Pasadas las 11 de la mañana de ayer –tan solo media hora después que comenzara el comité político en La Moneda– el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, salió intempestivamente de la reunión y cruzó el Patio de Los Cañones. La premura por llegar a Teatinos 120 se conocería horas después, cuando el destino del ex director de Servicios de Impuestos Internos, Michell Jorratt, quedara sellado en un comunicado de la cartera. A pesar de que paradójicamente ese mismo día aparecía como el nuevo director del SII en el Diario Oficial, en la práctica Jorratt era apartado de la institución.
Pero la decisión no había surgido en las últimas horas. Estaba tomada hacía días; puntualmente desde que asumió el nuevo comité político, que ahora encabeza Jorge Burgos (DC) como ministro del Interior. Por lo mismo, no fue gratuito que la noche del domingo el nuevo conductor político del Gobierno asegurara públicamente, en una entrevista en Canal 13, que la decisión sobre Impuestos Internos se iba a tomar a la brevedad, esta semana.
En La Moneda coincidían en que estaba asumido que Jorratt debía salir, que “no había dudas al respecto” y que la decisión se dilató porque el ministro Valdés había pedido en el seno del comité político que “le dieran unos días” para asumir en totalidad las riendas de la cartera de Hacienda y empoderarse a cabalidad de la verdadera situación al interior del SII.
Sacar a Jorratt era el único camino posible para los nuevos ministros, porque fue entendida como una decisión de “toda lógica” y a tono con todos los gestos públicos y cambios que ha implementado La Moneda en las últimas semanas, con miras a morigerar el actual escenario de crisis de credibilidad que instalaron los casos Penta, SQM y Caval, además de mejorar los niveles de confianza en las instituciones públicas.
Dicen que Burgos no interfirió en la decisión de Valdés, que “nadie tuvo que convencer al otro”, porque ambos coincidían en que la evaluación política de la situación daba solo una solución: la salida de Jorratt.
El retraso impune
La situación al interior del Servicio de Impuestos Internos era insostenible y llegó a su peak la semana pasada, cuando un reportaje de Ciper dio cuenta de la crisis interna del servicio por el retraso de acciones penales en contra de Giorgio Martelli –el recaudador de la Nueva Mayoría– y otro reportaje, esta vez en La Tercera del domingo, lo dejó claro cuando ventiló la correspondencia entre el destituido Jorratt y el subdirector jurídico del organismo, Cristián Vargas. El viernes 8 de mayo, a las 10:09 horas, uno de los e-mails entre ambos era este:
De: Michel Jorratt
Para: Cristián Vargas
“Jamás he pensado en no presentar las querellas, como te consta (…). Mi única preocupación es que las acciones que hacemos estén bien fundadas, pues como tú me has enseñado, es la forma de asegurar que finalmente sean exitosas. Hace algunas semanas te pregunté si había alguna acción que tú consideraras que debiéramos haber ejercido y que no la hubiéramos hecho, y tu respuesta fue que no”.
“Nuestras acciones son técnicas y no podemos arriesgarnos a que sean tildadas de políticas”.
“Entiendo la urgencia que planteas, pero creo que tomarse uno o dos días más para asegurar la impecabilidad de la acción no puede ser considerada una acción dilatoria”.
El aire, al interior del organismo, se cortaba entonces con cincel. La correspondencia fue dura. Tanto así, que enfrió las conversaciones entre Vargas y Jorratt para siempre. El primero fue marginado del resto del servicio y dejó de ser convocado a las reuniones de subdirectores. Quienes conocen el conflicto de cerca relatan que Vargas estaba atado de manos hace tiempo, en medio de un organismo que trató durante mucho tiempo que la investigación nunca llegara a Giorgio Martelli –comentan al interior del SII–, una entidad que luego trató de imponer una salida administrativa y que solo se persiguieran acciones pecuniarias.
Esas mismas fuentes también confirman a El Mostrador que durante la semana pasada Jorratt estuvo tratando de establecer una estructura paralela a la Subdirección Jurídica para que se hiciera cargo de los casos Penta, SQM –y todo lo demás que viene con ellos– a cargo de la Subdirección de Fiscalización que dirige Víctor Villalón, un hombre que llegó de la mano de Jorratt al Servicio el año pasado. Villalón es un hombre de confianza de Alberto Cuevas, asesor del ex ministro de Hacienda, Alberto Arenas. Cuevas se mantiene como coordinador de política tributaria de esa cartera.
Arenas y Peñailillo
No sólo por el clima interno sino también por los cuestionamientos que hunden cada vez más al SII es que no había otro destino posible para Jorratt.
