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Preocupémonos también por los portonazos en línea

Preocupémonos también por los portonazos en línea

«Es importante que los usuarios de Internet aprendan, reconozcan y eviten una ciberestafa, en la que el mayor riesgo está en no tomar las precauciones adecuadas para resguardar la información».


Hoy vemos cómo las noticias han coronado al portonazo como el método de robo de este 2015. Sin embargo, los delitos en línea deberían preocuparnos tanto como estos otros. El cibercrimen es un problema que crece y evoluciona rápidamente. Por ello, las medidas de seguridad que se utilizan en las tecnologías de la información deben mejorar constantemente.

A pesar de esto, en Chile en particular, nos regimos bajo una legislación que data del año 1993, lo que lamentablemente nos sitúa en una posición muy desactualizada con respecto a los riesgos digitales que existen actualmente, los que crecen a diario debido a la interconectividad que vemos hoy en todo el mundo.

Es por ello que en el país se debe tratar con importancia y por todos los sectores, incluyendo privados, organismos y entidades gubernamentales, dado que siempre existe la posibilidad de sufrir una ciberestafa tanto como usuarios personales o como empresas, y si no les tomamos realmente el peso a estos riesgos, terminaremos como víctimas.

Y es que la revolución tecnológica que tantas oportunidades nos entrega, hoy nos sitúa en un flujo de información constante, al que si no sabemos adaptarnos correctamente, también traerá consigo amenazas, que si no prevenimos o nos armamos como país de forma correcta, nos pueden terminar costando muy caro.

Porque en general siempre existe el riesgo de que ciberdelincuentes interfieran con nuestros datos personales, debido a que estamos constantemente conectados y comunicados con diversas fuentes y puntos.

Hoy, la lista de ataques cibernéticos más recurrentes incluye opciones tan diversas como Fraudes bancarios, Hackeos, Espionajes, Phishings –envío de enlaces malignos por email—,Pharmings –Duplicación de un sitio web—, SMiShings –envío de SMS pidiendo datos para dar de baja un servicio falso—, Vishings –estafas por llamadas de voz—, Spywares, Key Loggers –software maligno que se instala sin su consentimiento—, Falsas ofertas de trabajo o de estudios, Cartas o Estafas nigerianas –envío de un correo pidiendo ayuda por una causa social—, Auto Frauds –supuesta venta de un auto en línea—, Doxings –entregar públicamente información personal sin autorización—, Correos de negocios interceptando comunicaciones con proveedores internacionales y Ransomwares.

Además, de acuerdo con los casos recibidos durante el 2014 por IC3, el Centro de Denuncias de internet del FBI, Social Media también está impactando de forma importante en la porción de crímenes cibernéticos, utilizando de forma recurrente técnicas como Click-jacking –links malignos escondidos tras uno real, muy común con botones Me Gusta y Compartir en redes sociales—, Phishing y Doxing.

A su vez, la lista incluye también Transacciones y Robos con monedas virtuales, usando bitcoin, litecoin, peercoin, entre otros. Y de acuerdo con el Observatorio de Delitos Informáticos de Latinoamérica (ODILA), de la totalidad, el Hacking es el delito más recurrente, con un 22,48% de los casos en Latinoamérica.

Por ello, es importante que los usuarios de Internet aprendan, reconozcan y eviten una ciberestafa, en la que el mayor riesgo está en no tomar las precauciones adecuadas para resguardar la información.

Para esto, se deben considerar los volúmenes y la sensibilidad de los datos, porque cuando se exigen las plataformas con las características de seguridad digital en acuerdo con las necesidades de cada usuario o empresa, su información estará correctamente protegida.

Porque si analizamos la situación de la región, tanto las Pymes como las Grandes empresas ostentan el mismo porcentaje de víctimas de estafas virtuales, de acuerdo con ODILA.

En el mismo reporte se indica que, de los casos registrados, Chile sufre solo el 2,33% de las delitos denunciados en LA. Sin embargo, y a pesar de componerse de una porción pequeña de denuncias, según IC3, las pérdidas declaradas ubicaron al país en el sexto lugar a nivel mundial el 2014, con $6.585.354 dólares.

Por ello, es importante dedicar mayores esfuerzos a la prevención de ciberataques, más que a parcharlos, lo que significa tomar muy en serio sus alcances y comprender que esto, más que sucedernos en el portón de nuestra casa, puede ocurrir en todo momento mientras estemos conectados, relacionándonos y compartiendo, gracias a las incontables oportunidades que permite la tecnología.

Por Jaime Soto
Secretario General de ACTI

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