«El peso se mantendrá fuerte y sólo la potencial intervención del Banco Central puede frenar que se fortalezca aun más». Esa es la opinión del analista del RBS, Felipe Hernández. «Las cifras de la balanza de pagos del cuarto trimestre avalan aún la fortaleza de la moneda chilena», añadió.
En el cuarto trimestre la balanza de pagos mostró un déficit de US$ 1.270 millones. La brecha fue fácilmente cubierta por un flujo neto de capitales extranjeros de US$ 6.600 millones. La cifra se explica por la fuerte alza de inversión extranjera directa y un crecimiento de demanda de fondeo externo tanto para el sector público y privado. Según RBS, el flujo de capitales extranjeros fue parcialmente balanceado por los fondos de pensiones y otras instituciones locales.
La cifras anuales muestran que la balanza de pagos cayó en déficit — US$ 3.200 millones (1.3% del PIB) en 2011— después de haber mostrado un superávit de US$ 3.300 millones en el 2010. Según el analista de RBS, el dramático cambio se debe al fuerte aumento que mostraron las importaciones. El superávit de la balanza comercial disminuyó en alrededor de un 30% y eso que las exportaciones tuvieron un año estelar debido al buen precio del cobre.
El cobre es citado por otros analistas de divisas como un factor que continuaría dando impulso al peso. A pesar de las recientes noticias que sugieren que la economía China está desacelerándose, el consenso es que la demanda no caerá en forma significativa y el precio del cobre se mantendrá por arriba de los US$ 3.50 la libra.
El 2 de febrero Mike Moran, el analista de divisas número uno de los rankings de Bloomberg por seis trimestres consecutivos, dijo que el peso chileno tocará los $450 frente al dólar en la segunda mitad de este año. Moran, analista del Standard Chartered Bank, señala que el panorama macroeconómico es positivo y el flujo hacia mercados emergentes y commodities va a continuar, lo que favorece a las monedas de América Latina.
Este año el peso ha ganado casi un 10% versus el dólar.
Cabe recordar que el año pasado el Banco Central de Chile intervino en el mercado cambiario para debilitar el peso y ayudar al sector exportador. Las operaciones empezaron cuando el peso de transaba en $466.05 por dólar, lo que era su nivel más alto en casi tres años.
El plan consistía en comprar US$ 50 millones diarios en el mercado, utilizando un total de US$ 12.000 millones.
