La cifra es 50% por sobre lo revelado originalmente y en el mercado dicen que muestra que el precio por la lealtad de Contesse es aún mayor a lo que se especulaba.
No serían $2.700 millones los que exige Patricio Contesse a SQM. El histórico ex gerente general de la minera no metálica estaría demandando a la compañía por más de $4.000 millones por concepto de indemnizaciones, después de su forzada salida tras destaparse la presunta irregularidad de las boletas sin respaldo financiados por la empresa, cuyo objetivo habría sido el financiamiento de campañas políticas.
Según publicó La Segunda en su edición de este lunes, Contesse está pidiendo $3.808 millones por indemnización convencional por años de servicio, valor al cual llegó según lo estipulado en su contrato. Esta cifra se suma a otros $71,7 millones por indemnización sustantiva del aviso previo y otros $38 millones por los 16 días que trabajó en marzo y vacaciones.
Según publicó hace una semana La Tercera, Contesse interpuso una demanda laboral contra SQM, revelando que su sueldo bruto mensual alcanzaba los $52,7 millones, una cifra que supera con holgura el promedio de los gerentes generales de otras empresas abiertas a bolsa y con ventas superiores a los US$1.000 millones. Según la consultora Mercer, la media es de $27 millones.
Contesse se desempeñó por 25 años como gerente en SQM. Su alto nivel de remuneraciones sólo se explicaría por su estrecha relación con el otrora mandamás de la minera, Julio Ponce. Tanto en el capítulo de SQM como en el de las cascadas, las responsabilidades de los delitos que se han imputado las han absorbido Contesse y Aldo Motta, ex gerente general de las sociedades cascada. Ambos han asumido la responsabilidad, blindando al controvertido empresario, lo que en el mercado –dicen– podría justificar sus sueldos.
Está por verse si Contesse seguirá siendo fiel a su ex empleador. Pues esta demanda genera una situación parecida al capítulo que envolvió a Hugo Bravo y la dupla Délano-Lavín en Penta. De ser un estrecho amigo y colaborador de los socios del grupo Penta, Bravo pasó a transformarse en su principal amenaza, justamente tras ser despedido.
