Tras la tercera fecha, Colo Colo, Universidad de Chile y Unión Española cosechan sus primeras tempestades en un torneo dominado por los destellos de la nueva Universidad Católica y la rebelión de los equipos humildes.
La primera derrota del campeón y un nuevo tropiezo de Colo Colo dieron inesperada tonalidad a la tercera fecha del Clausura, que ratificó el progresivo crecimiento futbolístico de Universidad Católica y la “rebelión de los humildes”, como Universidad de Concepción, San Marcos de Arica y Cobresal, que aprovechan el río revuelto para consagrar su oportunismo de pescadores veraniegos…
A la luz del desarrollo de esta jornada, queda absolutamente claro que el primer torneo de la temporada todavía no toma su curso normal y, por el momento, las novedades tienen apenas un carácter futbolístico referencial.
En rigor, en tiempos normales –hoy el calentamiento global incluso repercute en el tropicalismo periodístico dominante-, nadie podría afirmar que la U está en decadencia porque perdió con Wanderers, o que Colo Colo afronta su primera crisis tras el empate con Huachipato, cuando apenas transcurren 270 minutos de juego para cada uno. Tampoco, por cierto, que Católica ya es candidato al título gracias a su victoria en El Salvador sobre Cobreloa o al ordenamiento táctico plasmado por el técnico Mario Salas en un equipo exento de línea, estilo y organización durante el ciclo del Emperador Falcioni.
El líder de la tabla mantuvo esa condición sorpresiva y privilegiada en virtud de una victoria esforzada y afortunada sobre un O’Higgins frágil e inestable, como un amor estival. En Rancagua no tienen explicaciones para la “farra” del equipo celeste en Yumbel, donde estuvo en ventaja al minuto de juego, quedó con uno más en la cancha a los 5’ y finalmente terminó con tres expulsado y superado en una gran reacción de la Universidad de Concepción capitalizada con dos penales.
Detrás del puntero hoy se posiciona la nueva Católica, que se trajo de El Salvador un triunfo meritorio por su personalidad y despliegue en una cancha exigente y donde reasomó el zurdo Mark González como figura gravitante y goleadora, que seguramente tendrá un cupo en la próxima nómina nacional de la Selección.
A despecho de su generosa provisión de individualidades indiscutibles -Suazo, Paredes, Maldonado, Valdés lo son más allá de las fluctuaciones de su nivel-, Colo Colo se mantiene como incógnita colectiva de este campeonato, porque su primer punto lo rescató entre pifias en el Monumental y gracias a un empate esforzado frente a Huachipato.
La hinchada se fue con decepción a despecho de los goles de Vecchio y de Paredes, que permitieron salvar el honor ante el aplicado cuadro del acero. La falta de equilibrio y seguridad especialmente defensiva condenan el balance parcial de los albos, con un punto de nueve y una deuda importante de volumen de juego y resultados que, como siempre, se personaliza en las críticas al técnico Héctor Tapia.
Tan conflictuado como Colo Colo se ve a la Unión Española de José Luis Sierra, que cayó en Santa Laura frente a San Marcos de Arica -especialista en misiones capitalinas- y figura en la misma franja de los cuadros que rozan el fondo con apenas un punto.
Como sea, el torneo de Clausura apenas despega luego de su carreteo por la pista de las tres primeras fechas y recién en la próxima –tras el receso de 15 días por el amistoso de la Roja- se podrían sacar conclusiones más serias para validar algún diagnóstico confiable. Por ahora, Católica suma elogios y aplausos con un arranque promisorio, mientras Colo Colo y la U siembran dudas y cosechan las primeras tempestades.
