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Penta vuelve al mercado en busca de depósitos tras el estrés financiero provocado por la crisis de sus socios

Penta vuelve al mercado en busca de depósitos tras el estrés financiero provocado por la crisis de sus socios

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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Luego de varias semanas en las que el mercado castigó con dureza a los papeles emitidos por Banco Penta, de a poco parece llegar la calma para la entidad financiera, a pesar de que el proceso por encontrar nuevos dueños sigue vigente.

La tasa de los depósitos del banco, mediante los cuales financia en cerca de un 60% sus operaciones, han tendido a normalizarse. Algunos de estos papeles saltaron desde el 0,33% al 0,60% y hoy en el mercado secundario se transan por debajo del 0,40%, razón por la que el banco ha salido a captar depositantes nuevamente.

Según fuentes informadas, con condiciones de mercado adversas el banco había optado por no captar capital gracias a sus altos niveles de liquidez, sin embargo, lo ha estado haciendo de nuevo durante los últimos días.

Si bien las condiciones de estas nuevas captaciones son reservadas, pudiendo haberse ejecutado en Bolsa o fuera de mercado (OTC), el comportamiento que han mostrado sus depósitos en el mercado secundario permiten hacerse una idea de cuánto interés está pagando la compañía a sus ahorrantes.

Según la estadística de la Bolsa de Santiago –al cierre del lunes–, el promedio diario de transacciones en los papeles nominales –que son los que han sufrido mayor variación en sus tasas– ha sido del orden de los $3 mil millones, sin embargo, el pasado 13 de febrero hubo un flujo excepcional que superó los $17 mil millones.

Ese día, los depósitos que se transaron fueron aquellos con plazo a 30 días, con una tasa de 0,36%; a 60 días, con una tasa de 0,39%; y 120 días, también con un interés de 0,39%, por debajo del 0,60% que llegaron a marcar a mediados de enero.

Depósitos con distinto plazo no se transan desde el mes pasado, evidenciando todavía altas tasas. Los papeles a 90 y 180 días siguen mostrando un interés en torno al 0,45%, mientras que los títulos a 360 días un 0,59%.

La tasa de los bonos, en tanto, también viene ajustándose a la baja. Sobre los títulos de la serie C y J –que son los nominales– se han hecho ofertas con tasas al 5,56% y 5,7%, respectivamente, lo que arroja un spread en torno a los 250 puntos base. Si bien estas son menores a las de las últimas semanas, siguen siendo altas con respecto a los primeros días de enero, cuando ambas series mostraban un diferencial de 188 pb y 165 pb.

¿Una inversión atractiva?

Si bien los depósitos han ido tendiendo a normalizarse, sus tasas siguen todavía altas respecto a las de otros bancos, los que están pagando entre el 0,26% y 0,30%, considerando sus distintos plazos.

"Luego de una importante alza en tasas a mediados de enero, éstas caen aunque se mantienen bastante por sobre el promedio de mercado. Las altas tasas igual son una buena oportunidad de inversión, en el sentido de que el banco no tiene malos fundamentos y se ve lejano un default", dice al respecto Luis Felipe Alarcón, economista de EuroAmerica.

De hecho, en momentos en que el mercado castigaba los títulos del banco, los inversionistas más interesados en estos papeles fueron las administradoras de fondos mutuos, mientras las AFP optaron por deshacerse tanto de los bonos como de los depósitos. Pulso informó la semana pasada que las administradoras redujeron su exposición a los bonos de 0,02% a 0% y en los depósitos de 0,04% a 0,02%, entre enero y febrero.

Como publicó El Mostrador Mercados, una de las primeras diligencias hechas por la administración de la entidad bancaria –incluso antes de que se conociera la formalización de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín– fue la realización de reuniones con otros bancos para explicar su situación, justamente pensando en el hecho de que de estos se desprenden sus filiales de fondos mutuos, que constituyen sus principales depositantes.

¿Y la venta?

En enero el banco anticipó una capitalización de $70 mil millones –en el marco de un proceso por $110 mil millones que se venía colocando desde 2014–, con el fin de poder seguir operando, al tiempo que anunció otro aumento de capital por $100 mil millones, con el objetivo de tener capital disponible.

Dichas operaciones también sirvieron para dar una señal de “respaldo” por parte de sus socios, “para que la gente pueda estar tranquila y operar sin ningún problema, a pesar de todos los ruidos que pueda haber respecto de las sociedades holding o de los propietarios principales”, según manifestó su presidente, Alfredo Moreno, a El Mercurio a fines de enero.

Todas medidas que servirían como resguardo para una compañía de la cual se esperan cambios en su propiedad. Como anticipó este medio, JP Morgan está a la caza de encontrar compradores del banco, sin embargo, la tarea parece difícil, pues –según ha trascendido en el mercado– el atractivo del banco no supone un gran gancho para los inversionistas, dado que éste se concentra en su banca privada. Su valor libro oscila en los US$250 millones y en el mercado varios creen que no se pagará más que eso.

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