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Opinión: Los “ninis”, jóvenes en construcción de sus proyectos de vida

Opinión: Los “ninis”, jóvenes en construcción de sus proyectos de vida

Los “ninis” -jóvenes que ni estudian ni trabajan- están mayormente constituidos por mujeres que han abandonado los estudios, por embarazos no planificados o para dedicarse a labores del hogar, y luego les es muy difícil reinsertarse educacional o laboralmente. No es muy distinta la situación masculina.


Los “ninis” son jóvenes que no han continuado sus estudios y tampoco se han insertado al mundo laboral, es decir, ni estudian ni trabajan. La última encuesta Casen señala que actualmente 580 mil jóvenes son “ninis”. Si bien la cifra disminuyó en relación a la Casen 2009 (695 mil), la cantidad de jóvenes que aún no definen la orientación de sus vidas en el futuro no es menor.

La juventud, según algunos teóricos, se extiende entre los 15 y los 29 años y es considerada como una etapa de preparación para el futuro, constituyéndose en un período existencial donde los jóvenes, a partir de sus experiencias de vida, referentes personales, familiares y sociales, realizan un ejercicio reflexivo para definir la orientación de sus existencias en los próximos años.

Los estudios de proyectos de vida de la etapa juvenil nos muestran que este período no es experimentado con facilidad por los jóvenes, al tener que definir o responder a expectativas que, en ocasiones, surgen del mundo adulto, y que no siempre los motivan, especialmente cuando no se han tenido todas las oportunidades y herramientas para tomar decisiones tan fundamentales. Así es como, a veces, se observa un espacio vacío entre el presente joven y el futuro adulto, que se visualiza con temores y angustias, que no siempre se explicitan claramente desde el relato juvenil.

Los “ninis” están mayormente constituidos por mujeres que han abandonado los estudios, por embarazos no planificados o para dedicarse a labores del hogar, y luego les es muy difícil reinsertarse educacional o laboralmente. No es muy distinta la situación masculina.

Dado lo anterior, tenemos mucho que avanzar como país, brindando los soportes necesarios para que nuestros jóvenes tengan todas las posibilidades de desarrollo, de tal forma que cuando enfrenten la etapa juvenil, cuenten con amplios dispositivos personales, familiares, educaciones y sociales  para construir, sin angustias ni limitaciones socioculturales, un ideal de futuro que sea esperanzador y les permita concretar sus proyectos vitales.

Las oportunidades de capacitación laboral de fácil acceso y la educación superior gratuita de calidad, se constituirían en alternativas de movilidad social para estos jóvenes. Sin estas posibilidades, difícilmente podrán superar la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran, perpetuándose aún más la desigualdad social que existe en Chile.

En relación con esto, toma sentido lo planteado por algunos teóricos del tema juvenil, cuando señalan que es necesario mirar de manera integral el mundo, la vida y los sueños que presentan los jóvenes, para así reconocerlos en su complejidad, sugiriendo realizar una aproximación a la realidad juvenil actual, que considere una lectura profunda de sus contextos sociales, culturales, políticos y económicos.

Así, además, nos alejamos de denominaciones estigmatizadoras, como “ninis”, que centran la responsabilidad de no estudiar ni trabajar exclusivamente en la juventud, cuando en realidad muchas veces son jóvenes que “ni” cuentan con posibilidades, “ni” poseen oportunidades de mejorar sus condiciones de vida, lo cual es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto.

Paula Leiva Sandoval
Directora de Escuela de Trabajo Social UDLA

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