"Hemos tenido que tomar una decisión dolorosa para nosotros de pedirle la renuncia a Michel Jorratt. Michel es un funcionario que ha hecho mucho por Chile, es un hombre probo y fue clave en este Gobierno para estar implementando la Reforma Tributaria (…) es un hombre probo y honesto y su salida tiene que ver exclusivamente con proteger el Servicio de Impuestos Internos, de sacarlo de los diarios para que vuelva a hacer el trabajo que siempre nos ha tenido tan orgullosos", dijo el ministro Valdés cuando informó públicamente de la decisión.
En el Comité Político que Valdés había abandonado hacía pocas horas, los timoneles de la Nueva Mayoría habían pedido al nuevo equipo de ministros evitar cometer más errores, como sus antecesores, y que, por lo mismo, se sincerara la información, se terminara con el “goteo” de boletas que desde principios de marzo ha complicado a distintas figuras del oficialismo. Junto con eso, pidieron explícitamente zanjar la situación de Jorratt y hacerse cargo de la pugna interna que se había desatado en el SII entre el ex director y el jefe jurídico de la institución, Cristián Vargas.
Dicen que las palabras que pronunció Valdés cuando se refirió públicamente a la decisión sobre Jorratt, no fueron solo de buena crianza, sino que un espejo del sentir mayoritario en el oficialismo sobre el ex director del SII, a quien se le reconoce como “uno de los mejores tributaristas del país”, padre de la Reforma Tributaria y la eliminación del FUT, pero que tuvo –agregaron cercanos a Hacienda– la mala suerte de estar en el lugar equivocado en el peor de los momentos.
Eran mayoría los que ayer repetían que, si bien fue Valdés quien tomó la decisión, la salida de Jorratt tiene como responsables directos a dos personas: Rodrigo Peñailillo y Alberto Arenas.
“Ellos fueron los que lo perjudicaron, los dos”, recalcaban en el Gobierno. Afirmaban que fueron las presiones que hubo desde Interior y Hacienda de los últimos dos meses sobre Impuestos Internos y específicamente sobre Jorratt para frenar las acciones vinculadas a SQM, las que cavaron la tumba del ingeniero socialista.
Al principio dichas presiones fueron subterráneas, pero con el correr de las semanas se hicieron públicas, poniendo en jaque, con ello, la credibilidad de Impuestos Internos.
En La Moneda dicen que Jorratt “no es el villano de la historia”, que “él hacía lo que se le ordenaba”, que en varias ocasiones puso la contención necesaria, que se le apoyó, pero que inmerso en el epicentro de las presiones y como la política “es sin llorar”, pagó platos rotos de los dos ex ministros.
No hay que olvidar que fueron ambos, en especial Arenas, los que aconsejaron a la Presidenta Michelle Bachelet que lo ratificara en su cargo hace solo un mes, a pesar de que en ese momento ya había estallado la polémica por las boletas de Peñailillo al operador Giorgio Martelli y unas del propio Jorratt, que lo llevaron a inhabilitarse públicamente de la arista SQM.
El reemplazo
Hacienda informó que Juan Alberto Rojas asume la subrogancia en la dirección del SII y que en los próximos días se iniciará el proceso de concurso por Alta Dirección Pública (ADP) para elegir una carta definitiva que dirija el organismo.
El punto es que no había otro camino por ahora que poner a Rojas –cercano a la UDI y vinculado al polémico perdonazo a la empresa Johnson's en el Gobierno de Piñera–, ya que administrativamente le correspondía asumir como subrogante. Algunos en Palacio repararon en el detalle DE que ayer en la mañana, un par de horas antes del anuncio oficial de la salida de Jorratt, en el gremialismo ya manejaban la información y que comenzaron a operar con ese antecedente.
Se calcula que el concurso de la ADP para encontrar un nuevo director del SII puede durar, promedio, unos seis meses y que, por lo mismo, al ser un período largo esa subrogancia en una etapa clave de los casos Penta y SQM, es muy difícil que se mantenga a Rojas todo ese tiempo.
Así, las señales desde el Gobierno coinciden en que en el corto plazo se elegiría a un director interino, que tome las riendas de Impuestos Internos y contribuya –agregaron– a fomentar una imagen de transparencia de la institución.
Fuentes que conocieron de cerca la operación, señalaron a El Mostrador que Valdés sondeó a un candidato durante el fin de semana, pero esa persona no aceptó. La opción de Valdés por Rojas es para ganar tiempo y proteger al servicio. Una movida que es vista como una jugada inteligente del nuevo titular de Hacienda, quien cuenta con todo el apoyo de La Moneda y la cercanía del subsecretario de la cartera, Alejandro Micco (DC), que ha comenzado a ver con preocupación cómo los casos investigados por la Fiscalía que remecen a la política han levantado olas también en la falange.