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Dilema argentino con la deuda pone en evidencia red enmarañada de permutas


Cuando el anudado mundo de las permutas de incumplimiento crediticio pasa a un primer plano en una crisis financiera, abundan las teorías conspirativas. Argentina no es la excepción.

El ministro de Economía argentino Axel Kicillof describió a un grupo de los acreedores que no entraron en el canje, llamados “holdouts”, como “fondos buitre” después de no alcanzar un acuerdo de reestructuración con ellos. Kicillof específicamente dirigió su ira a las permutas crediticias, un mercado, dijo, que disimula los motivos de los acreedores en tanto lleva “al capitalismo más mezquino que existe”.

“Cuando plantean una solución no se sabe si es algo que se puede creer en la mesa de negociación o si hay otra cosa que nunca se sabrá que está pasando afuera que les da mayores beneficios”, dijo Kicillof a los periodistas en una conferencia de prensa el 30 de julio.

Muchos compradores de bonos también son dueños de permutas crediticias como una protección contra pérdidas o como una manera de reforzar la solvencia crediticia de una empresa. Las funciones dobles pueden sesgar incentivos porque los acreedores a veces ganan más con el pago de las permutas que con un emisor que realmente cumple sus obligaciones de deuda.

Uno de los acreedores que no entraron en el canje de Argentina es el fondo de cobertura Elliott Management Corp., con sede en Nueva York, que también integra un comité del sector que determinará si se les paga a los inversores que compraron protección de permutas crediticias sobre los bonos del país.

Negación de Elliott

El administrador del fondo por US$24.800 millones, manejado por el multimillonario Paul Singer, negó el año pasado en un tribunal estadounidense que tuviera permutas crediticias que le permitirían beneficiarse si el gobierno suspendía los pagos. Stephen Spruiell, portavoz de Elliott, se negó a hacer comentarios ayer.

Citigroup Inc. y JPMorgan Chase Co. también se cuentan entre los 15 operadores e inversores del comité de permutas. Se dice que ambos titanes de Wall Street están negociando para comprar los bonos no honrados que están en manos de Elliott y otros acreedores. Citigroup está en tratativas para comprar los títulos, según el diario Ámbito, con sede en Buenos Aires, y también hay conversaciones en curso con JPMorgan, según un funcionario del banco al tanto de la situación.

Un acuerdo permitiría a Argentina reanudar los pagos de intereses sobre pagarés reestructurados. El país pasó la fecha límite para pagar US$539 millones de intereses sobre los bonos a raíz de no lograr un acuerdo con Elliott, Aurelius Capital Management LP y otros acreedores de su última cesación de pagos en 2001.

El ministro de Economía argentino Axel Kicillof dice que los fondos son como buitres, pues se ensañan con países en apuros y buscan ganancias enormes aplastando a los gobiernos mediante intentos de embargo y pleitos prolongados.

Kicillof dice que Elliott pretende una ganancia de 1.600 por ciento sobre su inversión en los bonos no honrados y ganaría de todos modos un 300 por ciento si aceptara las condiciones de la reestructuración.

Argentina afirma que no puede ofrecer a los acreedores que no ingresaron en los canjes un mejor acuerdo sin violar una cláusula de “derechos sobre ofertas futuras” en los bonos reestructurados que puede llegar a generar más reclamos. La cláusula requiere que Argentina extienda a los bonistas reestructurados las condiciones mejoradas que ofrezca “voluntariamente” a los tenedores de bonos no honrados.

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