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Elísabet Benavent, escritora española: “Creo que hemos idealizado el concepto del amor” Penguin Random House Grupo Editorial

Elísabet Benavent, escritora española: “Creo que hemos idealizado el concepto del amor”

Antonia Sepúlveda
Por : Antonia Sepúlveda Periodista en El Mostrador Braga.
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Publicó la saga Valeria en 2013, que la posicionó dentro de las autoras más populares de la escena literaria de romance juvenil, transformándose en un auténtico fenómeno de ventas. “Cuando asumen que las novelas están basadas en mi vida, me hace pensar que se cree que las mujeres no tenemos imaginación, porque nunca he visto que a un hombre que escribe thriller le pregunten si tiene cadáveres enterrados en el jardín. Y a nosotras siempre nos preguntan ¿es experiencia personal?, pero por qué no puedo tener imaginación. Después de muchos años de la misma pregunta, me he cansado. Si vamos a dar por hecho que es mi vida, pues entonces me la voy a crear yo y me voy a divertir”, comentó en conversación con El Mostrador Braga.


Benavent ha escrito Persiguiendo a Silvia, Seremos recuerdos, El arte de engañar al karma, Este cuaderno es para mí, la bilogía Horizonte Martina, Alguien como yo, Toda la verdad de mis mentiras, Un cuento perfecto, entre otros. Durante la semana pasada la autora visitó nuestro país en el contexto de la presentación de su última novela Cómo (no) escribí nuestra historia, publicada por Penguin Random House.

-Como mujer que escribe novelas de romance, o mejor dicho de amor, y que te consume un público bastante juvenil, ¿qué tan dura suele ser la crítica literaria? ¿Existe cierto desprecio hacia este género en particular?

-Está completamente denostado, no sé si es porque existe ese mito de que está escrito por y para mujeres, o por lo que culturalmente se ha creído que es un género menor. Hay que abrir un poco la mirada. Lo que apreciamos es el apoyo del lector, que el lector es soberano, es decir, puede decidir qué lee y por qué.

-El sexo también suele ser un factor importante en tus novelas, ¿de qué forma podemos reivindicar el sexo, el placer, escrito y consumido por mujeres, sin caer en humillaciones?

-Es muy relevante que se ponga el foco en el deseo femenino, no poniendo a la mujer como objeto deseado, sino como objeto deseante. Los estereotipos de que el hombre desea más y que las mujeres son pasivas, solo alimentan tabúes, y los tabúes no permiten la libertad. No solo libertad sexual, sino la libertad de movimiento, de pensamiento, que nos coarta a las mujeres. Y poner el foco en el placer, lo importante que es la libertad de las mujeres. Vemos a chicas jóvenes que pueden verse confundidas porque no saben qué les gusta, porque no nos han enseñado a conocernos. La cultura en general está para apoyar y ayudar. 

-Asimismo, dentro de estos géneros literarios solemos ver historias bastante tóxicas, de violencia de género y machista, ¿qué opinión tienes sobre esas novelas? ¿Cómo podemos evitar, efectivamente, que menores de edad consuman esos contenidos?

-Esto entra más en la discusión del Dark Romance, y es muy difícil controlar el acceso a partir de cierta edad. Es un tema peliagudo, porque si lo está leyendo una persona adulta que sabe que estamos hablando de escenas de sexo no consentido, de maltrato, secuestros, etc., son cosas muy fuertes. El problema es ¿coartas la libertad creativa o el acceso?, es muy complicado. Si soy sincera no he leído libros de este género, es una tarea pendiente, porque me parece que es labor del escritor leer lo que se está haciendo y consumiendo, como este tipo de fenómenos. Pero es un tema complicado, cómo vas a limitar que el consumo de estos libros sean a partir de cierta edad, y quién te dice que a partir de cierta edad no son nocivos, porque al final, si lo piensas, de alguna manera vienen a apoyar ciertos roles por los que estamos trabajando por erradicar, y si miramos hacia atrás, yo misma he perpetuado muchísimos roles de género en mis primeras novelas que no volvería a hacer de la misma manera. Entonces, es un tema muy complicado.

-También tus protagonistas suelen ser mujeres, mujeres reales, en la típica crisis de los 30, etc., ¿por qué crees que es relevante darle protagonismo a estas mujeres?

-Pues porque pienso que se nos ha educado para ciertas cosas que hoy estamos rompiendo. Creo que es el momento en la vida en el que uno empieza a cuestionarse de dónde viene, de todas esas cosas que tienes o que quieres en la vida, si las quieres de verdad o si son aquellos mandatos que te han hecho creer que quieres, como la maternidad, ciertos tipos de relación, si tienes que estudiar, casarte, etc. Es un momento muy importante ahora mismo para la mujer, sobre todo por esa creencia muy arraigada de que a los 30 lo tenemos que tener todo y no tiene que ser así ni a los 30 ni a los 40 ni a los 60.

-¿Considerarías que tus novelas mantienen una perspectiva de género? ¿O no es un factor que influya en tu proceso creativo?

-Para mí es importante mantener estos temas de manera consciente. Sobre todo con esta ola que hemos vivido en primera persona y donde se comienzan a repensar conceptos como el amor o el género. Yo escribo novelas de entretenimiento, pero si queda algún pozo, que sea del amor sano, del amor propio, del respeto por una misma, que quede claro que los celos no son románticos, el adueñarse de alguien no es romántico, etc., un montón de cosas que tenemos que reconstruir en el tema del amor.

-Y hoy, ¿qué percepción tienes del amor?

