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Bofill y Labarca no le dan descanso a Coloma por las Cascadas


Lo de Ponce y Coloma ya no es negocio, es personal.
 
La famosa frase de El Padrino es quizás la manera más acertada para describir el estado de las relaciones entre Fernando Coloma, el ex titular de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) que gatilló el Caso Cascadas, y Julio Ponce Lerou, el personaje al centro de la investigación.
 
Ayer los abogados de Ponce, Jorge Bofill y Raimundo Labarca, lo acusan de seguir tratando de influir en el caso.
 
En una carta a El Mercurio, dicen que le llama "llama profundamente la atención" que la semana pasada declarara públicamente "que los recursos interpuestos en contra de las resoluciones dictadas por la SVS habrían tenido por propósito dilatar el caso, afectando con ello la institucionalidad".
 
En esa entrevista Coloma calificó de "inéditos" los recursos administrativos y judiciales que los abogado de Ponce han utilizado para dilatar la causa, apostando a la forma e ignorando el fondo de las acusaciones.
 
Según Labarca y Bofill, esos argumentos revelan que el ex superintendente "desconoce en su esencia lo que es un Estado de Derecho, pues es precisamente la institucionalidad la que otorga a los particulares el derecho a cuestionar y objetar las decisiones de la autoridad ante los tribunales y la Contraloría General de la República". 
 
Defienden su accionar y argumentan que "nadie puede garantizar a los ciudadanos que la autoridad no cometerá errores en sus juicios y decisiones, o que tendrá, como creemos en este caso, una segunda intencionalidad. Sin embargo, en el mundo del ex superintendente es todo al revés".
 
Dicen que sus acciones han estado dentro de "los recursos que dispone la ley" y que han "recurrido a los mecanismos judiciales y administrativos previstos en nuestra legislación". 
 
Niegan que sea parta de una estrategia para "dilatar el procedimiento", y levantan sospechas a las razones que habría tenido Coloma para formular cargos "respecto de operaciones bursátiles realizadas muchos años antes y justo cuando le quedaban seis meses en el cargo".
 
Dice que por eso es muy importante que la justicia actúe y resuelva, "opción que parece no existir en el mundo de Fernando Coloma".
 
La defensa de Ponce ha sido consistente en acusar a Coloma de falta de imparcialidad y buscaban que él no fuera el que fallara en el caso. Esa estrategia tuvo éxito. El caso está ahora en manos de el nuevo titular de la SVS, Carlos Pavez.
 
Ahora la acusación es que Ponce busca dilatar el caso para que los hitos claves en el caso en su contra caduquen.
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