La multimillonaria familia Eskenazi de Argentina enfrenta más de US$2.000 millones de deuda, mientras que su principal fuente de ingresos está en riesgo luego de que el gobierno argentino tomara el control de YPF SA en una disputa por inversiones y dividendos.
Grupo Petersen, la empresa perteneciente a la familia que es dueña del 25 por ciento de YPF, le debe 1.450 millones de euros (US$1.900 millones) al socio español Repsol YPF SA después de comprar una participación en YPF, dijo ayer la compañía con sede en Madrid. Los Eskenazi contaban con pagos de dividendos de YPF de hasta el 90 por ciento de las ganancias para saldar su deuda con Repsol y unos US$680 millones de préstamos con bancos, entre ellos Citigroup Inc.
«Si el gobierno argentino recorta el dividendo en YPF (que es el escenario más probable), Grupo Petersen entraría en un incumplimiento de pago de sus préstamos», dijeron los analistas de Exane BNP Paribas Alexandre Marie y Charles Riou en una nota enviada a sus clientes hoy. «Un dividendo menor al 90 por ciento genera un incumplimiento de los cuatro préstamos que tienen».
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner destituyó ayer a Sebastián Eskenazi como director de YPF con sede en Buenos Aires. En su lugar, nombró al ministro de Planificación Julio De Vido para dirigir la compañía y anunció planes para expropiar el 51 por ciento de YPF que es propiedad de Repsol. La expropiación, que se produce luego de la estatización de la compañía aérea Aerolíneas Argentinas y de fondos de pensión por US$24.000 millones durante el mandato de Fernández, generó especulaciones de que los dividendos se recortarán.
«Los que no fueron expropiados están más perjudicados que quienes lo fueron», dijo hoy Antonio Brufau, máximo responsable ejecutivo de Repsol, en una conferencia de prensa en Madrid, en referencia a la decisión de Fernández de no tocar la participación de Petersen. «Todos estamos en el mismo bote. Los Eskenazi están sumamente preocupados».
«Petersen había utilizado los dividendos de YPF para pagar intereses sobre los préstamos», dijo Borja Monforte, analista de Fitch Ratings, en una entrevista telefónica hoy desde Barcelona, España. «Al tomar el control el gobierno, parece improbable que Petersen pueda utilizar esos dividendos para saldar la deuda con Repsol».
La familia, que hizo su fortuna en la industria de la banca y la construcción, compró el 15 por ciento de YPF a Repsol en 2008 en un acuerdo respaldado por el entonces presidente Néstor Kirchner, el difunto esposo de Fernández. Los Eskenazi compraron otro 10 por ciento de YPF en 2011.
Los principales accionistas de Petersen son Enrique Eskenazi y sus hijos Sebastián y Matías. Todos colaboraron en la gestión de YPF. El grupo tiene cuatro bancos de capital privado en Argentina.
El valor de mercado de YPF se redujo a menos de la mitad, a US$7.700 millones, con respecto a un pico este año de unos US$16.200 millones el 23 de enero, según datos compilados por Bloomberg. La participación de los Eskenazi se derrumbó a un valor aproximado de US$1.920 millones, en base al valor de hoy.
La expropiación de la participación de Repsol se produce después de más de dos meses de presión del gobierno sobre YPF debido a una caída de la producción. El país podría duplicar la producción en el lapso de diez años después del descubrimiento de pozos de petróleo shale en el sur, cuyo desarrollo costará US$25.000 millones anuales, lo que exigirá que YPF encuentre socios para compartir los costos.
Los reclamos del gobierno a YPF para que aumente las inversiones incluyeron un pedido en marzo de que la compañía utilice su efectivo para invertir en exploración y producción en lugar de pagar dividendos dos veces por año.
El representante del gobierno en el directorio, Roberto Baratta, votó en contra del pago de dividendos en 2011 y este año. En lugar de pagar dividendos, el directorio de YPF propuso emitir nuevas acciones.
