MERCADOS
Miles de personas marcharon hoy a la Casa Rosada, el palacio presidencial, para protestar por los recortes de gastos, las conversaciones con el FMI y el veto del presidente Mauricio Macri a un proyecto de ley aprobado por el Senado esta semana que habría limitado su capacidad para aumentar los precios de los servicios públicos.
El gobierno de Argentina anunció una nueva ronda de recortes de gastos el viernes mientras negocia una línea de crédito con el FMI. La reacción a la austeridad fiscal ya está en marcha.
El gobierno reducirá los gastos en 20.400 millones de pesos (US$816 millones) por año, dijo el viernes el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en una conferencia de prensa. El anuncio es parte de un plan para reducir el déficit fiscal por debajo del 2 por ciento del producto interno bruto en 2019.
«Esto no termina aquí», dijo Dujovne. «Seguimos alivianando el peso del gasto político para liberar recursos hacia fines más productivos».
El ajuste del cinturón se produce cuando Dujovne lidera las negociaciones sobre una línea de crédito con el Fondo Monetario Internacional para aliviar las preocupaciones de los inversores sobre las finanzas del país. Se estima que la reducción del déficit fiscal es una de las principales condiciones del FMI para un acuerdo de financiación. El peso ha caído 25 por ciento este año, más que cualquier otra moneda importante de mercados emergentes, ya que el aumento de las tasas de interés aumenta los costos del financiamiento de deuda.
Entre otras medidas, el gobierno instituirá un congelamiento de las contrataciones por 24 meses para la mayoría de los empleos del sector público a partir de julio. Los ministerios también deben reducir los gastos en un 30 por ciento en «servicios extraordinarios», que incluyen pago de horas extras y gastos de viaje, de acuerdo con un comunicado de prensa del Ministerio de Hacienda.
Miles de personas marcharon hoy a la Casa Rosada, el palacio presidencial, para protestar por los recortes de gastos, las conversaciones con el FMI y el veto del presidente Mauricio Macri a un proyecto de ley aprobado por el Senado esta semana que habría limitado su capacidad para aumentar los precios de los servicios públicos.
Los líderes sindicales llegaron momentos antes de que Dujovne iniciara una conferencia de prensa, lo que obligó a los funcionarios a trasladarla al otro lado de la calle hacia el palacio presidencial. Los empleados del gobierno se quejaban de que su aumento salarial del 12 por ciento no cubre la inflación.
Mariano Gómez viajó casi 600 millas para protestar contra los planes de austeridad de Macri. Un maestro de escuela secundaria de la provincia rural del norte de Chaco, Gómez no puede permitirse más alzas de precios por parte de los proveedores de servicios en su salario mensual de 6.800 pesos.
«No sabemos cómo vivir con US$400 por mes», dijo Gómez, de 55 años, refiriéndose a su salario mensual en dólares. «Nunca votaría por Macri».
El FMI también es ampliamente impopular en Argentina, y muchos lo culparon por el incumplimiento de deuda de 2001 que desencadenó una crisis económica. Los críticos arremetieron contra Macri por recurrir al FMI.
Alejandra estaba entre ellos. La mujer de 32 años, que se negó a dar su nombre completo, recuerda que más argentinos viven en la pobreza y hambre después del incumplimiento de 2001 y teme más de lo mismo esta vez.
«Todo está mal, y con el FMI todo va a empeorar», dijo Alejandra, una empleada del gobierno que se unió a las protestas de hoy.
