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Proteccionismo para que el Bife Chorizo sea para los argentinos hace que los comensales de la Unión Europea coman carne uruguaya


Los principales restaurantes de Europa antes dependían de la Argentina para abastecerse de los mejores cortes de carne vacuna. Ahora no reciben lo suficiente porque las políticas destinadas a proteger a los consumidores nacionales están llevando las exportaciones al nivel más bajo en trece años.

“A veces uno simplemente no recibe carne argentina”, dijo Alberto Abbate, dueño de la churrasquería argentina Santa María del Sur, del sur de Londres. Comenzó ofreciendo filetes de Uruguay y Chile en el último año y ahora estos representan alrededor del 25 por ciento del total.

Argentina era el primer exportador mundial de carne en la década de 1930 y el tercero hace una década. Este año se encamina a ocupar el onceavo lugar detrás de Bielorrusia, de acuerdo con los datos que reunió el Departamento de Agricultura de los EE.UU. El porcentaje de carne vacuna del país que se vende en el exterior se redujo más de dos tercios desde 2005, cuando el gobierno comenzó a aplicar políticas para garantizar el abastecimiento interno.

“Nunca habíamos visto una situación como esta”, dijo Miguel Schiariti, presidente de la cámara del sector CICCRA, en una entrevista telefónica desde Buenos Aires. “Estamos perdiendo identidad en el mercado externo”.

La presidente Cristina Fernández de Kirchner y su difunto esposo y antecesor Néstor Kirchner se centraron en los consumidores internos en un país donde la carne vacuna es una parte fundamental de la dieta. En 2005, el gobierno impuso retenciones de 15 por ciento a las exportaciones de carne y al año siguiente implementó un sistema de permisos de exportación que permite a las autoridades influir en la oferta.

El Ministerio de Economía restringió los permisos el mes pasado, dijo un funcionario con conocimiento de la decisión. Los controles apuntan a controlar el precio de la carne, que aumentó un 66 por ciento, superando el índice de inflación del país del 38 por ciento.

Cierre de plantas

El país ahora vende al extranjero menos del 7 por ciento del ganado que produce, por debajo del 24 por ciento antes de que se implementaran las retenciones en 2005. El consumo interno está aumentando: cada argentino consumió un promedio de 63 kilogramos (139 libras) de carne vacuna el año pasado, más que nunca desde 2009.

Los argentinos prefieren los filetes de reses más jóvenes que los consumidores de otros países. Las restricciones a las exportaciones y el aumento de los costos llevaron a los frigoríficos a cerrar plantas que antes preparaban la carne para su envío al exterior, según IPCVA, organismo público-privado de promoción de la carne con sede en Buenos Aires.

“Los frigoríficos que solían exportar están cerrando porque no pueden obtener ganancias”, explicó Gonzalo Álvarez Maldonado, presidente de IPCVA, en entrevista telefónica desde Buenos Aires.

La cámara del sector CICCRA calcula que en la Argentina cerraron 137 mataderos desde 2008 y que unos 14.000 pequeños productores de carne dejaron la industria.

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