Ganó el candidato del mercado y la Bolsa reaccionó con un alza diaria que no se veía en 9 años. Las corredoras ya proyectan que en un plazo de 12 meses el IPSA toque niveles de hasta 6.000 puntos, al tiempo que el sector construcción se ve como el más favorecido con el triunfo de la derecha. Los FFMM volvieron con todo a comprar acciones y el mercado sugiere, en general, tomar riesgos.
En un mes se revirtieron todas las pérdidas que tuvo la Bolsa tras los resultados de la primera vuelta electoral, esos que pusieron a Sebastián Piñera y Alejandro Guillier en un empate técnico, dejando a algunos partidarios de la derecha chilena con pánico ante el supuesto advenimiento de “Chilezuela”.
Los FFMM reaccionaron enajenando papeles, los CDS de Chile subieron marginalmente, el peso chileno fue de las monedas emergentes que más se depreciaron frente al dólar y las tasas, en general, mostraron avances por sobre sus comparables. De alguna forma, cundió el pánico en el mercado ante la eventual llegada de Guillier, imprevisto ante la distancia que Piñera marcaba en las encuestas previas a la primera vuelta.
“Por qué no reconocerlo, la comunidad de inversionistas tenía una predilección por el candidato de la centroderecha», decía ayer el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre.
Pues bien, al final, la carta que le gustaba al mercado salió victoriosa y a primera hora el IPSA se empinaba por sobre el 6% en retornos. Finalmente, cerró con un avance de 6,9%, la mayor alza diaria en 9 años, cerrando en 5.595,65 puntos, un nivel que tiene a las corredoras proyectando que, en un plazo de 12 meses, este tocará los 6.000 puntos.
“Manteniendo el premio por riesgo implícito en los niveles actuales a mediano plazo, estimamos un IPSA en niveles en torno a 5.800-6.000 puntos en los próximos 12 meses”, sostuvo Inversiones Security. A su juicio, “la reciente elección presidencial debiera traer consigo algunas implicancias favorables para el mercado accionario local. Nuestro escenario base asume un ambiente externo que continuaría con vientos a favor para los mercados emergentes. Por lo tanto, la elección presidencial incidiría más bien en las estimaciones de actividad local e indicadores de confianza, especialmente a nivel empresarial, de modo de capturar una inversión que se reactivaría”.
“Estimamos que los niveles de confianza debieran alinearse al mejor entorno externo de manera más acelerada en un gobierno de centro-derecha, y más aún buscar niveles más elevados sujeto a la aplicación de medidas pro inversión. Como referencia, solo por factores globales, las expectativas de los agentes debieran ubicarse actualmente en terreno optimista. Una agenda para los primeros meses de mandato con un claro componente pro inversión, debiera llevar las expectativas a niveles aún más elevados, lo que sería capturado por el mercado accionario a corto y mediano plazo (…). El impacto sobre el crecimiento de las utilidades esperado para el próximo año después del resultado de estas elecciones debiera ser relativamente moderado, aunque el impacto sobre perspectivas de largo plazo para las compañías podría ser más significativo”, comunicó el mismo departamento de estudios.
Bice, en tanto, se sumó a dicha visión y estimó que “desde el punto de vista de la actividad, la recuperación económica continuaría en los próximos trimestres, en vista de un entorno externo favorable. Por otro lado, los indicadores de confianza de los agentes podrían exhibir una mejora, generando un impulso sobre el desempeño del gasto privado (consumo e inversión)”. Por ello, recomendó disminuir posiciones en activos de renta fija, tanto local como internacional; incremento en activos de renta variable local, mediante una mayor exposición a fondos mutuos o acciones.
Bci también se la jugó por incorporar mayor riesgo en sus portafolios recomendados, aumentando la exposición al escenario local. “Reafirmamos nuestro precio objetivo para el Ipsa, bajo el cual estimamos que alcanzaría niveles en torno a 5.600 puntos a finales de este año, empinándose hacia los 5.900 puntos en una primera proyección al 2018”.
“Consideramos que el nivel de liquidez global y atractivo relativo para Latinoamérica y Chile continúa presente. De esta manera, la configuración de nuestro portafolio está enfocada en capturar las oportunidades de expansión en resultados como también de un mayor atractivo en retorno ajustado por riesgo”, consignaron en un reporte.
A nivel macro, JP Morgan también salió a comentar los resultados, calificándolos como un “buen augurio” para la economía chilena. Ya proyecta un crecimiento de 2,9% del PIB para el próximo año. “La campaña de Piñera se enfocó en inversión y crecimiento y creemos que su administración articulará políticas apuntando a eso, lo que podría consolidar las expectativas más animadas de empresarios y consumidores que hemos enfatizado en nuestros reportes”.
LarrainVial comunicó que la mezcla entre un Gobierno de centroderecha y el aumento en el precio del cobre dejará al peso en niveles de $600 antes de marzo de 2018 y avizora que la principal tarea de Piñera, en el corto plazo, será modificar la implementación de la reforma tributaria, facilitando el pago de impuestos del año fiscal 2017 para las empresas.
