de octubre de 2013, en que el precio bordeaba los $ 90.
A esto se agrega el impacto en los bonos. Al 31 de mayo de 2011, Cuprum tenía $ 66.547 millones invertidos en bonos de La Polar. Dicha valorización cayó de tal forma que, al 30 de junio de 2013, genera una pérdida de $ 32.819 millones.
En total son más de $ 69.700 millones, los que, al tipo de cambio del 30 de junio de 2011, llegan a los US$ 147,97 millones.
Correa indica que, si bien Cuprum mantuvo estas inversiones por un tiempo, su idea fue liquidar sus posiciones de activos en acciones y bonos, dado que no es parte de su negocio realizar inversiones en empresas que presentan irregularidades en su información financiera. Esto, porque la AFP luego vendió sus acciones.
Cuprum, que al momento del estallido del escándalo estaba en manos del grupo Penta, fue sancionada por la Superintendencia de Pensiones por tener un exceso de inversión (y no ajustarse a tiempo) en La Polar a través del Fondo E, el más conservador de los multifondos (sólo puede destinar el 5% de sus activos a renta variable) y que estaba expuesto al doble.
Así lo indica el peritaje de Correa, que fija en 460 mil UF (casi US$ 20 millones) la valorización de los bonos de La Polar que estaban en manos del Fondo E, cifra que cae a 235 mil (la mitad) sin exceso de inversión.
El perito cita las estimaciones de la Superintencia de Pensiones como una evidencia de la existencia de las pérdidas, aunque las cifras no sean exactas. Lo mismo hace al señalar que la propia auditora Ernst & Young indica que la AFP tuvo pérdidas generadas por el fraude La Polar.
Moneda, el fondo que preside Pablo Echeverría y que hoy está enfrentado con Julio Ponce Lerou en el caso Cascadas de SQM, también perdió plata a nombre de sus inversionistas.
Según el peritaje hecho por Oscar Andrade, perito judicial, los cinco fondos que gestiona Moneda –Moneda Small Cap Latinoamérica, Moneda Renta Variable Chile, Fondo Pionero, Moneda Chile Fund Ltd. y Campion– tenían en su poder 12,91 millones de acciones de La Polar, que valían $ 30.140 millones al 8 de junio de 2011. El detrimento en el valor de los papeles que calculó implican un perjuicio de entre $ 29.407 millones y $ 26.363 millones. El primero, calcula la menor cotización de la acción La Polar al 31 de diciembre de 2011, teniendo como referencia el valor de adquisición; el segundo, es la comparación entre el valor del papel al 8 de junio y el que alcanzó el último día del mismo 2011. Con el mismo tipo de cambio usado por Cuprum, la pérdida de Moneda bordea los US$ 60 millones.
La situación de Moneda, que tampoco ha demandado civilmente a La Polar, es compleja. Uno de sus socios y líderes, Fernando Tisné, era director de La Polar al momento en que se destapa el escándalo.
Tisné es uno de los más inquisidores con María Isabel Farah y Julián Moreno, en el recordado directorio del 9 de junio de 2011, cuando se sincera la situación en la compañía, donde sólo el 1,5% de los créditos con la tarjeta estaban al día.
“No te dolía la guata”, le dice Tisné a Moreno en ese directorio, donde este último asegura que no es el único que sabía de las repactaciones, deslizando que Farah y Alcalde también lo sabían. Ambos, por cierto, señalan que conocían de estas prácticas en el mismo directorio, pero la fecha de conocimiento ha variado con el correr de la investigación.
Tisné, en todo caso, llevaba sólo días en La Polar (desde el 25 de mayo de ese año) y, según lo resuelto por el fiscal José Morales, forma parte de los directores de la empresa que no serán formalizados ni perseguidos por el Ministerio Público debido a la falta de antecedentes para ello.
Fuentes cercanas a Moneda indican que la entidad también presentará demandas civiles. Sin embargo, no irá contra La Polar como hizo Capital, sino contra ejecutivos de la empresa y eventualmente contra la auditora PwC. “Ir contra La Polar es ir contra sí mismo”, dice una fuente.
Sin embargo, fuentes cercanas a los ejecutivos acusados en el caso cuestionan las demandas, dado que las AFP y Moneda tenían poder para designar directores en la compañía y, por ende, también son responsables de lo que en ella ocurría.
