Según “El Primer Estudio Nacional de la Discapacidad” realizado por el Fondo Nacional de la Discapacidad (FONADIS) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en 2012, actualmente existen más de 2 millones de personas que tienen algún grado de discapacidad y, a pesar que el concepto “inclusión social de personas con capacidades diferentes” ha estado en boga el último tiempo, no debemos perder de vista que aún existen aristas pendientes que no permiten que estas personas puedan incorporarse plenamente a la sociedad.
Entonces, cabe plantearse: ¿cómo es posible contribuir a mejorar su calidad de vida?; ¿quién deben hacerse cargo de ello?; ¿cuál es el rol de las empresas, ya sean estas privadas o públicas, en este proceso de inclusión social?
Todas las personas deben tener la posibilidad de ser protagonistas de su propia historia y de demostrar de lo que son capaces. Para ello es necesario generar un cambio cultural donde las organizaciones les den una oportunidad y entreguen herramientas necesarias para apoyarlos a cumplir sus objetivos y sueños.
En esta línea, en Bci decidimos formalizar nuestra política de inclusión el año 2011 a través del programa “Bci sin límites”. Esto trajo consigo un incremento del 54% de la dotación de colaboradores con discapacidad en la organización y un aumento del 40% en el número de áreas con colaboradores con discapacidad.
"Bci sin Límites" es una iniciativa que busca abrir espacios de inclusión laboral a personas con capacidades físicas diferentes. Actualmente cuenta con colaboradores y practicantes que trabajan en diversas áreas de la corporación, desempeñando funciones ligadas a la venta de productos y servicios, atención de clientes, análisis de riesgo, capacitación, entre otras.
Al poco andar nos dimos cuenta de que contar con una iniciativa aislada no era suficiente. Nuestro programa debía ser integral e incluir una arista de desarrollo profesional con beneficios en ámbitos de salud, transporte y educación. De esta forma, creamos una política ideada para aquellos colaboradores que por su condición personal necesitan apoyo en estos ámbitos. Ellos hoy ya no dependen del transporte público, de la inclemencia del clima o de la disponibilidad de sus familiares para llegar a trabajar o para ir a sus terapias; sino que cuentan con un servicio de transporte corporativo que les ha permitido ganar autonomía e independencia; elementos que antes eran impensados para ellos. También revisamos los casos de algunos colaboradores con la finalidad de mejorar su calidad de vida a través de apoyo económico para la compra de elementos ortopédicos.
A estas iniciativas sumamos un plan de integración interna que busca incentivar una cultura de respeto a la diversidad. Para ello desarrollamos programas específicos de Seguimiento y Acompañamiento por parte de organismos y fundaciones expertos en el tema, donde se preparó a las jefaturas y a los equipos. Además, adaptamos la infraestructura de nuestras sucursales y desarrollamos un manual práctico sobre la inclusión laboral.
Esta exitosa experiencia nos ha llevado a dar cuenta que estas personas aportan grandes beneficios a los equipos de trabajos a los que pertenecen. Son personas comprometidas, con altos índices de asistencia laboral, que saben armar equipos e integrase de manera efectiva a ellos. Suelen otorgarle un valor emocional a sus labores diarias, traspasando de manera implícita su alegría de vivir a sus compañeros.
Gracias al testimonio de los colaboradores del "Bci Sin Límites", comprendemos que hay problemas más importantes en la vida, pero que además estos problemas, a pesar de que no tienen solución, son manejables y se puede vivir con ellos, transformándolos desde dificultades a desafíos y oportunidades de crecimiento para ellos y otros. Por estas razones, y muchas otras más, creemos sinceramente que las organizaciones y sus miembros se benefician mucho más de estos programas como el "Bci Sin Límites" que los mismos usuarios de estas iniciativas.
Pablo Jullian Grohnert,
Gerente Corporativo de Gestión de Personas, BCI.