El presidente francés, Nicolas Sarkozy, afronta este jueves una nueva jornada de huelga contra su ambicioso plan de ajuste económico.
Si hace una semana los que se manifestaban eran los profesores y estudiantes de la enseñanza pública, ahora le toca el turno a los trabajadores de la compañía nacional de ferrocarriles, la SNFC.
Se prevé que más de medio millón de personas salgan a las calles en las 80 manifestaciones convocadas por todo el país para protestar contra la reforma de las pensiones que pretende llevar a cabo el Gobierno.
Es así como ocho sindicatos retan al presidente Nicolas Sarkozy al oponerse a los planes gubernamentales de aumentar el periodo de cotización de 40 a 41 años.
Según la compañía de ferrocarriles SNCF, circulaban como media en todo el país uno de cada dos trenes y dos de cada tres TGV, trenes de gran velocidad.
Por su parte el operador del metro y autobús de París, RATP, anunció que el servicio era normal excepto en la línea B del tren de cercanías que lleva a los aeropuertos de la capital, Charles de Gaulle y Orly, donde el 50% del servicio había sido anulado.
También se preveían perturbaciones en el transporte aéreo, especialmente durante la mañana en la ciudad de Marsella.