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Millonario furor de compras deja a SunEdison, la energética verde favortita de Wall Street, al borde del abismo

Millonario furor de compras deja a SunEdison, la energética verde favortita de Wall Street, al borde del abismo

La compañía de energías limpias se enfrenta a posibles impagos técnicos que equivalen a al menos US$1.400 millones en préstamos y líneas de crédito. El miércoles vencía el plazo durante el cual podía obtener una exención de los prestamistas o bien presentar su retrasado informe de resultados anuales correspondiente al año 2015. La perspectiva de protección por bancarrota, que ha ensombrecido a SunEdison durante gran parte de este año, fue reconocida el 29 de marzo por una de las compañías que controla, TerraForm Global Inc.


Hace tan solo nueve meses, SunEdison Inc. era la compañía de energía limpia favorita de Wall Street. Absorbió todos los dólares que pudo para financiar una impresionante ola de compras de parques eólicos y solares, y en el proceso se convirtió en la empresa de energía renovable más grande del mundo.

Ahora, SunEdison se encuentra al borde de pedir protección judicial por bancarrota y la cotización de sus acciones fue de solo US$0,56 a las 9:55 de este jueves. La caída de la compañía en gran parte es producto de sus propias obras, un resultado casi inevitable para un ascenso que se construyó en base a una deuda barata y a la ingeniería financiera. Sin embargo, contaba con varios facilitadores en forma de banqueros, que con cada adquisición embolsaron cuantiosas ganancias, e inversores, que cosecharon atractivos dividendos durante un periodo prolongado de bajas tasas de interés.

Incluso los “inteligentes, reflexivos y escépticos fondos de cobertura” se tragaron la historia de SunEdison, dijo Gordon Johnson, analista de Axiom Capital Management Inc. “No, la culpa no es solo de la administración, tampoco de su arrogancia. Más bien probaron un poco de su propia medicina”.

SunEdison se enfrenta a posibles impagos técnicos que equivalen a al menos US$1.400 millones en préstamos y líneas de crédito. El miércoles vencía el plazo durante el cual podía obtener una exención de los prestamistas o bien presentar su retrasado informe de resultados anuales correspondiente al año 2015. La perspectiva de protección por bancarrota, que ha ensombrecido a SunEdison durante gran parte de este año, fue reconocida el 29 de marzo por una de las compañías que controla, TerraForm Global Inc. En un comunicado, TerraForm dijo que “existe un riesgo sustancial de que SunEdison busque declararse en bancarrota próximamente”, haciendo mención a las “dificultades de liquidez” de su empresa matriz.

Ben Harborne, portavoz de SunEdison, no quiso emitir comentarios.

Las compañías de energía renovable en su mayoría han enfrentado dificultades desde mediados de 2015, en parte por los bajos precios de los productos básicos que en términos generales perjudican a los sectores de la energía. SunEdison es el único desarrollador con sede en Estados Unidos que avanza poco a poco hacia la bancarrota.

Fundada en 2003, SunEdison fue pionera en el uso de la modalidad de “energía solar sin anticipo”, de acuerdo con el fundador y máximo responsable original de la compañía, Jigar Shah. En 2009, MEMC Electronic Materials Inc. – un fabricante de placas de silicio utilizadas en la confección de paneles solares – compró a SunEdison, que en ese entonces se encontraba entre los mayores proveedores de servicios de energía solar de Estados Unidos. MEMC cambió su nombre a SunEdison en 2013, para reflejar el auge de las energías renovables.

Furia de compras

La ola de adquisiciones de SunEdison comenzó en 2014, y aprovechó una técnica de financiación utilizada por los desarrolladores de energía renovable conocida como YieldCos. Estas compañías que cotizan en la bolsa se crean para comprar los parques eólicos y solares de sus empresas matrices. Cuando resulta, las matrices obtienen el efectivo necesario para la creación de nuevos proyectos de energía limpia, y los accionistas reciben un flujo constante de dividendos.

Solo en junio y a principios de julio, SunEdison anunció o concretó cuatro adquisiciones. Los inversores aplaudieron las estrategias, impulsando las acciones a US$31,66 el 20 de julio, solo 47 centavos por debajo de la máxima registrada en junio.

Sin embargo, fue ese día que SunEdison – después de una furia de gastos de US$2.600 millones, que duró 19 meses – anunció que pagaría una prima del 52 por ciento por Vivint Solar Inc. Esa no solo sería la adquisición más costosa de SunEdison, valorada en US$2.200 millones, también hizo que la compañía tomara una dirección distinta. Mientras SunEdison se había hecho conocida por vender directamente a las empresas de servicios públicos, Vivint ofrecía sistemas de paneles solares a los dueños de viviendas particulares.

La reacción de los inversores fue inmediata. Los propietarios de viviendas no son percibidos como una fuente fiable de ingresos como ocurre con los servicios públicos de primera categoría. Y la magnitud de la operación obligó a los inversores a preguntarse si SunEdison había abarcado más de lo que realmente podía, poniendo en duda la estrategia adquisitiva que habían alabado. En un instante, el desarrollador de Maryland Heights, con sede en Misuri, pasó de ser inofensivo ante los ojos de los inversores a ser una compañía que no podía hacer bien las cosas.

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