Las irregularidades cometidas por el ex gerente corporativo de obras y proyectos y shoppings centers de Cencosud, Renzo Paonessa, al suscribir cinco contratos de arriendo de locales de Santa Isabel con sociedades formadas por sus cuñados, trajeron coletazos.
Ayer por la mañana Horst Paulmann descabezó el área inmobiliaria aduciendo “pérdida de confianza” y despidió a Juan Pablo Escudero, quien sucedió a Paonessa como gerente corporativo de proyectos y obras y llevaba siete años en Cencosud, y a Pablo Maturana, gerente regional de desarrollo, que le reportaba a Escudero y prestaba labores hace cinco años en la empresa. Ambos dejaron sus cargos a contar de ayer.
La medida los afecta por la responsabilidad de no haber detectado el ilícito de Paonessa, uno de los ejecutivos más cercanos a Paulmann, que renunció el 31 de marzo antes de conocerse las irregularidades. Paulmann también despidió al alemán Georg Sternal, gerente de control de gestión inmobiliaria y de shoppings centers.
Como reportó El Mostrador Mercados el martes, hace tres semanas Cencosud inició una auditoría interna en el área inmobiliaria que concluyó el viernes recién pasado y reveló que Paonessa firmó cinco contratos de arriendo de locales a largo plazo para Santa Isabel con dos sociedades en las cuales participan sus cuñados Rodolfo y Pablo Soria-Galvarro y otras tres en las que “palos blancos” aparecían cediendo derechos a sus parientes políticos.
Escudero será reemplazado por el argentino Stefan Krause, ejecutivo histórico de Cencosud —lleva más de dos décadas— hombre de total confianza de Paulmann y actual asesor de la gerencia general para proyectos estratégicos. La vacante de Maturana no ha sido llenada.
El hecho ocurre en momentos en que Cencosud está batallando por mantener su grado de inversión para la deuda que emitió con el fin de financiar su ingreso a Colombia, donde adquirió la cadena Carrefour en US$ 2.600 millones. Tanto la empresa como el mercado han estado preocupados por la posible pérdida del grado de inversión dado su nivel de endeudamiento que estaba alcanzando. Pero la decisión de vender el control del negocio de las tarjetas a Itaú ha disipado algo de esas preocupaciones.
