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Opinión: ¿Sobrecalentamiento de la economía? No en el corto plazo


Esta semana, el Banco Central publicó las cuentas nacionales para el tercer trimestre de 2012,  cifras que entregaron información diversa , ya que algunas de ellas fueron positivas y esperadas, y otras sorpresivas y algo preocupantes.

Dentro de la primera categoría, se puede mencionar el continuo dinamismo de la demanda interna, principal impulsor del crecimiento del país, que creció en un 8,0% en el tercer trimestre en relación a igual trimestre de 2011, 1,2 puntos porcentuales más que lo registrado en el trimestre anterior, resultado que se explica tanto por el aumento del consumo  como  la inversión, reflejo de la confianza de los consumidores en la economía interna.  El crecimiento del consumo fue liderado por el gasto de los hogares, y el de la inversión, por el componente más dinámico maquinaria y equipo.

Se podría pensar entonces, que dado el crecimiento del consumo total en un 5,9% y de la inversión en un 13,3%, la incertidumbre externa prácticamente no nos habría afectado, pero esto no es totalmente correcto, lo que se refleja en la caída de las exportaciones de bienes y servicios en un 3,4%, producto de la disminución de las exportaciones de bienes industriales y mineros.

Con todo lo anterior, el PIB del tercer trimestre tuvo un crecimiento de 5,7%, y acumula en el año un 5,6%, aumentando las proyecciones del PIB 2012 por parte de los agentes privados a cifras sobre el 5%, más cercanas al 5,5%, incluso, lo que no sólo es positivo, sino que además inesperado, ya que a comienzos de año el mejor postor esperaba un crecimiento interno anual de 5%.

Por otro lado, tenemos otras cifras algo preocupantes. El déficit de la cuenta corriente en el tercer trimestre llegó a un 7,4% del PIB, es decir, US$ 4.783 millones, explicado principalmente por una disminución de las exportaciones y el mencionado aumento de la demanda interna, lo que finalmente provoca un aumento mayor de las importaciones, dado el mayor gasto de las personas en consumo. En primera instancia, dicha cifra no cambia las proyecciones que hay para la cuenta corriente de este año y el próximo, ya que el mayor déficit del tercer trimestre se debe puntualmente a que en éste la inversión total fue más alta de lo esperado y las exportaciones tuvieron una crecimiento negativo importante, y éste es financiado por IED y no por deuda.

Pero ello no significa que no se deba monitorear el creciente dinamismo que tiene la demanda interna y que lo más seguro es que continúe en los próximos meses, ya que un crecimiento de la economía muy por sobre su PIB potencial genera presiones sobre los precios, aumentado el déficit en cuenta corriente.

En el mediano plazo sí existen riesgos de sobrecalentamiento en la economía, no sólo por el mayor gasto privado, que se espera de todas formas que se desacelere dado el deterioro internacional,  sino también porque las exportaciones crecen menos que las importaciones, pese al alto precio del cobre. Por ello, las autoridades deben hacer los ajustes necesarios por el lado fiscal,  y seguir observando el lado monetario, si quieren evitar la generación de desequilibrios macro.

Por ahora, no hay señales evidentes de sobrecalentamiento y crecemos muy por encima del promedio internacional, pero el monitoreo debe existir, considerando además, el tipo de cambio vigente que no tiene claras señales de depreciarse.

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