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Opinión: Las “filtraciones” de la Comisión Bravo y lo que implica para las AFP


A finales de octubre se “filtró” un supuesto informe cuya procedencia sería la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema Previsional, más conocida como Comisión Bravo. Según el mismo, ésta habría realizado un diagnóstico crítico del sistema y su propuesta “teórica” sería avanzar hacia un Sistema Mixto, que rescate componentes del Sistema de Reparto, así como otros del Sistema de Capitalización Individual.

En paralelo, distintos actores vinculados al mundo de las AFP saltaron a la palestra aseverando que resulta imposible regresar a un Sistema de Reparto. No sabemos si se trató de una reacción de supervivencia, asumiendo como real la “filtración”, o si representó una estrategia comunicacional coordinada a gran escala que pretende defender su “próspero” modelo de negocio.

Por otra parte, esta “filtración” fue desmentida categóricamente por David Bravo, presidente de la Comisión. Al menos yo, confío plenamente en la Comisión Asesora Presidencial; se tomó el tiempo de escuchar a todos los actores que solicitamos audiencias. Mi impresión, al exponer las 5 propuestas de la Comunidad Felices y Forrados, fue que se trataba de personas con gran experticia en el tema, que, efectivamente, evaluaron y cuestionaron técnicamente nuestras propuestas.

Pero insisto: hay que esperar los resultados oficiales de la Comisión, los que verían la luz en enero de 2015. Además, hay que recordar que el informe de la Comisión no es vinculante, por ende, aun cuando puede decir A o B, dado que la decisión final será tomada por el Gobierno, perfectamente la nueva ley podría decir C.

Por esta razón es conveniente vislumbrar los diferentes escenarios potenciales, de forma abierta y sin conflictos de interés, para discutir los pro y los contra de ambos sistemas, para así evaluar las consecuencias de esta supuesta “filtración”. Los 5 riesgos principales del sistema actual son los siguientes:

Riesgo de baja rentabilidad global: Las rentabilidades lamentablemente han ido decreciendo en el curso de las 3 últimas décadas, tanto a nivel de renta fija como de renta variable. Hoy lo que está afectando a todos los sistemas (tanto de capitalización como de reparto) son las bajas rentabilidades de los bonos del tesoro a 30 años. En 1981, el bono del tesoro americano a 30 años brindaba un 15% anual. Esa cifra hoy se encuentra en torno al 3% anual. Eso podría suponer una jubilación que fácilmente sería 10 veces inferior.

En palabras simples, TODOS los sistemas de pensiones están en crisis por la baja rentabilidad del ahorro. La gran responsabilidad viene dada por la diferencia de spread entre tasa de captación y colocación, desincentivando el ahorro y motivando una deuda excesiva. Este es un problema sistémico global, y lo peor es que si comienzan a subir las tasas, los gobiernos desarrollados tendrán problemas con su alto endeudamiento de gobierno. Tal es el caso de países como Japón, EE.UU. o algunos países Europeos.

Riesgo de crisis sistémicas que generen pérdidas: La creación de valor en un sistema capitalista se basa en los ciclos de crecimiento, burbuja y posteriores ciclos de crisis. La memoria es frágil, pero por algo ocurrieron la primera y segunda guerras mundiales. Y eso que han ocurrido muchos más defaults de los que recordamos. Es tan sencillo como recordar que Chile en 1981 tuvo una crisis de proporciones como consecuencia de romper la paridad del tipo de cambio y las empresas endeudadas en dólares quebraron, incluidos los Bancos. También en Chile, el año 1920, la creación del salitre sintético por parte de los alemanes puso fin a nuestra primera oportunidad de llegar a ser un país desarrollado. Por ende, ambos sistemas se ven afectados por ciclos globales o nacionales de crisis. Ante esta indiscutible realidad el sistema, antes de 1999, transfería este riesgo a las AFP. Hoy lo asumen los afiliados a través de la elección del portafolio.

Así que HOY ambos sistemas están expuestos al riesgo de crisis. La única solución sería que las AFP estén dispuestas a asumir nuevamente el riesgo de pérdida, o sea, eliminar los Multifondos, volver al Fondo C por defecto, y devolver los artículos 37 al 42 del DL 3.500 a la versión previa a 1999. Con esto, las AFP, si tienen un año de pérdidas, deben compensarlas íntegramente, incentivo ante el cual adaptarán sus inversiones como sea para no perder sus utilidades. Recordemos que hoy en día juegan a ganar o ganar, en desmedro de los trabajadores chilenos.

Riesgo de cambios demográficos: Ambos sistemas se ven afectados, pero el Sistema de Reparto se ve aún más afectado. El dato duro es simple: en el Chile de 1960, por cada 1 jubilado había 9 trabajadores activos. Por ende, con un 10% de descuento al fondo común se financiaba sin problemas un sistema de reparto. Hoy la relación es de 1 a 5, en consecuencia, sí podríamos regresar a un Sistema de Reparto si descontamos el 20% de nuestros sueldos al fondo común. El problema se generaría entre los años 2050 y 2065 a causa del envejecimiento poblacional; por cada jubilado sólo habrá 2 trabajadores activos. No creo razonable que los trabajadores del 2065 estén dispuestos a que les descuenten un 50% de su sueldo para pagar un Sistema de Reparto.