-Es que no tienes la misma percepción del amor a los 24 como a los casi 39 que tengo yo. A los 24 tenía una idea del amor muy tradicional, pero ahora mismo creo que debemos buscar aquellos modelos de amor donde nos sintamos cómodas, eso significa que hay muchos otros modelos de amor, siempre y cuando todas las personas implicadas se sientan a gusto, sin imponer ningún criterio, ni el de la monogamia ni el del poliamor ni relaciones líquidas. Cada uno debe buscar lo suyo. Ojalá abramos los ojos ante esto y a la libertad de que cada uno viva el amor como uno se sienta cómodo y respetado. 

-Si tuvieras que encasillarte dentro de algún feminismo, ¿cuál sería y por qué?

-Pienso que el movimiento feminista tiene que ser inclusivo o no es. Ser inclusivo abarca muchas cosas. Tiene que tener una perspectiva de clase, porque no podemos manejar un feminismo desde nuestra posición de privilegio. Que apele a la igualdad y a la libertad, sobre todo la libertad de la mujer, que incluya a cualquier persona que quiera formar parte del movimiento. 

-¿Y qué opinas sobre la cultura de la cancelación? Cancelar a autoras por sus posturas cuestionables, como lo que suceden con J.K Rowling por ejemplo.

-Es muy complicado también. Si hay algo que a ti te parece ofensivo, no lo consumas, no le hagas publicidad. La cancelación es una palabra que suena tan contundente, y que suena a estar cargado de razón, evidentemente cuando hay, como cuando se vulnera a colectivos, etc., entiendo que para uno mismo se cancele a ciertos autores, pero no lo sé, al igual que con el Dark Romance, es muy complicado, nuevamente, qué hacemos, ¿cancelamos la libertad creativa del autor o autora?, para mí prima el respeto por el colectivo, el apoyo para que sean incluidos en la sociedad de manera natural. 

-De tus otras novelas y personajes femeninos, ¿con cuál te identificas más?

-Pues no sabría decir porque hay tanta ficción en mis personajes, que al final eres todos los personajes y no eres ninguno, y vas dejando partes de ti en los personajes secundarios, en los protagonistas, personajes masculinos que tienen mucho de mí, etc., entonces no sabría decir, pero a ver, Valeria es escritora, es muy insegura, hay mucho de mí en Valeria que es la primera; en la última, Elsa, todo apunta a que soy yo, pero en realidad es ficción. Estoy diseminada entre todas mis protagonistas femeninas, y si hay algunas a las que les guardo más cariño es porque fue más difícil y complicado plantearlas, como Miranda de Todas las cosas que diré mañana, porque es una novela técnicamente más difícil, que rompe con la novela romántica tradicional, porque habla de la ruptura, y es muy importante que en la creación también tenga cabida el proceso de duelo, en un momento donde vivimos una dictadura de la inmediatez, tan brutal, donde no respetamos nuestros propios ritmos emocionales, siento que es importante que la fase de duelo forme parte del proceso creativo, y que sobre todo borremos la idea de que un clavo saca a otro clavo, que las rupturas necesitan tiempo y que si no estás bien solo, no estarás bien con nadie.

-Y sobre el amor propio, que puede ser un concepto muy utilizado hoy, ¿cómo ha evolucionado contigo y tus novelas?

-Al principio yo pensaba en esta idea de que el amor te salva, un amor donde te sientes resguardado, etc. Ahora no opino lo mismo, yo no quiero a un hombre que me venga a solucionar la vida, sino que creo en ese acompañamiento que tenemos con las amistades. La amistad también creo que es un tipo de amor y tenemos mucho que aprender del punto de vista de la amistad sobre las relaciones. Ojalá las relaciones sentimentales aprendan de la amistad, con vinculaciones más sanas. Creo que hemos idealizado el concepto del amor, y lo más importante es tenerte a ti misma. Tienes que ser dueña de ti y tener las cosas claras, el por qué haces lo que haces, por qué a veces huyes o no; porque todo lo que no sea autoconocerse, va a generar dependencias emocionales, relaciones absolutamente dependientes, afectos enfermizos. Para mí lo más romántico del mundo no es que me digan “te necesito a mi lado”, es que me digan “no te necesito en absoluto, pero te elijo”. Y yo creo que con el amor propio y el bodypositive han caído en un positivismo voraz en donde ya no hay espacio para la inseguridad. No está mal sentirse una diosa un día y al otro sentirse mal con una misma, porque parece que hoy una no puede estar mal, sentirse horrorosa, etc. El amor propio debe tener en cuenta que tenemos que abrazarnos a nosotras mismas y decir, quizás hoy te sientes muy mal, pero este cuerpo me permite vivir. 

-Cuéntame un poco sobre tu última novela, que muchos definen una autoficción, que te tiene hoy aquí presente en nuestro país

-En realidad no es autoficción, es totalmente ficción. Cuando asumen que las novelas están basadas en mi vida, me hace pensar que se cree que las mujeres no tenemos imaginación, porque nunca he visto que a un hombre que escribe thriller le pregunten si tiene cadáveres enterrados en el jardín. Y a nosotras siempre nos preguntan ¿es experiencia personal?, pero por qué no puedo tener imaginación, las mujeres estamos más inmersas, sobre todo en la ficción, en el escritor empático, es decir que somos capaces de escribir ciertas situaciones aunque no las hayamos vivido. Entonces después de muchos años de la misma pregunta, me he cansado. Si vamos a dar por hecho que es mi vida, pues entonces me la voy a crear yo y me voy a divertir. Es un trampantojo, todo es ficción, pero al final es un juego con el lector, el lector decide lo que cree verdad y lo que no.

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