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Los guardianes del modelo salen a defender el FUT

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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Economistas y políticos lo habían advertido: el FUT sería la madre de todas las batallas en este año electoral y así parece que será, de acuerdo a la reacción que provocó el anuncio de Michelle Bachelet que el FUT se acaba en cuatro años, si regresa a La Moneda.

El rechazo del empresariado fue casi unánime. Significa un cambio al modo en que financian una parte relevante de sus inversiones. El Servicios de Impuestos Internos estima que hay unos US$ 247.000 millones acumulados en el FUT.

Economistas en general concuerdan que el FUT ha sido el pilar del sistema tributario —y también del desarrollo económico chileno— de los últimos 30 años, durante los cuales el país ha reducido la pobreza de 45 % a 13 %, el PIB se ha disparado y la economía se encuentra a las puertas del desarrollo (al menos mirando las cifras).

El pensar de Alberto Arenas y el resto del equipo que diseñó la propuesta para la ex mandataria es que el país ya no lo necesita.

Bachelet al anunciarlo dijo que "el FUT fue un instrumento instaurado por el ministro (Hernán) Büchi con una situación en el país muy distinta a la que vivimos hoy".

Su plan es reemplazarlo por un mecanismo de depreciación inmediata. Significa que los dueños de las empresas deberán tributar por la totalidad de las utilidades y no sólo sobre las utilidades retiradas.

"El FUT es un mecanismo que no existe en ninguna parte del mundo y su creación obedeció principalmente a un momento histórico preciso donde había restricciones financiera que las empresas enfrentaban en los años '80", agregando que "hoy, 30 años más tarde las condiciones institucionales y financieras nos permiten eliminar ese mecanismo por otros más modernos que incentiven la inversión y no la elusión".

La reforma completa busca recaudar US$ 8,200 millones, lo que representa cerca del 3 % del PIB.

En entrevista con El Mercurio de ayer, Arenas defendió la propuesta y resaltó que "este cambio de cerrar el FUT para pasar a depreciación instantánea creemos que es un incentivo moderno, claro y directo a la inversión en las empresas en Chile".

En el programa La Mesa de El Mostrador TV, el economista Oscar Landerretche, que fue parte del equipo de Arenas, afirmó que una parte relevante del FUT no estaba siendo usado como fue diseñado. Admitió que eliminarlo implica costos, pero que ello responde a demandas ciudadanas, entre las cuales están la reforma educacional.

No fue una sorpresa que para muchos economistas neoliberales estos argumentos no suenan y ayer en los medios algunos de los más fieros guardianes del modelo salieron a defenderlo.

Luis Larraín, quien fuera asesor de José Piñera en el Ministerio del Trabajo durante el régimen militar y luego director de Odeplan, fue quizás el más agresivo. El actual director ejecutivo de Libertad y Desarrollo declaró en entrevista con La Tercera que "si me dicen que esta reforma no afecta la inversión, nos quieren hacer fumar opio tributario", agregando que de la propuesta retira "un poco más de US$ 5.000 millones del ciclo productivo".

Larraín critica que pasar a la depreciación instantánea no compensará lo que se pierde con eliminar el FUT. "Como substituto la depreciación instantánea es muy pobre y no es efectivo que este concepto sea más moderno; por el contrario, encuentro un poco anticuado pensar que toda la inversión tiene que ver sólo con maquinarias y equipos".

Rolf Lüders, uno de los Chicago Boy originales y uno de los arquitectos del modelo durante el régimen militar, del cual fue parte como ministro de Hacienda y Economía, también salió a defender el FUT en La Tercera. "El paquete tributario propuesto por la ex Presidenta Bachelet —que incluye agregar las utilidades reinvertidas a la base de ingreso de los contribuyentes afectos— reducirá en definitiva los niveles de inversión", opina el académico de la Universidad Católica, agregando que "el rendimiento neto del capital invertido en Chile se reducirá".

José Ramón Valente, director ejecutivo de Econosult y otro Chicago Boy, escribió una columna en Negocios de La Tercera en la que defiende al FUT, diciendo que "la principal fuente de ahorro del país son las utilidades no distribuidas por las empresas y el mal llamado FUT es un potente mecanismo de incentivo para ese ahorro", y añade que criticarlo simplemente porque fue diseñado en los 80, "es tan absurdo como decir que se debe dejar de escuchar Imagine de John Lennon".

En La Segunda, el abogado Fernando Barros fue igual de duro, pero menos irónico respecto a la propuesta de eliminar el FUT. "Parodiando al Quijote, aquí se lucha contra molinos de viento, contra un mito", ya que "el FUT se presenta como la historieta del rico Mac Pato, que tenía una bóveda llena de monedas donde se tiraba un piquero. Eso no es así. El FUT son plantas industriales, máquinas, grúas, empleos, es lo que hizo que la pobreza en Chile bajara del 40 % al 10 %", observa el socio de Barros y Errázuriz.

Barros es descrito como el mejor experto en derecho tributario en Chile y conocido por ser un fiero defensor de Augusto Pinochet. Encabezó el equipo encargado de buscar la fórmula para que el Presidente Sebastián Piñera se deshiciera de su participación en LAN y también lo asesoró en la compra del parque Tantauco y la venta de Chilevisión.

Tributaristas de las diferentes consultoras también salieron a dar su opinión, la más fuerte es que el fin del FUT afectaría políticas de dividendos de las empresas, ya que con el cambio de base imponible que se propone, las empresas deberían aumentar su reparto de utilidades.

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