Riesgo de lagunas previsionales: Hoy, de 40 años de trabajo, sólo estamos ahorrando 21 años. Esto se debe a la evasión (empleador no paga imposiciones), la elusión (empleador paga menos de lo que corresponde) y los períodos de desempleo en la vida laboral contemporánea. Este riesgo afecta a ambos sistemas, no existe el mundo ideal sin desempleo. De hecho, la inestabilidad laboral implica que, siendo que en 1960 nuestros abuelos tenían sólo 2 empleadores en el transcurso de toda su vida laboral, hoy tenemos 12 empleadores en promedio, por ende, padecemos de más lagunas.

Como contraparte, en un Sistema de Reparto subir al 20% la cotización podría amplificar aún más el riesgo de evasión y elusión. Pero, seamos claros, este riesgo lo tienen ambos sistemas.

Riesgo de uso político de los ahorros: Este riesgo lo tienen ambos sistemas, pero de forma diferente. Es sabido que las AFP ponen sus fichas en directores de todo el espectro político, tanto de izquierda como de derecha. Quizás no se afecta directamente a los Fondos, pero indirectamente existen graves conflictos de interés que no se transparentan, como la existencia de empresas relacionadas: las aseguradoras. Hoy, 6 de 10 chilenos opta erradamente (debido a que las tasas de los bonos de largo plazo han estado en un punto históricamente bajo durante los últimos 40 años) por jubilarse a través de una aseguradora. ¿Por qué? Primero, por el latente riesgo de filtración de bases de datos a las aseguradoras (multadas en algunas ocasiones por la Superintendencia, pero con multas que no representan ni el 1% del beneficio), ya que, al traspasarlos, las aseguradoras ganan un enorme patrimonio a cambio de un seguro, conocido como renta vitalicia. Segundo y el principal: por el cálculo del CNU, la arbitraria manera como se define el retiro programado en las AFP. Sólo un ejemplo: en julio de 2010, muy probablemente producto del lobby, la Superintendencia de Pensiones cambió las tablas de mortalidad del retiro programado y las tasas futuras de rentabilidad. Resultado: las jubilaciones cayeron un 3,5% de golpe, y miles de jubilados corrieron a las aseguradoras.

Hoy nadie ha abordado lo que están sufriendo los jubilados, sin ir más lejos, existen casos de personas que, pasado un año, tenían $160 millones, aumentándolo a $172 millones a pesar de los retiros mensuales, así y todo, la jubilación les baja 2 UF sólo por el ajuste de tasas futuras. Esto lleva al absurdo de aumentar el fondo, tener un año menos de vida, pero que tu jubilación baje artificialmente por una fórmula con claros errores que incentivan perversamente a jubilarse vía aseguradora (recordemos que ellas se quedan con el millonario patrimonio del asegurado, mientras en las AFP, éste permanece como herencia para la familia del mismo).

Este riesgo también lo padece un Sistema de Reparto. Es cosa de mirar por encima de la cordillera y ver cómo en Argentina se estatizaron las AFP, pero de los 28.000 millones de dólares sólo quedarían 8.000 y, por lo tanto, los Argentinos estarían corriendo el riesgo de quedarse sin pensiones de la noche a la mañana.

Como conclusión, ambos sistemas están expuestos a fuertes riesgos que deben minimizarse hoy. Quienes han abordado esta realidad son los sistemas híbridos, que rescatan la solidaridad del Sistema de Reparto, fusionándola con el incentivo al ahorro de la Capitalización Individual. Es así como Nueva Zelanda, al comenzar a trabajar deposita US$2.000 al trabajador, para que así gane interés compuesto. Esto le brindará un piso de US$100.000 a la edad de jubilar, más todo lo ahorrado en su vida laboral. O sistemas como el Holandés, que, para eliminar el riesgo de lagunas, deposita un 2% del fondo que deberían tener al jubilar a todos los trabajadores sin imposiciones en el año.

Es tan innecesario como obsoleto poner a competir a ambos sistemas como si uno u otro fueran la única solución posible; la evolución consiste en sacar lo mejor de ambos sistemas para brindar jubilaciones piso de $250.000.

Tenemos la esperanza de que la Comisión Bravo haga su propuesta sin presiones de ningún tipo y esperamos de todo corazón que estas “filtraciones” no sean más que desinformación inoculada sin sustento alguno.

Como consejo final, invito a las AFP a comprender (y asumir de una vez por todas) que las jubilaciones son indignas y, como industria, o se adaptan o pueden perder su negocio. La adaptación pasa por sincerar qué pasó en octubre del 2008, donde, por efecto de forward de monedas, las pérdidas al parecer se amplificaron de -8% a -21% mensual. O ser proactivos y exigir la devolución del riesgo hacia sus empresas, porque ahí sí existía una contraprestación: pago una comisión mensual alta, pero nunca pierdo. Antes del año 1999 el sistema era sustentable.

Hoy no lo es, y si las AFP pretenden sobrevivir deben urgentemente darle a su servicio sustentabilidad basada en el sentido común, no con propuestas que perjudican a los trabajadores a la vez que no solucionan los problemas de fondo, tales como incrementar la edad de jubilación o el porcentaje del sueldo imponible.

El secreto es que realmente los trabajadores puedan usar y decidir en libertad sobre sus ahorros. Un gesto en esa línea sería permitir el libre uso de los ahorros al momento de jubilar.

Es hora de que, quienes especulan con la omnipotencia comunicacional y de lobby, lo utilicen para bien. Si logran someter su ambición a tiempo, puede que la gente valore el sistema si éste recobra el equilibrio que lució en el transcurso de sus 2 primeras décadas. A fin de cuentas, nunca debemos negar la posibilidad de recapacitar a quienes son capaces de vender el futuro de un país a cambio de sentirse poderosos.

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