María Cecilia Cifuentes es una "economista jugada".
Así la describe un colega que, a pesar de ser más cercano al actual gobierno, tiene gran respeto por la economista del Instituto Libertad y Desarrollo.
Ha sido bastante crítica de lo que está haciendo el ministro de Hacienda y estima que la agenda de reformas de La Moneda es "en gran parte causante de la desaceleración".
En una extensa entrevista en 'La Mesa" de El Mostrador Mercados, Cifuentes afirma que "la economía está bien frenada y hay una combinación de cosas que tienen más que ver con factores internos que externos", aunque reconoce que "hay también elementos externos".
Agrega que existe un clima de "incertidumbre que genera una transformación tan radical de las reglas del juego con que operan muchos mercados, y en ese sentido es bastante razonable que los inversionistas y que los empresarios tomen una posición de esperar y ver qué pasa, o cómo les van a afectar los cambios, y en ese intertanto obviamente frenen sus inversiones, frenen sus decisiones de contratación hasta no saber bien cómo termina todo este proceso de transformación".
No concuerda con la visión de que el hecho de que el gigante norteamericano Prudential gaste US$ 600 millones en entrar a la propiedad de AFP Habitat o que la española Gas Natural pague US$ 3.300 millones por CGE, sean evidencias de que el inversionista extranjero no les teme a las reformas y que el debate acá se encrespó por motivos ideológicos.
"Yo no lo veo como una dicotomía", afirma la economista de la PUC, y apunta a que en la gira de la Presidenta a Europa "por primera vez un Presidente chileno tiene que ir a dar explicaciones respecto a lo que está pasando acá, no era lo que veíamos antes. Antes los presidentes chilenos iban a recibir puras felicitaciones respecto a lo que estaba pasando, íbamos a mostrar nuestro éxitos, y ahora lo que hay que ir a hacer es explicar que en realidad este país tiene reglas estables, y el solo hecho de decir eso… ¿por qué tenemos que estar explicándolo? Así que yo no comparto tanto que haya una dicotomía".
Dice que hay áreas en que existe consenso, pero es en la letra chica donde aparecen los problemas. Afirma que nadie puede negar que "Chile necesita una reforma educacional importante", pero señala que "estando aquí uno ve el detalle, si uno ve las herramientas que se están eligiendo, y el discurso más en detalle, efectivamente genera mucho ruido viéndolo desde el punto de vista de un inversionista. Personas que ahora pueden estar trabajando en el sector salud y que ven un discurso de que no se puede lucrar en educación, qué sienten esas personas respecto a su negocio, probablemente piensen que después van a decir que tampoco puede haber lucro en salud. Entonces todo eso genera una incertidumbre que, a lo mejor, desde el punto de vista externo, es más ajeno el tema, pero desde el punto de vista interno el discurso que lee un empresario, yo lo veo bien incierto".
Presupuesto 2015
La economista de Libertad y Desarrollo también es crítica del presupuesto presentado por el gobierno y respecto a si de verdad generará un repunte en la economía.
"Desde el punto de vista macro, la verdad es que en una economía abierta, que tiene tipo de cambio flexible, y este es un tema consensuado en la academia, no es mucho lo que el gasto público puede hacer por generar un efecto importante en la demanda agregada". Da como ejemplo que en 2009 el gasto público creció un 17% "y la economía cayó un 1%. Y el tipo de cambio real cayó muy fuerte".
Opina que es "cuestionable" la idea de reactivar vía presupuesto. "O sea, aquí lo que tenemos (es que) probablemente uno de los elementos más significativos en explicar la desaceleración sea la reforma tributaria. Entonces el mensaje que se manda, a mi juicio, es bien complejo, porque lo que dicen es que se necesita hacer una reforma tributaria para financiar una reforma educacional, pero en el proceso una reforma tributaria me frena la economía, entonces después me gasto la reforma en reactivar la economía. Alguien le puso a esto como la antieconomía, aludiendo un poco a Nicanor Parra".
Critica, además, que en el presupuesto se observe "un aumento muy significativo de lo que uno podría llamar gasto burocrático. En términos de lo que crece el gasto en personal y bienes y servicios, es más de lo que crece el gasto en subsidios y transferencias".
Concluye que "desde el punto de vista de la demanda agregada, es un sector público que crece muy fuerte, pero crece un poco a expensas del sector privado, y el efecto total final es muy poco significativo desde el punto de vista macro".
Manifiesta mirar "con buenos ojos" el discurso de asociación público-privada, "en el sentido de que las concesiones, la inversión, el desarrollo de infraestructura es positivo para el crecimiento", aunque dice que hay que ver que eso se concrete.
Clima crispado
"Nosotros desde la campaña la verdad es que siempre fuimos muy críticos con el programa de gobierno, a los instrumentos con los que el gobierno planteaba que iba a mejorar la educación, fuimos muy críticos a la reforma tributaria en su minuto, y lo que ha ido pasando al final es que si esos argumentos que se plantearon en ese debate, a lo mejor no con la suficiente fuerza, terminaron en la práctica siendo efectivos", así es como Cifuentes explica el áspero recibimiento que la derecha ha otorgado a las reformas de Michelle Bachelet.
Con respecto a lo que pasará con la economía el próximo año, dice que el futuro es muy incierto. "Como anécdota, yo llevo muchos años haciendo proyecciones económicas, estudiando la macroeconomía, y me ha tocado este año hacer charlas de proyecciones económicas, de cómo se ve el futuro, y siendo honesta, nunca me había sido tan difícil predecir lo que iba a pasar hacia adelante en el país. Eso es lo que refleja el problema que tenemos, una incertidumbre muy grande. Yo no sé cómo se sale de esto, no sé cómo se sale de este problema donde tenemos tantas discrepancias respecto a las reformas que quiere implementar el gobierno", recalcó.
Señala que "está tan disperso el discurso, ni siquiera considerando el discurso de la oposición, sino que el discurso del propio gobierno que tiene una dispersión de opiniones gigantesca. Entonces me cuesta responder la pregunta sobre qué esperar el próximo año. En principio tiendo a pensar que debería ser un poco mejor, casi por un problema de base por comparación, pero la verdad es que es incierto".
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